Es urgente dinamizar la industria manufacturera como parte de las medidas para reactivar el país, propiciar crecimiento económico y con ello aminorar las cifras oficiales de pobreza y pobreza extrema que recientemente publicó el INEI, afirma Jesús Salazar Nishi, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), quien advierte, además, que si este año el Perú no crece a tasas de 4% o 5% vamos a seguir empobreciéndonos más, en un contexto donde la lucha de poderes entre el Ejecutivo, el Congreso y el sistema de justicia, le está pasando factura a todos los peruanos.
—¿En qué momento de la realidad económica nos encontramos desde el punto de vista de los industriales peruanos?
—Los industriales siempre hemos sido optimistas y siempre hemos creído en una situación económica mejor. En la encuesta de perspectivas industriales, del primer trimestre de este año, el sentimiento de los industriales es que la economía va a mejorar y que sus empresas van a tener más producción.
—¿Estamos hablando del corto y mediano plazo?
—Ya se revirtió la tendencia negativa en las expectativas del industrial peruano, que decía que no veía posibilidades de crecimiento en la economía.
—¿Y qué dicen respecto a contratar a invertir y contratar personal?
—Allí hay algo que podría sonar discordante. En efecto, las expectativas de los industriales ya están en el rango positivo en torno a la economía y más del 50% opina que va a mejorar. Sin embargo, cuando se le pregunta, ¿Y en el corto plazo va a contratar personal? ¿Va a comprar maquinaria? La respuesta es no. Entiendo por qué. Porque hay una alta capacidad instalada ociosa en el Perú, porque en los últimos años a la industria no le ha ido bien. El 2023 fue el peor año en 30 años, en 3 décadas de la industria.
—Año donde se registra un descenso económico, de -0,6%, en el PBI del Perú.
—Y en la industria, fue de -6,4%. El año pasado fue un desastre para la industria peruana.
—¿Pero este año sienten alguna recuperación?
—La verdad, quiero ser muy honesto. El crecimiento del PBI acumulado a febrero es de 2,1%. Todo hace suponer que estamos en positivo y que eso podría llamarse recuperación. Pero hay que ponerlo en su real contexto. Enero y febrero del año pasado fue un desastre. Crecer 2,1% después de un desastre es simplemente un rebote estadístico.
—El año pasado, con excepción de un par de meses, la economía del país registró puras cifras negativas. Es decir, en recesión continua…
—Y cuando el premier y el ministro de Economía nos dice que este año la economía va a crecer y que este año el Perú debería crecer en 2,8% o 3%, uno se da cuenta qué significa ese número en relativo. No podemos pretender darle una connotación positiva a ese estimado de crecimiento porque en la práctica no lo es, es un rebote desde un pésimo año.
—Los indicadores económicos adelantados de marzo señalan que vamos a tener un mes posiblemente malo. ¿Cuál es la percepción respecto al PBI de marzo?
—Creemos que la cifra de marzo va a ser negativo. Sí, con los números que vamos recogiendo de nuestras industrias.
—¿En función de qué?
—De la baja de demanda. Yo creo que fundamentalmente la economía no se está reactivando. Si la demanda no crece, la producción no crece. Y eso jala muchísimo el PBI. ¿Qué hemos notado en el comportamiento de la industria? Que los bienes intermedios, los bienes que son de capital, los que sirven para un nuevo proceso industrial o para procesos de otro sector como la construcción, etc. viene cayendo muy fuertemente.
—¿Quiere decir que no se está moviendo la economía en general?
—Así es. Venimos reclamando desde hace mucho tiempo que el gobierno debería motivar e incentivar la inversión. Pero ahora viene el gran problema de cómo se genera inversión en un país como el que estamos en este momento.
—En esa línea, la pobreza subió 29% y la pobreza extrema en 5,7%, cifras oficiales para el año 2023. Y la pobreza extrema supera ese 5,2% de pobres extremos del año de la pandemia, el 2020. ¿Qué comentario tiene sobre ello?
—Eso es fulminante. Ni en la pandemia hemos tenido tan alto nivel de pobreza extrema como lo tenemos para el año 2023. Son casi 2 millones de peruanos que están en pobreza extrema. Y si a eso sumamos, otra connotación, porque en efecto, hay 29% de pobreza en el 2023, pero hay 31% y algo más de peruanos que están en el límite de la pobreza, en el límite.
