La cantante llegó a Río el lunes 29 de abril en su cuarta visita a Brasil, y desde ese momento, la zona está asediada de fans
Madonna brindará uno de los espectáculos más grandes en la historia de su carrera, en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro. Esa locación aloja todos los fines de año, en la fiesta Réveillon, a un millón de personas, lo que indica que es una ciudad preparada para eventos de esta magnitud. Allí, Rod Stewart reunió a más de tres millones de personas en 1994, récord que jamás fue superado siquiera por Rolling Stones, que en 2006 tocaron frente a un millón doscientas mil personas.
Y la antesala del espectáculo de Madonna generó expectativas y atrajo el turismo: Se estima que ciento cincuenta mil extranjeros llegaron a Río para estar en el concierto libre y gratuito. El alcalde Eduardo Baes, se mostró optimista, de cara a las críticas de quienes se oponen a este tipo de eventos multitudinarios en un espacio público como es la playa de Copacabana. «Río está listo para el mayor show de la década. Bienvenida, Madonna», publicó en su cuenta de Instagram el mencionado funcionario. Otra se mostró entusiasmada con este show.
El tópico acerca del costo-beneficio de estos espectáculos abierto al público sin costo de entrada es un detalle que también se menciona cuando una entidad estatal o municipal está involucrada en la financiación del mismo. Están quienes describen, por decirlo de algún modo, que hay un «derrame» económico en el financiamiento de estos shows. Y por otro lado están los que, como el presidente argentino actual, critica dicho financiamiento porque en su esquema teórico mental, es solo un gasto, no una inversión. En el caso de este show gratuito de Madonna, el periodista Ancelmo Gois, del diario O’Globo, escribió que el cachet estimado del espectáculo es de US$ 3,3 millones, de los que 1,4 millones los aporta Banco Itaú (que así promociona sus cien años como entidad), y US$ 1,9 millones, la municipalidad de Río de Janeiro.