Carlos E. Paredes, es Ph D en Economía y socio fundador de Intelfin, además es docente universitario y director de empresas. Conversó con Altavoz y señaló que desde el punto de vista del contexto político no se fomenta las inversiones que el país requiere. Calificó de populista la decisión del Congreso de liberar hasta S/ 20.600 de los fondos privados de pensiones y que es un caso perdido porque la autógrafa la puede promulgar tanto el Ejecutivo como el Congreso, que tienen una alianza con miras a quedarse en el poder hasta el 2026.
—El Congreso tomó la decisión de permitir que los afiliados a las AFP puedan retirar su dinero, hasta 20.600 soles. ¿Qué le parece esta decisión?
—Es una mala idea debilitar el Sistema Privado de Pensiones. Hemos buscado una forma de crear fondos de pensiones que permitiesen a los futuros pensionistas tener un ingreso en la época que dejen de trabajar. Y eso se está socavando totalmente. Lo que va a pasar es que esa gente no va a tener pensiones. Y estamos creando un problema para el futuro. Creo que se hace pensando en el muy corto plazo y socava la viabilidad del sistema y la sostenibilidad de mucha gente en su etapa de ancianidad.
—¿Es una medida populista?
—No tengo ninguna duda. Definitivamente, es una medida populista. Totalmente.
—El gobierno podría observar la autógrafa de ley, pero va a llegar nuevamente el Congreso y lo podrían…
—Aprobar por insistencia. Así es, que es lo que van a hacer, pero el gobierno por lo menos debería observarla.
—¿Cree usted que el Ejecutivo lo promulgará para congraciarse con los trabajadores afiliados a las AFP y con sus aliados en el Legislativo?
—Al fin y al cabo, va a ser lo mismo. Yo creo que el Congreso y el Ejecutivo probablemente en su alianza, irán en ese cometido. Es que es un Ejecutivo encargado de asegurar su sobrevivencia.
—Hasta el 2026.
—Sí. Más tiempo para estar en el poder. Yo creo que de repente el Ejecutivo simplemente la promulga. Y si la observa no va a dar la pelea para que eso no se apruebe. Ojalá me equivoque, pero creo que eso ya es una batalla perdida.
—¿Hemos dado pasos inadecuados al momento de pensar, debatir una reforma de pensiones?
—Sí. La gente no ha entendido la importancia de construir un fondo para ellos mismos en el futuro. No hubo un buen mercadeo del sistema con la población. Hay mucha gente que dice que mucho más importante es invertir en su casa y que será la forma tradicional, porque serán sus hijos, sus nietos quienes le apoyen en la casa, etc. Eso puede ser una cuestión, un pensamiento realista. Creo que puede haber razones, como un retiro para la primera vivienda, que es súper razonable para poder retirar tu fondo.
—Ya se permite disponer de un 25% de los fondos para la cuota inicial de una vivienda. ¿Eso sí es razonable?
—Es totalmente razonable, porque apunta a lo mismo, que es asegurar tu vejez. Ahora, el problema de poner porcentajes y no montos, es que, si tienes un fondo muy pequeño, el 25% puede no darte para la cuota inicial. Entonces, hay cosas que son mejorables, pero no hemos entendido la importancia de financiar la vejez.
—Lamentablemente, los trabajadores independientes no tendrán una pensión en el futuro, millones de personas van a verse imposibilitados de tener una pensión.
—De ellos nos estamos olvidando.
—Usted señaló que la intención del gobierno, de la presidenta, es mantenerse hasta el 2026. ¿Va a continuar en esa alianza con los grupos políticos afines a ella? ¿Continuará eso o podría haber algún quiebre que cambie esta situación?
—No veo por qué habría de haber un quiebre.
—¿Va a continuar parejo todo?
—Es lo que podemos esperar.
—¿Es lo más adecuado para la estabilidad del país?
