Ejecución de proyectos puede generar oportunidades para reducir la pobreza, afirma Instituto Peruano de Economía
La región Cajamarca tiene una cartera de cinco proyectos mineros paralizados por 15,700 millones de dólares y su ejecución puede socialmente cambiarle la cara a esta región y generar oportunidades para reducir el altísimo nivel de pobreza. En la actualidad Cajamarca es la región más pobre con el 44 % de la población en esta situación, informó el Instituto Peruano de Economía (IPE).
Los proyectos sin fecha de construcción son: Michiquillay, Conga, El Galeno, La Granja y Yanacocha Sulfuros; además, tres proyectos se encuentran en etapa de exploración: La Zanja, Colorado y Colpayoc, afirmó Teodoro Crisólogo Grández, economista senior del IPE, quien precisó que este tipo de inversiones tiene la capacidad de generar empleo y encadenamientos con otro tipo de sectores como la industria y la agricultura.
En entrevista con la Agencia Andina, el economista reveló que los proyectos paralizados por diversos motivos, aspectos preocupantes como por ejemplo la incapacidad que ha tenido el Estado para conciliar las demandas de la población con la potencialidad que ofrecen algunas empresas para generar inversiones.
“La falta de capacidad institucional para conciliar los intereses de los principales actores, el bienestar de la región, termina pasando factura. Proyectos importantes no pueden ejecutarse, proyectos que tenían que comenzar a operar entre el 2011 al 2013 ahora están postergados hasta el 2030, inclusive algunos no tienen fecha de inicio”, acotó.
En tema de la conflictividad social en estos proyectos refleja la ausencia de un Estado que lamentablemente no ha sabido llegar a la población a pesar de todos los intentos de descentralizar la administración pública. Distritos de todo el país no tienen acceso a algunos servicios básicos, no tienen colegios, hospitales, “ni hablar de otros servicios sofisticados como acceso a telefonía móvil o internet”.
“Eso, frente a una situación de conflicto, termina retroalimentando este tipo de demandas y evita que muchas veces los proyectos puedan salir adelante; pero, en general, la principal causa tiene que ver con el tema de la falta de un Estado que sea eficiente para poder llevar servicios a las personas que más lo necesitan”, afirmó Crisólogo.
La mala calidad de la gestión pública es un tema que se replica en todo el país. La falta de atracción de buenos talentos en la administración del Estado, buenos ingenieros que hagan buenas obras, buenos abogados que hagan mejores leyes, mejores normas, buenos economistas para aprovechar de la mejor manera los recursos fiscales que generan actividades como la minería y que se le pueda asignar el uso más eficiente a nivel presupuestal. Todos esos factores limitan la capacidad de atender las necesidades de la población, subrayó.
Minería formal e ilegal
A la minería formal, minería moderna, se le exige que cumpla una serie de requisitos como permisos, condiciones básicas para sacar adelante los estudios de impacto ambiental, que son condiciones necesarias para que una inversión cumpla lo que ha prometido; sin embargo, a la minería ilegal no le pasa eso en lo absoluto.
Crisólogo indicó que, inclusive, la minería ilegal se instala en un proyecto que se paralizó hace bastante tiempo porque supuestamente no se dejó que una empresa privada lo pueda aprovechar con todos los estándares ambientales del caso, y ahora la minería ilegal lo aprovecha sin ningún estándar ambiental de por medio.
Entonces, “hay un problema bastante grave, no solamente ocurre en Cajamarca, sino, en otras regiones, con una escalada de violencia enorme como el caso de La Libertad. Eso no nos llevará a ningún lado. Tiene que haber una política mucho más concreta frente al incremento de la minería ilegal. Toda la violencia que hay de por medio se está expandiendo no solo en la selva sino en las regiones mineras”, precisó.
El economista participó como ponente en el taller: Retos de la minería peruana a nivel regional, organizado por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía. “El evento aporta en la difusión de evidencias, datos que no se tiene a la mano, como el dicho: el dato siempre mata el relato”.
“Hay que tratar de tener estas discusiones, debates, con datos, con evidencias que sustenten las afirmaciones que se están planteando. Este tipo de eventos ayuda a que se difunda evidencias no solo del sector minero sino de todo el proceso de desarrollo, los retos pendientes que tiene la región Cajamarca para poder ser una región cada vez más competitiva y productiva”, puntualizó.