Alfredo Ferrero, exministro de Comercio Exterior y Turismo y embajador del Perú en EE.UU., considera necesario un relanzamiento de la campaña de promoción del Perú a través de la Marca País. En conversación con Altavoz, señala que trabaja para propiciar la mirada de los inversores de Estados Unidos en la cartera peruana de proyectos.
—¿Qué evaluación tiene de los Tratados de Libre Comercio suscritos por el Perú?
—La evaluación de los 22 acuerdos comerciales que Perú firmó es positiva en términos de intercambio comercial y de exportaciones. No hay duda respecto al beneficio de la apertura comercial del Perú. Cuando empezamos la negociación solo exportábamos US$ 7 mil millones y se subió a US$ 65 mil millones. El tratado con Estados Unidos fue el primero y fue el que fijó la plataforma de negociación para los siguientes acuerdos comerciales suscritos por el país. Fue muy importante ese tratado, en ese momento, con nuestro principal socio comercial.
—Fue allí cuando usted participó plenamente en esa negociación…
—Me tocó como viceministro y luego como ministro de Estado iniciar y concluir la negociación con Estados Unidos. Fue una negociación larga, de tres años, que concluyó con la firma en la ciudad de Washington D.C. en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en abril del 2006. Después de ello, Perú aprobó ese Tratado en junio del 2006, antes de que concluya el gobierno (de Alejandro Toledo) y mi mandato como ministro de Comercio Exterior y Turismo, y quedó pendiente la aprobación del Tratado por el Congreso de Estados Unidos. Lo dejamos aprobado por nuestro propio Congreso, pero faltaba que Estados Unidos lo apruebe en su Congreso. Eso tardó un par de años más.
—Y luego siguieron negociaciones con socios comerciales como la Unión Europea y luego con China, economías importantes para el país.
—Sí, después vino la Unión Europea, China, también suscribimos acuerdos comerciales con Tailandia, Singapur, Corea, Japón, etcétera. Hay 22 tratados firmados, que le dio una plataforma de negociación positiva que permitió el incremento sustantivo de nuestras exportaciones de productos con valor agregado, y entre ellos por supuesto, la agroindustria donde Perú hoy en día exporta cerca de US$ 10 mil millones y cuando empezamos la negociación en el 2002 solo se exportaba entre US$ 700 millones y US$ 800 millones.
—Tras esta experiencia exitosa, ¿cuál es el potencial en negociación, en suscripción de nuevos acuerdos comerciales?
—Todavía tenemos pendientes algunos mercados importantes, entre ellos el de India, Rusia, los países árabes, Indonesia. Son mercados importantes, pero además de eso hay que promover las inversiones en el país de los mercados donde tenemos Tratado de Libre Comercio (TLC), porque los TLC no solo están vinculados al intercambio de bienes, sino también estos acuerdos generan reglas estables que permiten captar inversión y que es lo que el Perú necesita para generar empleo y desarrollo. Los TLC no son solo acuerdos para el intercambio de bienes, también son reglas claras y estabilidad para atraer inversiones.
—Y es lo que más necesita el país porque la inversión posibilita empleo y con ello se genera dinamismo económico y se aminoran las cifras de pobreza.
—Lamentablemente, como hemos visto últimamente, se incrementó el número de pobres en el Perú (29% el 2023 desde un 27,5% de un año previo) y eso es consecuencia de la adopción de políticas que no dieron señales de estabilidad y de promoción de inversiones, porque hemos tenido muchos cambios políticos que desincentivan la inversión, pues los inversores buscan destinos más seguros y el Perú no ha sido esa plaza para las inversiones por las consideraciones expuestas. Por lo tanto, la inversión no se aleja cuando ve que la situación no está inestable, incierta e insegura.
—Y en Turismo, ¿cuál sería la propuesta para repotenciar esta actividad?
