EconomíaEntrevistas

Machu Picchu ya es un Destino Carbono Neutral y volverán a certificarla este jueves 27 de junio

Gabriel Meseth, gerente de Proyectos de Inkaterra, en entrevista con Altavoz señaló que con ello se ratifica su compromiso con la reducción de las emisiones de carbono y la gestión responsable de los residuos. Será en el marco del aniversario de la elección del santuario arqueológico como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

[simple-autor-box]

¿Qué impacto tuvo en Machu Picchu los proyectos desplegados para propiciar un santuario arqueológico y un pueblo con menor huella de carbono?

—El principal impacto es que nuestra Maravilla del Mundo renueva su sello “Destino Carbono Neutral”, una certificación internacional otorgada por Green Initiative, que reconoce su compromiso con la reducción de emisiones de carbono y la gestión responsable de residuos.

—¿Quiénes impulsaron este objetivo?

—Este logro fue posible gracias a una iniciativa impulsada por Inkaterra, el Grupo AJE, a través de su marca Cielo; la Municipalidad de Machu Picchu; y Tetra Pak, quién se sumó recientemente para promover el reciclaje de los envases posconsumo de Tetra Pak.

—¿Refrésquenos un poco, desde cuándo Machu Picchu tiene esta denominación de Destino carbono neutral?

—En 2021 Machu Picchu se convirtió en el primer destino turístico en el mundo en obtener este certificado “Destino Carbono Neutral”, gracias al trabajo de un grupo impulsor por reducir y tratar correctamente la gestión de los residuos generados en la Ciudadela Inca.

Puedes leer: Machu Picchu se ratifica como primera maravilla mundial con certificación Carbono Neutral

—Pero no solo es este reconocimiento, ¿cuáles son los otros galardones que cuenta Machu Picchu?

—A raíz de este esfuerzo Machu Picchu recibió diversos reconocimientos de organizaciones internacionales como Lonely Planet, quien lo destacó como uno de los ‘Top 10 Best World Tourism News in 2021’; también fue reconocido por la Organización Mundial del Turismo y la Organización de las Naciones Unidas para el Clima de la cual recibió la distinción ‘Atracción turística líder en el mundo’ 2021 en la edición global de los World Travel Awards, que son premios conocidos como los ‘Óscar del turismo’ en el mundo.

—¿Y cuándo se renovará este sello de Destino Carbono Neutral para Machu Picchu?

—Este 27 de junio, en el marco del aniversario de ser elegida como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, la Ciudadela Inca será nuevamente certificada como “Destino Carbono Neutral, gracias al soporte de importantes aliados estratégicos como Luz del Sur, World Exchange, LATAM, la Organización de las Naciones Unidas y Promperú, la autoridad nacional de promoción turística que realiza acciones de difusión para posicionar al Perú como un destino líder en turismo sostenible.

Puedes leer: Día del Campesino: ¿Por qué se celebra el 24 de junio y por qué es clave la agricultura?

Recuerdo que el primer proyecto desplegado en conjunto entre Inkaterra, AJE y la Municipalidad de Machu Picchu fue la planta para compactar las botellas PET en el santuario y en el camino inca. ¿Luego del tiempo de ejecución del proyecto, cuál es resultado objetivo?

—Se puede observar una ciudad más limpia, como lo demuestra la reducción en la huella de carbono. Es un proyecto que sigue operando en toda su magnitud.

¿En qué consiste el proyecto global que permite certificar a Machu Picchu como un Destino carbono neutral?

—El proyecto, que inició en 2016, se centró en la reducción, tratamiento y correcta gestión de los residuos generados en la Ciudadela Inca, así como la sensibilización en los pobladores, comercios y hoteles, con el objetivo de implementar un modelo de economía circular y mitigar su huella de carbono.

—¿Cómo lo llevaron a cabo?

—Para lograrlo, se implementaron cuatro procesos para reutilizar los residuos aprovechables: la instalación de una planta compactadora de plástico PET y cartón; pero también una planta de biodiésel, para procesar los residuos de aceites de restaurantes y hospedajes; una planta pirolizadora de residuos orgánicos, que permite producir “biochar” o carbón natural; y dos máquinas trituradoras de vidrio para convertir las botellas en arenilla para la construcción y ornato. Pero también involucra manipuladores manuales para las pacas en el centro de acopio, los puntos de segregación de residuos en todo el municipio, entre otros.

—Un punto importante es el empleo del biochar para sembrar árboles en el área de influencia del santuario. ¿Qué se hace al respecto y cómo es el aporte de Inkaterra en este esfuerzo?

—Actualmente, Inkaterra lidera una iniciativa para la reforestación del Santuario Histórico de Machu Picchu con un millón de árboles nativos –como la quina– para la restauración del ciclo de vida y como prevención contra los desastres naturales. Asimismo, para la regeneración de suelos se utiliza biocarbón producido a partir de los residuos orgánicos (tras su proceso en la pirolizadora) con lo cual se promueve la economía circular en Machu Picchu.

