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A punta de acción y humor, “Bad Boys: hasta la muerte” busca redimir la imagen de Will Smith

29 años después del estreno de “Bad Boys” la combinación sigue funcionando: una pareja de policías se une para luchar contra el crimen y la corrupción policial, protagonizando secuencias de acción frenética, llenas de humor

Fórmula ganadora no se cambia. Y en el caso de “Bad Boys: hasta la muerte” la expresión queda como anillo al dedo. 
 
29 años después del estreno de la primera entrega la combinación sigue funcionando: una pareja de policías con caracteres completamente disímiles se une para luchar contra el crimen y la corrupción policial, protagonizando secuencias de acción frenética, llenas de enfrentamientos, disparos y explosiones, que algunas veces rayan en la estética de los videojuegos y se apalancan en un guion cargado de humor. Todo al ritmo de una banda sonora en la que predomina el reggae, los ritmos latinos y el reguetón. 
 
Claro. Lo que es inocultable es, sin duda, el paso del tiempo, pero lo bueno del largometraje es que los cambios y la madurez de Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence) fue asumida de frente por sus guionistas Chris Bremner y Will Beall para estructurar los diálogos y una historia coherente con el momento actual de los detectives anclados en Miami: A uno le da un infarto y el otro sufre de ataques de pánico. 
 
En esta ocasión, la dupla deberá unir fuerzas para limpiar el nombre de su fallecido capitán Conrad Howard (Joe Pantoliano), a quien acusan de haber fungido como informante de un cartel de droga mexicano, que implica un caso de corrupción más grave. Mientras, en el ínterin, reaparece el hijo secreto de Mike, Armando (Jacob Scipio). 
 
Y aunque el hecho no se puede comparar con el par de cachetadas que le dio el exprotagonista de “El príncipe del rap” a Chris Rock en la entrega del Óscar de 2022, para nadie es un secreto que esta nueva película puede funcionar como el aceite perfecto para darle brillo y vigor a la imagen de Smith. Cuando ocurrió el incidente, el film estaba en fase de preproducción, proceso que se detuvo después de las amonestaciones que el histrión recibió por parte de la Academia y el rechazo de la opinión pública mundial ante el acto de violencia. No obstante, sus productores tuvieron bien presente que dos años antes, en 2020, la tercera edición sumó 424,6 millones de dólares, justo antes de que la vida le cambiara al mundo con la aparición del COVID-19. 
 
 
Superada la tormenta, los realizadores (en la dirección: Adil El Arbi y Bilall Fallah; en la producción: Doug Belgrad, Jerry Bruckheimer y Chad Oman) se valieron de la química entre Smith y Lawrence para mantener la película con el motor a toda máquina. Ni hablar de lo que sucede en las escenas. Le bajaron sutilmente la intensidad al esposo de Jada Pinkett Smith para que su compañero metiera turbo a punta de chispa, gracia y carisma. 
 
Ya en las salas del mundo, el sitio especializado en críticas rottentomatoes.com calificó al film con 65% de vegetales frescos, mientras que la audiencia la celebra con 97% de aprobación. 
 
Tomando en cuenta los minutos finales del film, todo pareciera estar servido para que Sony anuncie una quinta parte. 
 
Ahora, si usted como espectador no está conforme con que el agresor de Chris Rock vuelva a disfrutar de las mieles del éxito, consuélese con el siguiente spoiler: Su personaje es escarmentado en la ficción no con dos cachetadas, sino con cuatro. De esas que dejan aturdido a cualquiera. ¿Eso le contenta? Pruebe a ver la escena en la gran pantalla.