—El sector turismo es muy importante como lo es la agroindustria, la minería y la pesca. Yo le llamo los cuatro fantásticos de la economía peruana. El turismo tiene mucho potencial y ha pasado por varios problemas, no solo el Covid que fue serio para el sector sino por la conflictividad que se trasluce, por ejemplo, en las paralizaciones de trenes en Machu Picchu que dan muy mala señal hacia afuera. Hay que tener en cuenta que un turista no quiere ir a un país inseguro donde no se sienta tranquilo. Esas son pésimas señales. Por otro lado, se requiere una segunda ola de promoción de la Marca País, que debemos empujarla, para recordarle al mundo todo lo que el Perú tiene y ofrece. Y el tercer rubro fundamental es la gastronomía, y el Perú tiene a la gastronomía como un embajador y hay que posicionarla institucionalmente.
—De otro lado, ¿qué se viene para el Perú con la muy próxima puesta en operación del mega puerto de Chancay?
—Esta es una obra muy importante que va a permitir mejorar los costos y el tiempo de traslado desde Sudamérica hacia Asia. Esperemos que ello incentive a otros países como Estados Unidos para que vengan en una nueva ola de inversiones hacia el Perú. Necesitamos que no solo China invierta en nuestro país, sino que también lo haga EE.UU., los países de Europa y Asia y que inviertan en nuestro país, que tiene muy buena cantidad de recursos en Minería y otros sectores productivos. El objetivo es que haya una nueva ola de inversión americana al Perú. Es la tarea que estoy realizando en Washington, como embajador, la de incentivar una nueva ola de inversiones de Estados Unidos hacia el Perú.
—¿Y cómo va ese trabajo suyo de buscar esa nueva ola de inversiones? ¿Qué está haciendo efectivamente para conseguirlo?
—Hemos tenido varias reuniones con autoridades americanas y con ejecutivos del sector privado. Tengo cerca de tres meses en el cargo, ha venido el canciller (Javier González-Olaechea) en visita oficial a Washington, también estuvo la semana pasada el vicecanciller (Peter Camino). Desde que asumí la embajada en Washington hemos tenido una agenda muy activa de reuniones con el Ejecutivo, con el Congreso americano y con representantes del sector privado para colocar nuevamente al Perú en la agenda de los Estados Unidos. Esta es la tarea que estoy desarrollando en Washington.
Desnarcotizar las relaciones con EE.UU.
—Importantísimo trabajo en un momento cuando Estados Unidos está de espaldas a los países latinoamericanos. El objetivo fundamental para EE.UU. era la lucha contra las drogas; sin embargo, debido al cambio estratégico en el narcotráfico, al migrar a la producción de estupefacientes sintéticos, EE.UU. como que no nos ve de manera estratégica tanto al Perú como los países latinoamericanos. ¿Cuál su percepción respecto a ello?
—Mire, yo creo, en primer lugar, que tenemos que desnarcotizar la relaciones con Estados Unidos. Es cierto, el tema de los narcóticos, y la droga no solo va a Europa sino también a Estados Unidos, a veces con vestimenta colombiana, pero es droga peruana, y es importante que lo sepan, porque piensan que es colombiana y no es así, es peruana, del Putumayo. Por eso que en el tema de los negocios ilegales necesitamos cooperación internacional para luchar contra este flagelo, pero además necesitamos que haya más inversiones. De otro lado, en Estados Unidos hay preocupación, que es pública, por el avance de la presencia de China en América del Sur que está muy vinculado, que está invirtiendo en la región. Entonces lo que hay que decirle a Estados Unidos, y es un poco mi tarea también, es: no solo preocúpate sino también ocúpate. Esa es la tarea como embajador del Perú, la de tratar de mostrar a Estados Unidos algunos proyectos interesantes peruanos para promover así la inversión americana al Perú.
—¿En cuánto tiempo cree usted que se podrían ya tener algunos resultados positivos de esa gestión que realiza, para atraer esos capitales que tanto necesitamos?
—Estamos aprovechando este 2024, año donde el Perú es sede del Foro APEC y donde somos el país anfitrión, para tratar de atraer inversiones al Perú. No solo está en esta tarea el canciller, también el embajador. Usted sabe que la inversión no llega de forma inmediata, pero esperamos que Estados Unidos se comprometa a invertir en dos o tres años, incluso no esperando cuáles sean los resultados electorales el 2026. Digamos que EE.UU. esté el partidor, listo para invertir tan pronto como estén dadas las condiciones para ello.
—A propósito de la infraestructura portuaria hay un proyecto muy interesante en Arequipa, el puerto de Corío. ¿Podría interesarle a los capitales de Estados Unidos?