¿Podemos decir que Machu Picchu, gracias al esfuerzo conjunto de empresas como Inkaterra, el Grupo AJE, y otras más, junto a las entidades del Estado, ya está libre de emisiones al medio ambiente?

—Estamos encaminados hacia la carbono neutralidad. Este compromiso busca reducir las emisiones de carbono en un 45% hacia el año 2030, y alcanzar las cero emisiones netas (carbono neutralidad) para el año 2050, conforme los lineamientos señalados por Naciones Unidas en el Acuerdo de París.

¿Tras todo este despliegue de acciones para lograr la carbono neutralidad, qué está pendiente por hacer?

—Es importante que en Machu Picchu se continúe con la gestión de la Huella de Carbono y que, junto con las medidas de mitigación, se asegure que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en los próximos años disminuyan rumbo a la descarbonización.

—¿Qué tanto este logro permitirá potenciar el sitio arqueológico como un pilar del turismo y de la recuperación de la economía peruana?

—Esta recertificación y los logros alcanzados demuestran el compromiso continuo de Machu Picchu en la lucha contra el cambio climático y lo pone como un destino turístico referente a nivel global. Esto fortalecerá el impulso de la recuperación económica y favorecerá el desarrollo sostenible del destino turístico. La certificación busca también atraer financiamiento público y privado para impulsar una agenda de inversiones que permitan ejecutar el plan de descarbonización de Machu Picchu.

—¿Se puede medir este logro ambiental?

—Claro que sí. Como parte de la certificación carbono neutral, calculamos nuestra huella de carbono en 7,143.51 tCO2eq (tonelada de dióxido de carbono equivalente). Comparando esta huella con el año base de 2019, cuando iniciamos nuestros compromisos climáticos, fue verificado que logramos una reducción significativa de 1,618.38 de toneladas de dióxido de carbono equivalente, lo que representa 18,47% de disminución de las emisiones totales. Esta reducción resulta de un importante trabajo liderado por la Municipalidad, pero no es solo un número, es un testimonio de nuestro compromiso con el medio ambiente y el futuro de nuestro planeta. Este logro no habría sido posible sin la implementación de varias iniciativas clave que contribuyeron significativamente a la reducción de nuestra huella de carbono.

—¿Nos refresca cuáles son estas iniciativas?

—Hemos implementado la pirólisis de residuos orgánicos generados en el distrito de Machu Picchu, evitando así la descomposición anaeróbica y transformando estos residuos en biocarbón, que luego se utilizó como abono orgánico en las áreas de restauración. Además, los residuos de PET se compactaron y reciclaron, reduciendo significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Todo esto permitió la reducción de los residuos y la circularidad de los materiales.

—¿Qué otras acciones se desplegaron en este objetivo?

—Hemos optado por el uso de biodiésel creado a partir de aceites reciclados, sustituyendo así los combustibles fósiles tradicionales y disminuyendo nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, con esto se logra un consumo energético bajo en carbono.

—¿Y para el transporte de los residuos qué solución implementaron?

—Hemos buscado que el transporte sea sostenible. Para ello se han utilizado vehículos eléctricos para la recolección de residuos dentro del distrito de Machu Picchu, con lo que se ha sustituido los combustibles fósiles por energía eléctrica proveniente principalmente de fuentes hidroeléctricas renovables.

—Y en la parte de la reforestación, ¿cuáles son los avances?

—Hemos buscado la restauración ecológica. Para ello se han plantado 6.596 árboles nativos en más de cinco hectáreas, de esta forma se contribuye a la captura de carbono y con ello la mejora de los ecosistemas locales.

¿Cuál sería su mensaje o recomendaciones a las demás empresas en función del cuidado del medio ambiente, de la sostenibilidad del planeta? ¿Y qué recomendaciones haría a las autoridades en ese aspecto?

—Esta alianza comprometida con la descarbonización de Machu Picchu, es un ejemplo de innovación por diversas razones. Se trata de un caso de éxito sobre las metas que pueden alcanzarse cuando los sectores público y privado trabajan de la mano. Con el apoyo de la comunidad local, se logró el primer destino de América Latina con una economía circular, a través del manejo sostenible de sus residuos. Ahora tendremos la primera Maravilla del Mundo Moderno que mida su huella de carbono a fin de frenar el cambio climático, por lo que será percibida como un modelo de gestión a nivel mundial.

Y, finalmente, ¿Qué mensaje le daría a los niños y jóvenes y a las familias en torno al cuidado de nuestra amada casa grande, nuestro planeta?

—Los peruanos y peruanas gozamos el privilegio de tener este patrimonio cultural y natural de la humanidad, lo cual conlleva la gran responsabilidad de cuidarlo para las futuras generaciones.