—¿Quiénes son estas personas que están en ese límite?
—Son los que salen todos los días a buscar su pan. Quiere decir que, ojalá Dios no lo permita, si un grupo de estas personas se enferma y no salen a trabajar, ya pasarán a una situación de pobreza. Ese es el límite de vulnerabilidad que tenemos. Si juntamos los pobres monetarios más los que están en niveles de vulnerabilidad, son más del 60% de peruanos en una muy difícil situación. Y eso es lo que hay que mirar. Más del 60% de peruanos o son pobres o pueden serlo mañana mismo.
—La presidenta Dina Boluarte, señaló que el aumento de la pobreza se explica principalmente por las más de 500 protestas de diciembre 2022 y enero y febrero 2023, y que incluso sus efectos superan los de la crisis económica durante la pandemia. Es decir, la causa principal son las protestas ¿Qué opinión tiene usted?
—En algún momento todos le echábamos la culpa al Covid-19. Cada cosa mala que ocurría era el Covid. El Perú no puede seguir moviéndose en los espectros de las excusas. Si es cierto que el año 2023 fue golpeado por convulsión social.
—Estamos hablando de enero y febrero 2023 y diciembre del 2022, son tres meses.
—Pero la pregunta es, ¿Qué hizo el gobierno para cambiar esa tendencia negativa y generar las expectativas positivas para la inversión? Porque no hay otra forma de salir de la crisis. Eso hay que dejarlo bien claro y decirlo a los peruanos, el Perú no va a crecer solo porque salga una presidenta o un premier a dar un discurso. Se tiene que generar confianza para las inversiones, pero con hechos concretos. Yendo a la pregunta, sí es cierto, hubo convulsión social, hubo fenómenos naturales que golpearon nuestra economía en su momento, pero ¿hubo reacción a esos hechos? Y la respuesta es: no. Y lo estamos viendo ahora. Hubo intentos, sí, y hay que reconocer que “Con Punche Perú” fue uno de esos esfuerzos para tratar de inyectar a la economía medios para que los más pobres puedan generar movimiento económico, pero no se consiguió.
—¿Es insuficiente para cubrir todo el apoyo que se requiere para revertir la situación tan grave en la economía del país?
—Sí. Y aquí necesitamos a muchos sectores. Sin duda, el Ejecutivo es el principal. Son los llamados a liderar el cambio de las condiciones económicas en el país. Pero no podemos dejar de lado al Congreso que debería, por ejemplo, estar mirando medidas específicas para la reactivación de nuestra economía. Y no hablo de retiros de CTS, de retiros de AFP, que es dinero de los propios peruanos. Lo que no se ve es ningún esfuerzo del Estado para generar un dinamismo en la economía.
—¿No hay articulación entre el Ejecutivo y el Congreso para sacar adelante al país en los asuntos relevantes que el Perú necesita?
—No. Y eso hay que decirlo en voz clara y alta y fuerte. No es posible que tengamos un Congreso y un Ejecutivo e incluso un sistema de Justicia, en lucha de poderes constante. Nos han llevado a un enfrentamiento político en estos poderes del Estado y quienes pagamos la factura somos los 33 millones de peruanos que no vemos una salida a esta crisis política en nuestro país. Tanto el Ejecutivo como el Legislativo y el Judicial deberían estar discutiendo los proyectos, las normas para sacar adelante al país.
—¿Cómo hacemos para acelerar el crecimiento del país?
—Si este año el Perú no crece a más de 4% o 5% vamos a seguir empobreciéndonos más. Escuchaba al ministro de Economía hablar que este año el Perú debería bajar en 1,5 puntos la pobreza. ¿Eso se puede decir a un Perú que está al borde del 30% de pobreza? Y lo otro, ¿Qué espera el Perú para recuperar solo su nivel de pobreza del año prepandemia? Tendríamos que crecer, al ritmo que estamos creciendo de 3%, unos 20 años.
—¿Significa que el Perú está destinado a 20, 25 o más años de pobreza en esos niveles?