—El tema del proyecto portuario de Corío es que todavía no tiene una inversión. Ojalá podamos lograr que haya un gran inversionista para ese mega puerto que también está ubicado en un lugar estratégico para el país, en el sur, en Arequipa. Por lo tanto, esperamos poder promocionar la inversión en este puerto. Aunque no es un proyecto nuevo, tiene muchos años, pero a raíz del mega puerto de Chancay me he propuesto colocarlo en agenda para que se desarrolle. Estamos tratando de que algún inversionista se interese en este muy interesante proyecto.
—¿Cuál es el abanico de proyectos que usted está presentando a los futuros posibles inversores norteamericanos?
—Hay más o menos US$ 50.000 millones en proyectos de inversión minera, eso se está coordinando con el Ministerio de Energía y Minas, con el ministro Rómulo Mucho con quien ya me he reunido. Es probable, aún no está definida la fecha, que en septiembre, el ministro de Energía y Minas haga una visita a Washington para exponer los proyectos que tenemos en cartera. Aparte de esto está en la agenda, y lo hablé en algunos lugares de Estados Unidos, con algunas autoridades, la posibilidad de hacer un puerto espacial en el Perú. Nuestro país tiene las condiciones para un puerto espacial y esto implicaría una inversión de entre US$ 1.000 millones y US$ 2.000 millones.
—Usted habló de la necesidad de una nueva ola para la Marca Perú, con la finalidad de promocionar la imagen del país. ¿Estamos encaminados en un trabajo muy similar al que se logró de manera exitosa en la campaña Perú, Nebraska?
—No sé si estamos encaminados porque no conozco el detalle de lo que está haciendo Promperú, donde ha habido cambios. Lo que sí creo es que Promperú junto a la ministra Elizabeth Galdo deben hacer una nueva campaña de relanzamiento de la Marca Perú como la que se hizo en Perú, Nebaska, en el Metro de Londres, entre otros. Incluso cuando era ministro, cuando el Cienciano del Cusco quedó en la final de la Recopa y quedamos campeones, estaba el logo de Promperú en el techo. Hay que relanzar la Marca Perú, hay que poner al Perú en la agenda del mundo y aprovechar una marca que está posicionada, lo que no ocurrió en los últimos años, por lo que es un buen momento para un relanzamiento vigoroso.
—¿Y qué política de Estado debería cimentarse para recuperar dinamismo y efectividad en la Marca País? Sabemos que ahora es una oficina sin mayor presupuesto, a la que le faltan más brazos, más fortaleza para hacer su labor.
—Lo primero que habría que hacer es recuperar la identidad de la Marca País, que necesita de un presupuesto autónomo. Con un presupuesto de la Marca Perú debe haber un relanzamiento. Se debe tener en cuenta que de la Marca Perú se cuelgan las empresas de todos los sectores, la gastronomía, la agricultura, la minería, la artesanía, la pesca, los textiles y confecciones, todos se cuelgan de una sola marca. Si se fortalece la Marca Perú, quien se la ponga se beneficiará, por lo tanto es importante entender que la Marca Perú es el embajador de todos nuestros productos y creo que últimamente esa labor no está muy clara.
—¿Cuáles son sus recomendaciones para apuntalar al Perú en un momento muy complicado, donde en el exterior se considera al país como un país donde no se respetan los derechos humanos y además un país que tiene menor calificación financiera, porque aún contamos con Grado de inversión, sin embargo, nos redujeron la calificación?
—Uno de los grandes problemas en el Perú es la conflictividad social, eso va en contra de los intereses de nuestro país. Habría que dar señales de estabilidad, de madurez política y esperar llegar al 2026 con un presidente que dé al Perú la garantía para invertir y de que estamos en el camino correcto. Lamentablemente no solo tuvimos seis presidentes en seis años sino que últimamente hemos tenido señales de inestabilidad a pesar de que la presidenta está tratando de darle estabilidad a los agentes económicos, el presidente Castillo tenía una posición ideológica de cierta tendencia que no alentaba la inversión, por lo tanto, se debe tratar de que esto se aleje y tratar de llegar de la mejor manera al 2026.