—No, evidentemente no. Estamos frente a un gobierno mediocre, sin objetivos claros de dónde quiere llevar al país. No está dispuesto a dar las peleas que se tienen que dar, no sabiendo qué peleas se tienen que dar. La presidenta Dina Boluarte es infinitamente mejor que Pedro Castillo, pero es todavía un personaje relativamente débil de la política y una persona que no tiene convicciones sobre a dónde llevar el país y la economía.
—¿Cree que es manejada por un grupo político y sigue la línea de ese grupo político desde el Parlamento?
—Yo no sé si manejada. Ella les está permitiendo que hagan lo que quieran. Creo que es una alianza política entre el Ejecutivo y parte del Congreso. Es una alianza entre ambos grupos, donde cada uno le permite al otro hacer sus cosas y llevar la fiesta en paz, sin una visión común.
—Y en este marco, ¿cómo cree usted que los inversionistas nos ven?
—Como una república bananera.
—¿Tanto, así?
—Sí. Somos una república bananera que se porta muy bien en el lado macroeconómico, con un extraordinario manejo macroeconómico, confianza en la estabilidad fiscal y monetaria. La Constitución del 93 es muy buena para darle seguridad a los inversionistas, pero la verdad es que la inversión se ha contraído. Entonces, no hay un gran flujo de inversión que es el que necesitamos en el país.
—El doctor Miguel Palomino, en una entrevista para Altavoz, estimó que la inversión privada para este año, luego de la catástrofe del 2023, podría ser menos de 5%. ¿Esto es aún insuficiente respecto a los ratios de inversión a los que estábamos acostumbrados?
—Sí, creo que debemos regresar a tener una inversión en total del 25 al 27% del PBI.
—¿Y cree factible llegar a esas cifras?
—No se va a dar, porque el contexto político no lo fomenta. No hay acuerdos en torno a una agenda de inversión que es indispensable. Entonces, se tiene que identificar los proyectos que necesitamos y vamos a hacer todo lo posible para destrabar dichos proyectos, públicos y privados.
—Y no se ve que esa relación de proyectos el gobierno quiera lanzarlo. ¿Qué estaría pasando?
—No hay visión, no hay convicción de que eso es lo que el país necesita. Si no hay esa convicción, no van a dar la pelea.
—¿Quién debería impulsar eso?
—El MEF. El ministro de Economía y Finanzas.
—¿Hay un rezago del MEF en cuanto a su liderazgo?
—Tenemos un nuevo ministro, José Arista, que creo que es un muy buen profesional, y espero que él pueda liderar eso como parte del gobierno. De otro lado, usted habló también de la necesidad de crecimiento, tenemos que invertir para crecer, para generar beneficios importantísimos.
—Justamente, sobre el crecimiento, el Banco Mundial elevó sus proyecciones de crecimiento para el Perú a 2,7% para este año, desde un 2,5% anterior. El doctor Miguel Palomino, en la entrevista para Altavoz, señala que el país crecería 2,5% este año con un sesgo al alza. ¿Estamos en condiciones de poder avanzar hacia un mayor crecimiento del país?
—Sí, pero el 2,5% o 2,7% es el mismo crecimiento mediocre. Es un crecimiento muy mediocre.
—¿Con eso no se soluciona nada?
—No, nada. Y además que ese 2,5% o 2,7% incluye varios rebotes de sectores que el año pasado decrecieron. Es un crecimiento bien limitado, magro, decepcionante. Es decir, habiendo decrecido el año pasado 0,6%, este año debería poder crecer 3,5%. Si vas a crecer 2,7% o 2,5% es porque no has reactivado la inversión. Y no vas a reactivar la inversión porque no hay un conjunto de políticas públicas y un acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas y el empresariado sobre qué es lo que hay que hacer para destrabar los proyectos. Se debe destrabar proyectos por 20,000 o 30,000 millones de dólares, que los hay, están en un stop, y que empiecen esos proyectos con su flujo de inversión. No es tan difícil. Esto no es ciencia muy sofisticada. Esto es sentido común. Y me parece que a esta gente le está faltando sentido común.
