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Noelia Bernal. Hay que frenar la reforma de pensiones aprobada por el Congreso

La profesora de Economía de la Universidad del Pacífico y experta en temas previsionales, consideró que la reforma tendría un alto costo fiscal y beneficiará a las AFP y a las personas con mayor capacidad económica. Dijo que el Ejecutivo debería observar la autógrafa de ley e incluso si el Legislativo la promulga por insistencia, recurrir a una acción de inconstitucionalidad.

¿Qué significa esta reforma del Sistema Privado de Pensiones de Pensiones recientemente aprobado en el Pleno del Congreso?

—Idealmente debería buscar que nuestro actual sistema previsional cubra a más gente y mejore sus pensiones. Y al mismo tiempo que sea sostenible financieramente; es decir, que no implique un impacto fiscal muy grande. Eso es lo ideal.

¿Y qué se está haciendo esta reforma?

—Técnicamente esta reforma no está incrementando significativamente la cobertura. Pensión 65, por ejemplo, no se está ampliando como debería. Está mejorando en algo las pensiones del sistema nacional, eso sí es destacable. En el sistema privado se está creando el aporte por consumo que tiene implicancias fiscales, pero en el balance no se mejora significativamente las pensiones en general, tanto del sistema nacional y como del sistema privado de pensiones.

¿Fue apresurado el debate y su aprobación sin contar con la opinión de expertos?

—Sí, creo que ha sido muy apresurado. Creo que el Ministerio de Economía, la Superintendencia han dado informes, etcétera, pero no sé si fueron tomados en cuenta, o no quisieron o no se ha entendido. El tema de fondo, es que quien lidera la política previsional en el país, desde el 2014, 2015, por esos años, es el Congreso. Y el Congreso es un ente político y no es técnico. Y las pensiones tienen una connotación muy técnica que tienen un impacto social y que deberían diseñarse en un ente técnico. Y no es lo que tenemos. Antes eso lo hacía el MEF, pero prácticamente es el Congreso quien hace la política previsional y han aprobado retiros de los fondos de las AFP, y del retiro del 95,5% a una cierta edad, y ahora esta reforma que, en el balance, me parece negativa.

La reforma plantea frenar el retiro del 95,5% para los jóvenes aportantes. ¿Qué le parece esta decisión? ¿No es discriminatorio respecto a los que por ley ya tienen esa posibilidad?

—Podría interpretarse así. Sí entiendo esa potencial demanda y necesidad de algunas personas, pero recordemos que el objetivo del sistema es dar pensiones para cuando ya seas adulto mayor y que ese ingreso sirva para consumir en esos años.

¿Qué dice la norma antigua y qué dice la reforma?

—La actual reforma evita esta posibilidad de retiro, con lo cual queda para los nuevos afiliados y los menores de 40 años. Entonces, queda lo que existía en la ley previa del sistema privado de pensiones, que la pensión se calcula en base al ahorro acumulado dividido por la anualidad. Con ello recibirá una pensión mensual, y ya no queda abierta la posibilidad de dar ese 95,5% a los 65 años. Con lo cual se le devuelve el objetivo inicial del sistema de pensiones. Algunos criticarán y dirán que hay gente que no puede esperar, o que su pensión sale tan chiquita, que no vas a estar dando 50 soles mensuales de por vida. Justamente esas son las discusiones que debemos tener, el de cómo evitar que mucha gente reciba pensiones muy pequeñitas hasta el fallecimiento.  Esa no es la idea, la idea es que la mayoría de personas reciban pensiones dignas y pueda suplir sus necesidades básicas.

Usted señaló la incorporación de una pensión base para todos, ¿de qué se trata?

—En los países desarrollados existe un pilar base de pensiones no contributivas, que la recibe todo residente en el país. Chile ya lo tiene, cercano a algo universal, y en Perú estamos muy lejos de eso. Ese tipo de pensión te da un mínimo básico para que puedas consumir por lo menos alimentos.

¿Eso está planteando esta reforma?

