El invento fue premiado con la medalla de oro en el evento internacional KIWIE 2024, realizado en Corea del Sur.
Por Diego Sánchez Valdivia de Agencia Andina
La pasta dental es un producto imprescindible para mantener una buena salud e higiene bucal. No obstante, la producción industrial de un solo dentífrico puede requerir entre 80 y 120 litros de agua, según diversos estudios. Además, cada año se desechan en todo el mundo miles de millones de tubos de pasta dental fabricados con plástico, los cuales no son reciclables y tardan aproximadamente 500 años en descomponerse. Para reducir el impacto ambiental en los procesos de fabricación y comercialización de este producto básico, un equipo de científicos de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) ha desarrollado un dentífrico en forma de comprimido cuya formulación es libre de agua y utiliza el aceite esencial de muña como principal activo antimicrobiano.
Por este innovador producto, sus inventores obtuvieron la medalla de oro en la Exposición Internacional de Invenciones de Mujeres de Corea (KIWIE), desarrollada del 20 al 22 de junio 2024 en Corea del Sur. Este evento anual es organizado por la Asociación de Mujeres Inventoras de Corea del Sur (KWIA), respaldada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), con el objetivo de fomentar el interés de las mujeres en actividades de invención y desarrollo de nuevas tecnologías.
Los ingredientes del dentífrico son los siguientes: aceite esencial de minthostachys mollis (muña), que tiene propiedades antimicrobianas; clorofila como colorante natural; detergente sin agua (anhidro); y edulcorante natural obtenido de la hoja de stevia para reducir el sabor amargo de la muña. En su proceso de fabricación, todo ello se mezcla mediante el método de compactación gracias a una máquina tableteadora, que consta de una matriz, punzones móviles (inferior y superior) y un bloque de acero cilíndrico perforado por uno o más agujeros cilíndricos verticales.
En diálogo con la Agencia Andina, la magíster Juana Patricia Lozada Huancachoque, directora del Centro de Investigación, Tecnología e Innovación Cosmética (CITIC) de la USIL y miembro del equipo de investigación, destacó que las principales ventajas de su comprimido, en comparación con los dentífricos tradicionales, son su diseño portátil, bajo nivel de abrasividad (efecto de los elementos erosivos que se usan en los dientes) y su alta resistencia a todo tipo de condiciones climáticas —como la humedad o el calor— en cualquier estación del año.
Además, desde una perspectiva industrial, la formulación sencilla y libre de agua no solo permite ahorrar costos excesivos en la fabricación y las pruebas químicas del control de calidad, sino también agilizar la cadena de suministros y reducir considerablemente la
huella hídrica. Este
indicador medioambiental mide el volumen de agua dulce que se necesita para fabricar los productos y servicios que la sociedad demanda, permitiendo conocer la magnitud del impacto generado por la actividad humana.
«En el sector industrial, tienes que lavar el reactor y desinfectar sus conductos. El sistema de tratamiento de aguas consiste en un sistema de ósmosis y, para llevar a cabo este proceso, tienes que evaluar la lámpara UV, las mallas y los filtros. Todo ello implica bastante dinero. Hay un montón de costos ocultos en el uso del agua que nadie lo ve, pero que yo sí conozco porque he sido agente de planta», reveló la inventora peruana.
Para aplicar el dentífrico hecho en el Perú en forma de comprimido, el usuario debe introducir una tableta en su boca, masticarla durante unos segundos, cepillarse los dientes suavemente y, finalmente, enjaguarse la boca con abundante agua. Los beneficios a nivel cosmético, según la experta, son inmediatos: «Te deja hasta 40 minutos la sensación de frescura, algo que no logras con un enjuague bucal ni con una pasta convencional».
Hasta la fecha, las pruebas de laboratorio se han realizado exitosamente en las instalaciones del CITIC con la participación de 25 personas voluntarias que, entre otros requisitos, debían tener una buena salud. Para medir su eficacia antibacteriana, el invento peruano fue enviado a una reconocida empresa con sede en Sao Paulo, Brasil, conocido como el principal mercado farmacéutico de América Latina. Allí será sometido a pruebas químicas que tendrán como principal referencia a una pasta dental de una marca líder del mercado internacional.
En busca de alianzas estratégicas
Recientemente, el equipo de investigación del CITIC ha establecido una alianza con Mifarma, una de las cadenas de boticas líderes del Perú, con miras a evaluar una posible producción industrial y comercialización de su dentífrico. En opinión de la especialista, esta idea es viable debido, principalmente, al alto nivel de madurez tecnológica del invento, y la producción sostenible y estandarizada del aceite de muña en el sector industrial peruano.
«Además, la patente la que ganó la medalla de oro es un argumento de venta impresionante y una robustez científica para que una farmacéutica peruana la pueda fabricar a nivel industrial y lanzarla al mercado. Por eso, yo creo que lo que el Perú necesita es acercar la Academia a la industria privada», añadió la inventora peruana.
Desde un enfoque social y económico, la producción industrial del comprimido, según la experta, podría contribuir a revalorar la biodiversidad y riqueza de nuestro país, elevando las cifras de consumo de la muña y otros productos naturales, al tiempo que estimula la actividad agrícola mediante la cosecha y producción de esta planta arbustiva en diferentes regiones del país.
Los desafíos de un proyecto ambicioso
Uno de los mayores desafíos para la elaboración del dentífrico fue conservar su forma de comprimido con una buena estabilidad de la fórmula química. «Tú puedes hacer una buena fórmula el primer día, pero luego de algunas semanas se te puede separar, poner rancia o cambiar de color. Hacer una forma de comprimido supone un desafío al mantener la forma de la tableta y asegurar que no sea higroscópico (capacidad de un material o sustancia para absorber la humedad del entorno), considerando que Lima es una ciudad con altos niveles de humedad», explicó Lozada.
Para superar este desafío, los investigadores ensayaron diferentes mezclas que brindaran dureza y realizaron estudios de estabilidad del comprimido durante seis meses como parte de su caracterización farmacéutica, que abarcó la observación y el consumo diario de tabletas para evaluar el comportamiento del material activo en diversas condiciones.
A largo plazo, el equipo de investigación del CITIC planea generar más alianzas estratégicas con instituciones científicas o empresas farmacéuticas líderes a nivel nacional con la finalidad de optimizar su investigación y el desarrollo industrial de su producto. En paralelo, seguirán participando en más concursos y eventos tecnológicos en el Perú o el extranjero a fin de recaudar más fondos para financiar el desarrollo de su proyecto.
Finalmente, una vez obtenida la patente solicitada ante el Indecopi y aprobada la comercialización de su producto, Lozada afirmó que la producción su dentífrico se realizará con la asistencia de su equipo de investigación, por lo menos, hasta el tercer lote industrial, como parte de su proceso de estandarización industrial.
«Una cosa es producir este comprimido en laboratorio, y otra muy distinta en el nivel industrial. Obviamente ya con el diseño, las especificaciones y los puntos críticos de control identificados, podremos dar el paso a una producción industrial», refirió la experta.