La minería peruana mantiene una importante deuda social con el país, debido al impacto durante décadas de operaciones sin acciones efectivas en sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, aseveró Merly Gaspar, jefa de Medio Ambiente de Minera Paltarumi.
“El Perú es un país ancestralmente minero y si bien las operaciones de varias empresas formales cumplen hoy estándares satisfactorios a nivel ambiental, el descrédito generado por experiencias pasadas, como por ejemplo en La Oroya o en Cerro de Pasco, entre muchas otras, alimentan la desconfianza y la resistencia de muchas comunidades a la inversión minera”, manifestó.
En un contexto donde la sostenibilidad se ha convertido en un factor clave para la competitividad del sector, la adopción de prácticas responsables en la gestión de residuos y reciclaje no solo es una necesidad ambiental, sino una estrategia fundamental para reducir la fricción en el sector y mejorar la convivencia con las poblaciones locales, añadió la vocera de la empresa peruana.
“Los programas de remediación ambiental ayudaron mucho, pero aún hay una deuda pendiente que muchas empresas mineras tienen con el Perú, y para eso deben seguir poniendo énfasis en mejorar sus prácticas”, precisó.
Una de las prácticas de sostenibilidad que debe ser priorizada en toda empresa minera es la correcta segregación y gestión de residuos, explicó Gaspar. Esta práctica, dijo, no solo optimiza los procesos operativos, sino que también minimiza el impacto ambiental, reduce la contaminación y mejora la eficiencia en el uso de recursos.
“La implementación de sistemas adecuados de reciclaje y reutilización de materiales fomenta un modelo de economía circular, alineando a las empresas con los estándares internacionales de sostenibilidad. Este tipo de acciones no solo beneficia al medio ambiente, sino que también genera ahorros operativos a largo plazo y reduce la huella de carbono, lo que contribuye a una reducción significativa de los conflictos en el sector”, destacó.
A criterio de Gaspar, la minería peruana tiene la responsabilidad de implementar prácticas de responsabilidad social empresarial (RSE) que promuevan el bienestar de las comunidades locales y la protección del medio ambiente. Esta acción no sólo es ética, sino también estratégica, ya que la adopción de estándares sostenibles puede posicionar al país como líder en minería responsable a nivel mundial, contribuyendo al desarrollo económico y social del país.
“Es crucial que las empresas del sector minero adopten prácticas de sostenibilidad y una cultura de reciclaje como parte de su operativa diaria. No se trata solo de gestionar residuos, sino de implementar estrategias que optimicen los recursos, reduzcan el impacto ambiental y promuevan el bienestar de las comunidades. Al integrar estas prácticas, las empresas no solo cumplen con las normativas, sino que también aseguran un futuro más responsable y competitivo para la industria, contribuyendo al cuidado del medio ambiente y al desarrollo sostenible”, precisó.