—Parcialmente, y muy tímidamente. Ya tenemos algo de eso con Pensión 65, que permite la entrega de S/ 125 mensuales a los adultos mayores en pobreza extrema. Un adulto mayor en situación de pobreza no lo recibe porque no es elegible. El actual proyecto de reforma contempla ampliarlo a los individuos en pobreza o en vulnerabilidad para los que no están ni en el sistema privado ni en el público. Son adultos mayores que quizá nunca tuvieron un trabajo formal y ahora tienen 65 o más y están en pobreza extrema y por lo tanto Pensión 65 se les da a ellos. Es bueno que el proyecto de reforma amplíe esa cobertura a los adultos mayores pobres. Pero lo malo del proyecto de reforma, es que sea para los mayores de 75, y los menores de esa edad no pueden recibir el dinero.

¿Y cómo se financia esas pensiones?

—Con el tesoro público, con el dinero de nuestros impuestos que va a tantos programas sociales, pues Pensión 65 es uno de ellos.

¿Y hay una pensión base en el proyecto de reforma?

—Sí, 125 soles.

—¿Para todos?

—Para todos. Como en Pensión 65.

¿Qué opina de ese monto?

—Es muy poquito, porque la canasta básica de alimentos, calculada por el INEI, es de alrededor de 200 soles por persona. Es decir, con esos 125 no puedes satisfacer esa canasta básica de alimentos. Y de hecho ese monto no se incrementó desde la creación de Pensión 65, con lo cual los adultos mayores perdieron poder adquisitivo.

De otro lado está la propuesta de una pensión por consumo. ¿Qué opinión tiene al respecto?

—Es algo negativo. Hemos estado hablando de pensión 65 y de lo bueno que sería ampliar y mejorar la pensión. El aporte por consumo se está vendiendo como algo que va a dar pensión a más gente joven, a menos no adulta mayor. Y en realidad, es un subsidio al consumo de los trabajadores de mayores ingresos, que son los que tienen más capacidad de comprar y recibir boletas. Y se va a dar a través de la apertura de cuentas individuales en las AFP. No en la ONP, sino en las AFP, que irán acumulando fondos y las AFP cobrarán una comisión sobre esos fondos. Es una transferencia del Estado hacia cuentas individuales de personas, en su mayoría de altos ingresos, que van a ser administradas únicamente por AFP y que cobrarán comisiones.

¿Esto tendrá incidencia en la caja fiscal?

—Con seguridad, que sí.

¿En cuánto es el estimado?

—Depende. La reforma dice como máximo 8 UITs, eso es como cuatro mil y pico soles y al final el cálculo sale en S/ 412 por individuo máximo anual. Si los individuos son racionales, como decimos los economistas, van a conseguir boletas de modo que reciban esos S/ 412 en su cuenta. Si un millón de individuos logra hacer eso, estamos hablando de S/ 412 millones por cada millón de personas que logren hacerlo.

—¿El impacto será en qué porcentaje del PBI aproximadamente?

—Más o menos 2% del PBI.

Un sector que hizo la reforma señala que esto es complementario a los aportes de los trabajadores, ¿qué respondería?

—No se está condicionando a tener aportes previos al sistema. Al final, es un subsidio al consumo. Dar subsidios no es malo, en principio, si está focalizado y si hay financiamiento. Con la reforma se está dando un subsidio a las personas de mayores ingresos, que tienen más capacidad para comprar en establecimientos que les dan boletas. Cuando se compra en un mercado, donde lo hace la mayoría de personas con menores ingresos, no recibirán boletas electrónicas y no podrán usar ese mecanismo para una pensión. Un subsidio así diseñado incentivará que las personas consuman más, y por tanto, si todos se comportan de la misma manera, el Estado transferirá dinero para esas personas que consuman. Si los recursos del Estado fueran infinitos, probablemente, gastemos en eso, pero el Perú es uno de los países que menos recauda.

Hay limitaciones, obviamente la presión tributaria no ayuda.

—Nuestra presión tributaria es de 12 o 13% del PBI, Chile tiene entre 19-20%.

Para ingresar a OCDE se requiere una presión tributaria por encima del 30% del PBI.

—Los países de la OCDE tienen en promedio 30%. Se está decidiendo dar un subsidio al consumo a las personas de mayores ingresos, con nuestra baja presión fiscal hay recursos escasos.

Es que suena bonito recibir una pensión por consumo, donde un porcentaje de ese consumo vaya a una pensión.

—No existe país en el mundo que lo tenga. Segundo, es una política regresiva porque favorecerá a los que tienen mayores ingresos y no a los que menos tienen.

—Y por qué no a los que menos tienen?