—Si no hacemos algo, lamentablemente, esa será la realidad.
—El problema mayor es la pobreza extrema, con los peruanos que lamentablemente pasaron a esa situación de vulnerabilidad y por los que no se hace nada en mucho tiempo.
—Es correcto.
—¿Cuáles son las propuestas que plantean al respecto?
—La economía tiene que crecer. Deberíamos mirar qué fortalezas tenemos como país, porque las tenemos y eso es lo contradictorio. Perú tiene grandes ventajas comparativas que fácilmente podrían encenderse como nuevos motores impulsores de la economía. Pero la pregunta es ¿Tenemos un plan concreto para dinamizar estos sectores? Y hablo, por ejemplo, de la minería. ¿Por qué no le damos valor agregado? ¿Por qué no anexamos la industria manufacturera con la industria minera y desarrollamos una proveeduría de la minería?, por ejemplo. Ello dinamizaría mucho la manufactura peruana. Tenemos grandes fortalezas en el sector agrario. Somos los primeros exportadores de uvas, de arándanos, segundos en palta. Podemos seguir en esta línea de crecimiento, pero ¿Qué pasó con la norma que permitió este crecimiento exponencial de casi 30 veces desde el 2000 hasta la fecha? El año pasado ya se envió casi por un total de US$ 10.000 millones en agroexportación. ¿Qué pasó con esa norma? Nos la tiramos abajo, el Congreso la anuló. Y ahora estamos viendo cómo retomar la norma para no perder dinamismo. Nos disparamos a los pies nuevamente. ¿Qué pasa con la pesca, con acuicultura? Somos un país que tiene 3.100 kilómetros del litoral y que no sabemos aprovecharlo mientras nuestros vecinos del norte y del sur son grandes exportadores en US$ 7.500 millones por un lado y US$ 10.000 millones por otro lado, en productos de consumo humano. No sabemos aprovecharlo y hay otros sectores más que podrían dinamizarse. Eso tiene que estar impulsado con normas específicas. Y nuevamente, ¿qué hace el Congreso? Tenemos desde el año pasado un proyecto de ley que debería dinamizar las inversiones productivas en nuestro país y hasta ahora no se discute, eso lo deberían estar debatiendo ya en el Pleno.
— ¿Para atender el caso específico de la pobreza extrema se requiere más participación del Estado con intensificación de los programas sociales y nuevas herramientas para atenderlos? ¿O vamos a esperar que el crecimiento de la economía pueda solucionar este grave problema?
—Definitivamente no. Creo que nadie va a estar en contra de la ayuda social focalizada. Yo espero que el gobierno tenga plenamente identificado a este sector vulnerable afectado por la pobreza extrema. Tengo mis dudas. No sé si esos padrones están actualizados y no sé si la ayuda llega donde debería llegar y si hay eficacia en la ayuda.
—¿Tendría que ser, además, un trabajo urgente porque la gente no espera?
—Cierto. Y otra cosa, las tendencias de la pobreza en el Perú están cambiando y no sé si las políticas de apoyo social están cambiando o si mantienen los mismos criterios que antes. Por ejemplo, la pobreza rural en el Perú siempre estuvo sobre el 40, 42, 45 por ciento y ese es el margen y el rango donde se mantiene por décadas.
—¿Y donde no se hace absolutamente nada y lo que se ha hecho es poco?
—Pero ahí está. ¿Qué está pasando en la zona urbana? Ha crecido mucho. En la última década se duplicó la pobreza en el sector urbano y eso es lo que no se está mirando. Al 2023 se ha cerrado con 26,4% de pobreza en la zona urbana cuando en el 2019 era escasamente 14%. Eso es peligrosísimo. Y El impacto de la pobreza es mucho mayor en la zona urbana, y basta con recorrer los lugares periféricos de Lima para darnos cuenta de esa realidad.
—Lo que implica, entonces, que lamentablemente la inversión es poca o nula, por ello la economía no crece y no hay generación de empleo. Y Si no hay empleo estas personas en el sector urbano y rural no pueden salir de esa situación, de esa condición tan terrible de pobreza…
—Es cierto. El empleo se precarizó en nuestro país y eso hay que decirlo. En Lima fundamentalmente. Por eso el nivel de pobreza urbana es muy alta mientras los niveles de empleo siguen cayendo.
