Alfredo Melly, subgerente de Relaciones Corporativas de Luz del Sur, señaló a nuestro portal Altavoz, que están abiertos a sumarse en iniciativas de sostenibilidad del sector público y privado, como el proyecto ambiental en Machu Picchu que recientemente logró su recertificación de ser Destino Turístico Carbono Neutro, siempre que estén alineadas a sus principios de sostenibilidad y que logren resultados significativos.
—¿Qué significa para Luz del Sur participar del proyecto de sostenibilidad que permitió que Machu Picchu sea recertificado como Destino Turístico Carbono Neutro?
—Para nosotros es un orgullo haber participado de este proyecto. La sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente es uno de nuestros pilares fundamentales y por eso participamos de este tipo de proyectos, como el de la renovación del Certificado de Carbono Neutral de Machu Picchu. Nosotros, en Luz del Sur, también tenemos otras iniciativas, como el de mover activamente la electromovilidad, por ejemplo.
—En el caso de Machu Picchu es importante también la participación de más de 800 familias castañeras, que impulsaron un crédito de carbono y coadyuvó a este logro. ¿Qué opinión tiene?
—En estos casos, todo aquel que pueda sumarse al proyecto y que pueda integrar su actividad económica para contribuir con la reducción de las emisiones de carbono es muy bueno. Bienvenido sea todo el apoyo que pueda darse para lograr objetivos como el alcanzado en Machu Picchu.
—Y esto se logra cuando hay un trabajo conjunto entre el sector público y privado para llevar adelante los proyectos de sostenibilidad.
—Así es, por eso nosotros siempre estamos abiertos a conversar con las iniciativas que puedan venir, no solo del Estado, sino también del sector privado, donde vemos que tenemos un alineamiento con nuestros pilares de sostenibilidad ambiental y también esperando que vayan a tener un resultado significativo.
—Sobre la electromovilidad ¿Qué proyectos están desarrollando?
—Luz del Sur actualmente ha integrado, respecto a la electromovilidad, 12 nuevos camiones eléctricos, que las hemos presentado recientemente, con los que se suman ya 38 camiones pick up y 12 SUV, 100% eléctricos, y que forman parte de nuestra flota. A la fecha contamos con 72 vehículos eléctricos en el uso de nuestras operaciones diarias y gracias al uso de estas unidades podemos decir que estamos reduciendo 112 toneladas de CO2 al medio ambiente. Eso es muy importante porque estamos muy comprometidos con la electrificación en el transporte. Al incorporar vehículos eléctricos estamos queriendo dar el ejemplo de que, con el uso de la electromovilidad, en las condiciones actuales, es una transformación a la que sí pueden acceder las empresas y que es totalmente viable.
—¿Y cómo les va en el proyecto de las electrolineras?
—Tenemos previsto instalar en lo que queda del año entre tres y cinco electrolineras adicionales, justamente para poder continuar con nuestras operaciones y facilitar que nuestra flota de vehículos pueda cargar las baterías. Con ello se disminuye la ansiedad de tener un lugar, aparte del domicilio, donde cargar las baterías de las unidades. Pero a su vez, poder disminuir la ansiedad de rango que podría significar para los usuarios tener un vehículo eléctrico, y tener un lugar aparte de su domicilio, donde pueda cargarlo.
—¿Cuántas electrolineras tienen y cuál es el porcentaje de avance en el corto y mediano plazo al respecto?
—Ahorita tenemos una y esperamos este año instalar unas tres a cinco más.
—De otro lado, este año se cumplen dos décadas de la llegada del gas de Camisea a Lima. Y prácticamente todos los peruanos se benefician con el uso de la electricidad, generada desde el gas natural. ¿Qué comentario tiene?
—Es un tema bien interesante porque, si bien la masificación del gas involucra la construcción de ductos que llevan el gas a las viviendas, no olvidemos que ese mismo gas de Camisea, en las afueras de Lima, en Chilca, se convierte en electricidad y esa electricidad llega, por lo menos en Lima, a más del 97% de los hogares. Entonces, es el gas natural que ya llega en forma de electricidad a las viviendas.
—Lo que significa que el país se beneficia con el gas no sólo en sus domicilios, en sus termas, cocinas, sino también a través del electrón, el principal recurso de energía eléctrica. ¿Es así?
—Sí, así es. podríamos decir eso.
—¿Cuáles son los proyectos a futuro por parte de la empresa?
—La empresa sigue en su carrera de ir electrificando el transporte y también, desde diciembre del año pasado, Luz del Sur a través de su subsidiaria ha adquirido los parques eólicos “Tres Hermanas” y “Marcona”, que se sitúan en la región Ica y que tienen una potencia instalada de 129 megavatios. En octubre del año pasado también adquirimos en Majes, Arequipa, dos centrales solares con una capacidad instalada de 44 megas. Son las centrales fotovoltaicas “Majes” y “Repartición”. Todo esto está alineado con nuestro pilar de sostenibilidad porque apuntamos a la generación de energía con fuentes renovables.
—¿Cuánto de inversión implicó la adquisición de estas plantas de energías renovables?
—Puedo decir que, en cuanto a inversiones, durante el 2023 se destinaron US$ 101,5 millones en la mejora y expansión del sistema eléctrico, la modernización y potenciación del alumbrado público, y la implementación de nuevas herramientas de informática y telecomunicaciones. Y en el caso de la compra de los parques eólicos “Tres Hermanas” y “Marcona” implicó una inversión de US$ 170 millones. En el caso de las plantas solares “Majes” y “Repartición” el monto fue de US$ 133 millones.
—Es un esfuerzo importante. Sin embargo, en el país aún el avance de las energías renovables es muy limitado. Estamos hablando de entre 5 y 6 por ciento de generación eléctrica por sol y viento. ¿Qué falta para propiciar un mayor avance?
—Diría que es 5 y 6% en energías no convencionales, pero recuerda que el uso del agua para generar energía es también energía renovable.
—Claro que sí. Pero me refiero a energía solar y eólica.
—Sí, claro, pero nosotros apuntamos a la fuente de energía renovable, que está incluida el agua, y las otras fuentes de energía renovable seguirán creciendo conforme el mercado las vaya demandando, y conforme esto se vaya convirtiendo en una política de Estado.