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IPE: “Estamos viendo la cosecha de todo lo sembrado en Lima”

Víctor Fuentes, gerente de Políticas Públicas del Instituto Peruano de Economía (IPE) habló con Altavoz y explica las razones de la caída de la capital del Perú en el Índice de Competitividad Regional (Incore 2024) y lo que se debe hacer para recuperar el espacio perdido.

Lima fue destronada del liderazgo en ranking del Índice de Competitividad Regional (Incore). ¿Qué refleja este informe?

—Estamos viendo la cosecha de todo lo sembrado en Lima. Los indicadores de competitividad no se mueven tan rápido, son lentos en moverse y además estamos haciendo un análisis relativo; es decir, no solo son los cambios en Lima sino también en el resto de regiones, y que Lima tenga esos indicadores malos y además peores que el resto de regiones nos marca la cancha de los graves problemas institucionales que nos empiezan a pasar factura.

—Distinto es el caso de Moquegua que trepó una posición y lidera el Incore…

—Si bien Moquegua sube en la posición de competitividad regional al primer lugar, la lectura que nos parece más fuerte es que Lima deja de ocupar el primer lugar.

—¿Cuáles son los factores que inciden en este deterioro en la calificación de Lima?

—Un primer factor es definitivamente la inseguridad ciudadana. La tasa de victimización en Lima Metropolitana y el Callao es de 32,3% y eso está por encima del promedio nacional de 27,1%. Y esta tasa de 32,3% es la mayor en nueve años.

—Pero hay un punto importante que tiene que ver con la gestión de las autoridades.

—Así es, el de cómo la gente percibe el trabajo de sus gobernadores regionales. En el caso de Lima por supuesto que es la gestión de la Municipalidad Metropolitana de Lima (que asume también como región) en factores que están vinculados a los servicios públicos, a la ejecución adecuada de sus proyectos, que en el caso de Lima parecen haber empeorado.

—¿Y qué factores permitieron que Moquegua pase al primer lugar del ránking de competitividad regional?

—Moquegua es una región que siempre ha estado en los primeros lugares, en el Top 5 de competitividad, y tras el retroceso de Lima, Moquegua a capitalizado mejor ciertos indicadores vinculados, por una parte al entorno económico, porque tiene el PBI per cápita más alto, que es de S/ 66.794 y es casi cuatro veces el promedio nacional.

—Vinculado a las operaciones mineras…

—Así es, está fuertemente vinculado a Minería, pero también tiene otros indicadores como Educación que ha mejorado, pero que a la vez se mantiene intacta y lejos del promedio nacional. Moquegua ha sabido capitalizar esos indicadores tanto en el entorno económico como de otros sectores vinculados a educación y salud, que ha permitido tener mejores resultados.

Este informe es importante para determinar y saber qué está pasando con la pobreza, porque como sabes, el 2023 subió a 29% desde 27,5% de un año antes. Esto refleja la dura situación del país ¿Qué comentario tienes?

—Es un punto muy importante. Nosotros hemos encontrado que las regiones más competitivas son también las regiones menos pobres.

—Esto significa que…

—Significa que, en general son las que tienen la mayor capacidad de aprovechar los recursos naturales, físicos y humanos para ofrecer bienestar a la población a partir de un desarrollo sostenido. En la medida que no tengamos a punto esas capacidades y su aprovechamiento va a impactar, definitivamente, sobre el nivel de pobreza. Esta vinculación que ha habido entre crecimiento y pobreza se ha debilitado en los últimos años, se ha ajustado un poco más en los últimos años.

—¿Y por qué?

—Porque cada vez estamos invirtiendo menos. La inversión privada se ha ajustado muchísimo y lo que era el motor de crecimiento, de dinamismo en la economía, que genera empleo, se ha apagado un poquito. Entonces, hoy necesitamos invertir más, crecer más, hacer un esfuerzo extra adicional para poder seguir reduciendo la pobreza. Y generar también condiciones para más inversiones productivas en diferentes sectores como Turismo, Agro, Minería, Hidrocarburos, entre otros, que también van a impactar en los indicadores de competitividad.

¿Qué hacer adicionalmente a la inversión pública y privada con la finalidad de levantar estos indicadores?

—Creo que hay diferentes esfuerzos. Algunos de corto y otros más de largo plazo, que son estructurales.

—¿Cuáles son los de más largo plazo?

—Tenemos que repensar la descentralización para lograr mejores resultados de competitividad, en términos de cobertura de servicios básicos. Si seguimos tratando de administrar un país a través de más o menos 2.000 unidades ejecutoras es complicado. No es viable tener tantos equipos técnicos desplegados a lo largo y ancho del país. La discusión de la descentralización debería tener mayor prioridad hacia adelante. Y creo que es algo sobre lo cual hemos fallado mucho.

—¿Y en el corto plazo?

—Un punto bien vinculado al corto plazo, es que necesitamos dejar de crear tantos distritos y provincias. Lo que necesitamos es articularlos mejor. Y en esa línea de la descentralización ver cómo repensamos la distribución del Canon para que pueda tener un mejor impacto sobre la población que debería atender.

—¿Y qué más acciones deberían tomarse en el corto plazo?

—En el corto plazo, estas reformas y contra reformas de los últimos años tanto por el Servicio Civil no son menores y no empujan en la dirección correcta y va a ser bien difícil lograr con los recursos y las limitaciones que tenemos mejores cuadros que usen eficientemente los recursos si no tenemos a los mejores en esos espacios técnicos. Sin lugar a dudas, dinamizar las inversiones va a ser clave porque genera ese impulso interno de empleo y de crecimiento que hace posible también el combate de otro tipo de indicadores, por ejemplo, desnutrición crónica, anemia.

—Importante retomar el crecimiento para ir solucionando estos problemas.

—Si tuviéramos un crecimiento más dinámico sería más fácil de atenderlos. Sin dejar de lado una mejor articulación de diferentes esfuerzos en salud, educación, y si bien se necesita una mejor articulación con el gobierno central, buena parte de la responsabilidad está a la vuelta de la esquina en las regiones y no está en Lima.

Hablando de Lima, ¿crees que la tendencia es a que baje en el ranking de competitividad?

—La posibilidad está. Pero, hay que distinguir dos puntos. Lo primero es que éste es un índice de competitividad relativo; es decir, no solo tienes que empeorar sino tienes que empeorar más que el resto. Y lo que estamos viendo en Lima es que esta ola de mayor delincuencia que se refleja en mayor victimización está ocurriendo en la capital, pero también con mayor intensidad en otras regiones del país. Eso no significa que Lima esté bien, significa que tiene retos muy importantes hacia adelante en el mismo indicador. Si bien ha habido un acercamiento del resto de regiones con Lima; es decir, hubo un cierre de brechas en el acceso a los servicios básicos, en términos de conectividad, esos avances, toman tiempo. Para que Lima siga cayendo se tiene que ver un deterioro más fuerte de la seguridad ciudadana o de la gestión pública, pero también va a depender de lo que pase con las otras regiones y como pueden capitalizar mejor esas oportunidades.