—¿Cuál es el sector que debe generar más empleo formal?
—La industria e históricamente lo podemos determinar. Hay datos, estadísticas, que nos dicen que en la industria se genera la mayor cantidad de empleo formal.
—¿Y qué está pasando con la industria?
—Viene cayendo todos los años. Desde los años 70, cuando la industria manufacturera pesaba casi el 18,5% del PBI a la fecha 2023, que hemos cerrado con 12,8% aproximadamente. La caída es libre y cada año seguimos cayendo.
—Y por ello se siguen perdiendo empleos formales.
—Así es, por ello es urgente dinamizar la manufactura nacional. Se debe tener en cuenta que no hay país que haya llegado al primer mundo si primero no desarrolla su manufactura. Y el Perú está muy lejos de eso.
—De otro lado, el terminal portuario de Chancay se inaugura en noviembre con la presencia del presidente de China. Se habla de una Zona Económica Especial. ¿Cuál es vuestra propuesta? Porque estamos a poco de que se inaugure el puerto y faltan las inversiones para las obras complementarias, por ejemplo.
—Me hubiera encantado decir que el mega puerto de Chancay nos podría convertir en un eje y centro logístico productivo de innovación y desarrollo para el país, pero las condiciones no están dadas. Es inmenso el efecto que podría tener este mega puerto si se implementa bien. Me encantaría decir que este megaproyecto fue producto de una gran planificación estratégica nacional y que tenemos como foco estratégico el desarrollo de nuestra industria y nuestras exportaciones a través de ese mega puerto porque vamos a consolidar tal y cual cosa. Pero eso es mentira.
—Eso fue un chispazo, una iniciativa privada. Es pura y dura iniciativa privada.
—Es Cosco Shipping Ports con Volcan, una empresa peruana, que se juntaron y construyen este mega puerto y estamos a pocos meses, en noviembre, de su inauguración con presencia del presidente chino. Y a pocos meses de inaugurar el mega puerto recién nos ponemos a pensar ¿qué hacemos con ese mega puerto? Es alrededor de millón y medio de contenedores anuales en su primera etapa de capacidad porque van a entrar buques post Panama de 24.000 o 25.000 TEUs por cada nave. Significa que diariamente podríamos estar desembarcando 3.500 o 4.000 contenedores en ese puerto. Y no sé si alguien tiene la respuesta, pero ¿Cómo los vamos a sacar de Chancay? ¿Por la Panamericana Norte que ya colapsó? La ruta natural debería ser el propio mar, por cabotaje, pero ¿qué pasó con la ley de cabotaje en nuestro país que fue discutido y baloteado hace poco en el Congreso? Fue rechazado. La verdad, no entiendo por qué nos seguimos disparando los pies. No tenemos ley de cabotaje y no tenemos una carretera que pueda soportar esta carga de tráfico de tránsito tan alta. ¿Por dónde vamos a sacar esos contenedores? Tenemos un país que no está preparado para una gran operación logística como Chancay.
—¿Y sobre la Zona Económica Especial?
—Es cierto que en los planos hay un espacio para un parque industrial. Estamos solicitando que ese parque industrial pase a la condición de Zona Económica Especial, pero la ley sigue durmiendo el sueño de los justos. Sigue en el Congreso en debate y en discusión, y hace poco leí una noticia que dice que el Estado peruano dará beneficios tributarios en estas zonas económicas de entre el 15% y 20% de Impuesto a la Renta. ¿Qué hacen los países vecinos? Uruguay, Colombia, Centroamérica, República Dominicana, Panamá están dando impuesto a la renta cero, y aquí se pretende atraer inversión internacional con 15% o 20% de renta, ¡por el amor de Dios! No estamos entendiendo el tablero de ajedrez mundial de esa lucha global de los mercados por ganarse a los capitales que vienen a traer inversión y tecnología. No estamos sabiendo ubicarnos en ese tablero.
—¿Cuáles serían sus recomendaciones al gobierno como al Congreso para recuperar la economía del país y posibilitar que mucha gente que está en pobreza y pobreza extrema salga de esta grave condición?
