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“Machu Picchu es un modelo de inspiración y de sostenibilidad, repliquémoslo”

Este 27 de junio, Machu Picchu, una de las Maravillas del Mundo Moderno será ratificada como Destino Turístico Carbono Neutral, que ya la tiene desde el año 2019. Jorge López-Dóriga, director global de Comunicación y Sostenibilidad del Grupo AJE, nos cuenta todo lo que implicó lograr ese reconocimiento mundial que debe ser replicado.

¿Qué te llevó a proponer al Grupo AJE el proyecto de sostenibilidad ambiental en Machu Picchu?

—En el Grupo AJE tenemos una visión de sostenibilidad con cuatro pilares estratégicos: Proteger la biodiversidad en los países donde operamos, una hoja de ruta de circularidad, la descarbonización, y poner en valor la cultura en los países donde operamos. En este sentido, Machu Picchu encaja perfectamente en nuestra misión.

—Pero ¿cómo surge la idea de apostar por la sostenibilidad en Machu Picchu?

—Machu Picchu nos vino a través de Joe Koechlin, (CEO de Inkaterra), quien nos contó en el 2016 los problemas que generaba los residuos en el pueblo y en nuestra maravilla. Y conjuntamente con ellos, con Sernamp y la Municipalidad de Machu Picchu nos remangamos y nos pusimos a trabajar en cómo solucionar ello. Pero tengo que remarcar que la Municipalidad de Machu Picchu segrega más del 90% de sus residuos en la fuente. Es decir, los propios ciudadanos ya separan los residuos en su casa para que puedan ser transformados adecuadamente.

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Es importante recordar los cuatro proyectos que funcionan en Machu Picchu. ¿Cuáles son?

—El primero es la planta compactadora de PET que donamos y en ese lugar todas las botellas se compactan para ser sacadas de Machu Picchu con menor volumen para transportarse en el tren hasta el lugar de acopio. Nosotros lo compramos de vuelta para producir nuestras botellas. El segundo, es la planta piloto que transforma el aceite de cocina de los restaurantes, hoteles, casinos, en biodiesel y glicerina orgánica. El tercer proyecto es el de la pirolizadora, que con el proceso de pirólisis transforma los residuos orgánicos en biochar. Y el cuarto, es una trituradora de botellas de vidrio que las transforma en arena para ser usada en construcción o para elaborar artesanías.

Jorge López-Dóriga junto a César Augusto Salazar Chávez, altomisayoc cusqueño.

¿Cuánto aproximadamente se retira de PET a través de las dos compactadoras que donaron al Machu Picchu?

—Una la donamos al Sernamp, para compactar el PET del Camino Inca, y la otra a la municipalidad. Con las compactadoras, el PET puede ser reducido en tamaño y luego es vendido para iniciar un nuevo ciclo en una nueva botella. Son cuatro toneladas de PET diarias que antes terminaban en el relleno sanitario, en Urubamba. Ahora todo es reutilizado. Nosotros la compramos para volverlas a poner en nuestras botellas.

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Con la planta para reciclar el aceite de cocina usado en los restaurantes, ¿Cuál es el riesgo que se evitó en Machu Picchu?

—Un litro de aceite contamina aproximadamente mil litros de agua, y el aceite en Machu Picchu terminaba en el río, contaminándolo. Eso tenía que cambiar.

—¿Aceite de cocina que sale de cuántos restaurantes aproximadamente?

—Hay más de 100 hoteles y restaurantes en Machu Picchu que generan ese aceite, y con la planta de producción de biodiesel se evita que ese aceite utilizado contamine el río.

Y el otro proyecto, el de la pirolizadora, ¿cuánto de residuos orgánicos se estarían procesándose en esta planta?

—Es una planta piloto. Los residuos, tanto orgánicos como inorgánicos es un número impresionante. Lo que se hace con eso es que los residuos orgánicos pasen por un proceso de pirolisis y a partir de ello se genere el biochar para ser utilizado como fertilizante natural en las faenas agrícolas.

—¿Y la trituradora de vidrio?

—Este proyecto tiene la finalidad de convertir en arena el vidrio para ser usado en construcción o de manera estética en artesanía. El vidrio que ingresa a Machu Picchu pueblo, a los hoteles, restaurantes, a los hogares, tienen que salir de regreso en el tren, y muchas veces terminaban en el relleno sanitario. De esa manera, con la trituradora, el vidrio convertido en arena es utilizada por la comunidad.

¿Estos proyectos permitieron que Machu Picchu tenga la certificación de ser un Destino Turístico Carbono Neutral?

