Debe ser una cruz muy pesada para un realizador asumir la dirección y producción de la secuela de un largometraje que hace 24 años ganó cinco premios Óscar a Mejor película, Mejor actor (Russell Crowe), Mejor diseño de vestuario, Mejores efectos visuales y Mejor sonido.
Aún así, Ridley Scott asumió el reto y se embarcó en “Gladiador 2”. ¿Total? “La arena vuelve a los esclavos en gladiadores y a gladiadores en hombres libres”.
Así que más de dos décadas después de aquel éxito en taquilla y en la crítica, el director confió en Paul Mescal (quien se destacó en “Normal People” y “Aftersun” y ganó el BAFTA y otros reconocimientos) para encarnar a Lucius, capaz de enfrentarse gloriosamente a otra persona o incluso, a un animal.
La película tiene todos los elementos que necesita una “péplum”, que incluye espadas y sandalias, un género fílmico que trata épicas históricas, mitológicas o bíblicas, ambientadas en la antigüedad, fundamentalmente grecorromana, o en el periodo medieval.
La película tiene todos los elementos que necesita una “péplum”, que incluye espadas y sandalias, un género fílmico que trata épicas históricas, mitológicas o bíblicas, ambientadas en la antigüedad, fundamentalmente grecorromana, o en el periodo medieval.
Al mejor estilo de los circos romanos, “Gladiador 2” está llena de excelentes actuaciones, mucho espectáculo y efectos especiales. Fórmula infalible para atraer a la taquilla.
Los más sensibles deben saber que la producción contiene decapitaciones y enfrentamientos de antología.
En esta entrega se revela que Lucius, hijo de Maximus (Russell Crowe) con la hermana de Commodus, Lucilla (Connie Nielsen, quien vuelve para interpretar este papel), era entonces un niño al que enviaron lejos de Roma por su seguridad. Y en esta ocasión, se lanzará a la guerra contra los invasores romanos.
La Roma a la que regresa el protagonista es más siniestra que nunca. Ahora hay dos emperadores, unos gemelos que gobiernan sin tener en cuenta al pueblo. Joseph Quinn es especialmente escalofriante como Geta mientras que Fred Hechinger es el Caracella fuera de control.
Por su parte, Denzel Washington hace las veces de Macrinus, un hombre de negocios que compra a Lucius.
Quizás, los fanáticos de Pascal pueden estar decepcionados con un rol que algunos pudieran considerar menor y moderado.
Scott se desborda a plenitud aunque algunas veces pareciera que los efectos digitales se apoderan del film, una aparente reivindicación después de «Napoleón» (2023) y “House of Gucci” (2021). ¿Pudo reencontrarse con la genialidad que desplegó en “Alien” (1979) y “Blade Runner” (1982)?
Aplausos para Mescal, quien eleva el nivel de la película más allá de su combate. Y parte de la violencia es pura ira.
No obstante, bajo su apariencia de complacer al público y a lo comercial, el tema de la película sobre el poder político, quién lo ejerce y cómo, es fuerte y tiene un objetivo.
En teoría: «La gente está cansada de la locura, la tiranía», asegura Lucilla, aunque a pesar de eso, un porcentaje importante del mundo siga padeciéndola. @yolilu