—Por dos razones: Primero, porque tendrá menos pensión en sí. Y segundo, porque la mayoría de alimentos básicos ya están exonerados del IGV y los pobres gastan la mayor proporción de sus ingresos en alimentos.

—¿Y sobre las pensiones proporcionales?

—Son pensiones que los afiliados van a recibir si aportan solo 10 años, 15 o logran 20 años.

¿Eso es positivo?

—Técnicamente, pero eso es bueno porque le das pisos de pensiones mínimas de acuerdo al esfuerzo contributivo. Y eso existe en el sistema nacional. La sugerencia puede ser que tengamos lo mismo en el Sistema Privado de Pensiones. En principio debo decir que es algo bueno, pero yo lo critico.

—¿Por qué?

—Por dos razones. La primera es que actualmente, en el Sistema Privado de Pensiones se permite a las personas retirar sus fondos. No puede ser que al mismo tiempo des estos pisos de pensiones y simultáneamente permitas el retiro del 95,5%.

¿Qué hacer de aprobarse la reforma tal como está en el Legislativo?

—Yo creo que el Ejecutivo tendría que observarla y tendríaque plantear una acción de inconstitucionalidad, porque el Congreso no tiene iniciativa de gasto.

¿Lo aprobado genera iniciativa de gasto?

—Definitivamente. Tenemos un impacto de dos puntos del PBI al año. Creo que el costo de toda la reforma se va a ver inmediatamente al siguiente año en alrededor de dos puntos del PBI.

¿Cree que la respuesta del Ministerio de Economía y Finanzas y del propio Banco Central de Reserva, la SBS fue efectiva para persuadir a los congresistas a no aprobar estas reformas?

—Digamos, la formalidad ha sido cumplida, pero no sé si hubo reuniones, pero lo que se observa es que lamentablemente la fuerza no fue la suficiente para frenar esta iniciativa.

¿Es una reforma que beneficia a las AFP?

—Tal como está diseñada la reforma, los más beneficiados son dos. En primer lugar, los afiliados que retiraron sus fondos y que ahora, en el futuro, tendrán una pensión garantizada y que cuesta muchísimo al fisco. Y, en segundo lugar, las AFP.

¿Por qué?

—Porque, sin hacer nada, van a abrir cuentas y el Tesoro Público va a transferir dinero a esas cuentas. Básicamente es un programa social que se está creando para las AFP, porque van a cobrar comisiones de ahí, con la narrativa de que se está dando pensiones a la gente. Si realmente quisiéramos dar más pensiones a la gente, pues hay que apoyarnos en los programas sociales. Ya está pensión 65. ¿Por qué no lo expandimos y lo mejoramos? No cuesta mucho. Hablábamos de 2% del PBI el costo de esta reforma, ahorita, en el siguiente año. Si expandes pensión 65 y lo mejoras, la pensión hasta el costo básico de la canasta, eso no cuesta ni 0,5 del PBI el siguiente año, y con eso duplicas o triplicas la cobertura.

¿Cuál sería su recomendación?

—Que solo aprueben, si quieren hacer una reforma, la parte de Pensión 65 y la amplíen a los adultos mayores en pobreza, a partir de los 65 años y darles una pensión mayor a 125 que puede llegar a 200 soles. Eso solo cuesta medio punto del PBI. Con ello automáticamente se amplía la cobertura y se mejora el bienestar de las personas.

—¿Y sobre todo lo demás?

—Y sobre toda la otra parte, discutamos y veamos qué viabilidad tiene el aporte por consumo. ¿En lugar de un incentivo al consumo, por qué no probamos un incentivo al ahorro?, que está probado que funciona. Probemos otras cosas y diseñemos algo que sepamos que funciona y que no impacte mucho en la caja fiscal.

—¿Si se aprueba tal como está lo debe observar el Ejecutivo?

—Lo debería observar, definitivamente y en todo caso si el Congreso lo aprueba por insistencia, debería plantear una acción de inconstitucionalidad.

¿Algo que añadir?

—Desearía que más economistas se pronuncien sobre este tipo de medidas para que la población sepa cuáles son los impactos y no se dejen llevar por personas políticas o interesadas, que dicen que la reforma es buena, o que se podría ir perfeccionado. Yo creo que no. Si se puede hay que frenar esta reforma y trabajarla de mejor manera para más adelante.