—Ya habíamos advertido que para el 2023 la pobreza subiría a 29% y un poco más. Se debe tener en cuenta que 9 millones 800 mil peruanos están golpeados por la pobreza y es la cifra más alta de las últimas dos décadas, quitando la pandemia. Esto nos debe obligar a pensar como país en el cortísimo plazo. Siempre hablé del largo plazo, de hacer un plan estratégico nacional que nos lleve al desarrollo. Eso sigue en pie, pero la pregunta es qué estamos haciendo hoy porque ese futuro no se construye a partir de mañana, se construye a partir de hoy. Se requieren medidas urgentes.
—¿Qué medidas urgentes?
—Necesitamos un plan de reactivación inmediato. Me encantaría escuchar al premier, a la presidenta, y a nuestro ministro de Economía dando un mensaje a la Nación, pero que no nos hable de los Rolex, de los problemas en los que están entrampados, sino que nos hablen de cómo salir de esta bendita pobreza y pobreza extrema que nos sigue golpeando.
—¿Y no seguir culpando a las protestas sociales?
—Exacto. Y no seguir disparando hacia cualquier lado. Espero que en los próximos días el gobierno nos diga cuál es la ruta de la recuperación económica y que vamos a hacer A, B, C, D. Necesitamos inyectar recursos a nuestra economía. De qué vale tener un país con cifras macroeconómicas espectaculares, con el segundo endeudamiento bajo de la región después de Guatemala. Estamos escasamente en 33% de deuda externa respecto al PBI, cuando la región anda en 68% en promedio. La pregunta es ¿de qué vale tener un endeudamiento tan bajo si la economía está tan fría? ¿De qué vale tener US$ 71.000 millones de reservas nacionales si no se ejecutan y no son eficaces cuando se necesitan? ¿Acaso no es momento de invertir esos US$ 71.000 millones? Necesitamos inyectar recursos a nuestra economía. Yo creo que por ahí va la situación.
—¿Y al Congreso?
—Que se dedique a dar normas para reactivar la economía y que no siga pensando en que la dinamización del país se va a dar con los recursos y el bolsillo de los peruanos, porque el uso de la CTS y los fondos de las AFPs es dinero de los peruanos, se está hipotecando el futuro de la jubilación de las personas. Quieren salvar nuestra economía con el retiro de la CTS y la AFP y eso es ineficaz y es populismo puro. Necesitamos normas claras que nos digan cómo se va a inyectar ese dinamismo económico a través de inversiones directas. El Estado tiene la gran ventaja de manejar un presupuesto que podría poner el dinero donde se necesita. Por ejemplo, en los 10 últimos años el presupuesto en obras en infraestructura fue superior a S/ 370 mil millones.
—¿Y a cuánto asciende la brecha en infraestructura?
—Es de 363 mil millones de soles. El Perú pudo haber cerrado sus brechas de infraestructura en 10 años y no se bajó un punto de esa brecha. Preguntémonos ¿Qué estamos haciendo con esos recursos? El Perú en los 10 últimos años incrementó en 105% su gasto corriente; es decir, en planillas y gastos de burocracia. ¿Qué estamos haciendo con los recursos? Lo peor es saber que el Perú está mal, no porque no tenga recursos sino porque no sabe gestionarlos.
—¿Cuál es su llamado a los empresarios del país que hacen el mayor esfuerzo para salir adelante en medio de una situación tan compleja?
—Lo que recomiendo siempre al empresario, pero específicamente al industrial, porque en la industria es donde se genera más movimiento y más rebote en nuestro PBI, es que no podemos perder el optimismo. Los empresarios industriales siempre hemos sido optimistas, creemos en un Perú mejor, creemos en el desarrollo. Por eso somos industriales. Ser empresario industrial significa asumir riesgos, significa apostar, significa creer, formar una visión de desarrollo en el futuro. Eso debemos mantenerlo. Estoy seguro que en el mediano plazo los números tienen que revertirse, pero no esperemos que eso ocurra para empezar a invertir, para traer maquinaria y tecnología. Deberíamos hoy empezar a dar nuestra cuota de sacrificio en esto y seguir invirtiendo.