—Estos proyectos contribuyen a la certificación que dio Green iniciative, porque el 5% de las emisiones en el Perú provienen del Turismo. Gracias a estos proyectos e iniciativas, aportamos para lograr el compromiso de la Municipalidad de reducir su huella de carbono, con la base del 2019.

—¿Y cuál es ese compromiso?

—El compromiso es de reducir las emisiones en un 45% en el 2030 y un 100% en el  2050. Estos residuos en Machu Picchu generan mucho CO2, y al tener las cuatro plantas de las que hemos hablado, le permite a la municipalidad cumplir con parte de esos objetivos de reducción de emisiones. Esa es la razón de ser de las cuatro plantas, de apoyar al proyecto de reducir las emisiones. Para ello el Grupo AJE se sumó a Inkaterra, a la Municipalidad de Machu Picchu, al Sernamp, y al Ministerio de Cultura para conseguir este certificado de Destino Turístico Carbono Neutral, a través de la certificadora Green Initiative. Todos apoyamos y contribuimos para poder hacer estas mediciones y ponernos manos a la obra en la reducción de esta huella.

—Esto es una muy buena labor, que debe replicarse.

—Sí, porque fue la primera Maravilla del Mundo en recibir este certificado Carbono Neutro, por este compromiso alineado a las Naciones Unidas y al país para que Machu Picchu redujera sus emisiones. Además, Lonely Planet, la puso como una de las diez buenas noticias del turismo del 2021.

—Esto es muy apreciado por los turistas.

—Nuestro objetivo es poner en valor Machu Picchu y que sea la primera Maravilla del Mundo en recibir este certificado, pues esto hace que genere mucho más valor para Machu Picchu. Con esto se evidencia que es un destino sostenible y los turistas a la hora de valorar si van a ir a un sitio o a otro, valoran el hecho de que Machu Picchu esté en el top list y encima sea un turismo sostenible y que sea la primera maravilla en tener un certificado de carbono neutro. Eso le dará mucho más valor para ir a visitarla.

¿Cuándo Machu Picchu recibió esta certificación?

—En el 2021. Y lo que va a ocurrir este jueves 27 de junio en Machu Picchu es la renovación de esta certificación de ser destino carbono neutral. Se vuelve a medir para ver cuánto fue el proceso de reducción de las emisiones respecto a lo que se hizo en el 2019.

¿El modelo de acción con estos proyectos en Machu Picchu, puede replicarse en las otras maravillas del mundo?

—Esa es la cosa. Inspirar para reducir las emisiones. Nosotros como Grupo AJE, estamos en Machu Picchu, y nos sirvió de inspiración. Este modelo lo hemos llevado a Tikal en Guatemala, que no tiene certificado, pero está en el proceso de cómo reducir las emisiones y reducir los residuos; en Cartagena de Indias, en Colombia; en los acueductos de Cantalloc, en Nasca; estamos trabajando en Abucayan, Tailandia; en Angkor, Camboya; y en Buruburu, Indonesia. Todo esto arrancó en Machu Picchu y nos llevó a replicar el modelo de una forma u otra en estos lugares, en el proceso de apoyar en la mitigación de los residuos. Estos lugares son las maravillas de estos países.

¿Cuáles son los proyectos que se vienen para Machu Picchu?

—Lo que está ocurriendo, y es lo bonito, es que empezamos junto a Inkaterra, con la municipalidad de Machu Picchu, el Sernamp y ahora ya se están uniendo otros aliados privados a este proyecto y ya se incorporaron Tetrapack, LATAM, Luz del Sur, Bosques Amazónicos, Promperú y Canatur.

—Muy buen paso en este proceso.

—Sí, y lo que hemos logrado es que, a través del grupo impulsor, otros se unan y nos ayuden a proteger nuestra Maravilla del Mundo Moderno.

—Es inspirador, como lo dijiste, y debe servir de ejemplo para muchos pueblos, ciudades y países y con ello cuidar nuestro planeta.

—En esta nueva era colaborativa es importantísimo que trabajemos todos juntos.

¿Cuál es tu recomendación respecto a este modelo?

—Que tenemos que trabajar entre todos. La sociedad civil junto al gobierno tiene que trabajar porque Machu Picchu es un modelo de inspiración de sostenibilidad, repliquémoslo. Y a los turistas les pido que sean conscientes de no tirar la basura en cualquier sitio, que la pongan en el lugar donde debe estar y que la empresa apoye para contribuir con el Estado para cuidar nuestra Maravilla y que nuestros sitios turísticos cada vez sean puestos más en valor.