Sin fallas estructurales
—Detrás de un proceso de crecimiento, detrás de esta gestión de inversiones, detrás de esta posibilidad de atraer más inversiones al país, habría un quiebre en el modelo económico que estaría perjudicando esta situación. El Banco Mundial señala que hay fallas estructurales en el modelo y esto está perjudicando la calidad de vida de los peruanos.
—Yo creo que el modelo económico no tiene fallas estructurales. Lo que tiene fallas estructurales es el Estado que no sabe redistribuir, que no sabe proveer los bienes y servicios públicos que debe. Eso es una falla estructural. Tienes una falla estructural en el sistema de Educación, en el sistema de Salud, en el sistema de Justicia, en el sistema de Seguridad. Todo eso afecta al bienestar de la población. Entonces, si dices que el modelo no funciona, tengo que decirte “Suave Camay”.
—No lo digo yo, lo dice el Banco Mundial.
—¿Qué modelo no funciona? ¿El modelo económico, la economía de mercado no funciona? No. La economía de mercado funciona muy bien. La economía de mercado sacó a más de 10 millones de peruanos de la pobreza, nos permitió ser el país que más crecía en América Latina, que atraía inversiones. Que ha reducido la pobreza sosteniblemente. El modelo económico sí funciona, lo que no funciona es el Estado, las instituciones del Estado, los incentivos que condicionan el comportamiento de los funcionarios públicos, quienes no toman las decisiones por miedo, muchas veces, que se requieren tomar para que el Estado sea funcional, porque tenemos un Estado disfuncional. Claro que hay problemas estructurales que tienen que resolverse. Empezando por un Estado disfuncional, un Estado que no está presente en muchas partes del territorio nacional. Anda a la Amazonía y es lamentable. Es un Estado que hace cosas que no debería hacer, como en Petroperú. ¿Qué hace el Estado peruano gastando 5,000, 6,000 millones de dólares en una refinería?
Reformar el Estado
—Si tendría que hacerse algún afinamiento respecto al modelo, de las cosas estructurales que señala el Banco Mundial, ¿qué debería hacerse? ¿O todo marcha muy bien?
—No, no. ¿Cómo va a estar todo bien? Se tiene que afinar algunas cosas. El Estado se tiene que reformar. Y hay que lograr atraer a lo mejor del capital humano del país al Estado. Para eso tienes que pagar buenos sueldos, tiene que haber carrera pública, para eso el funcionario tiene que dejar de ser visto como un potencial gángster. Se tiene que dejar de lado la presunción de culpabilidad de los funcionarios públicos que condicionan el comportamiento de la Contraloría General de la República y la Fiscalía. Hay muchas cosas que hacer para reformar el Estado. Ese es el tema central de políticas públicas.
—El Banco Mundial ha señalado que una de las complicaciones en el país y en la región, son los monopolios. Además, cuestiona que haya un círculo vicioso del poder de mercado y de poder político del sector empresarial que se retroalimenta en resultados no deseados para la sociedad. ¿Cuál es su opinión?
—En el Perú los monopolios están regulados por organismos supervisores bastante sólidos, como Osiptel, Osinergmin, Ositrán, etc. Tenemos un marco de concesiones bastante transparente y entonces no veo mayor problema ahí.
—¿Y en el sector financiero por ejemplo?
—Hay mercados donde hay alta concentración en la provisión de bienes y servicios. Tenemos alto grado de concentración porque somos una economía muy pequeña. Es natural que eso pase. El problema no es la concentración, es el abuso de posición de dominio. Y eso es lo que trata de corregir la Comisión de Libre Competencia del Indecopi y creo que lo ha hecho bastante bien.
—Además, hay una Ley Antimonopolio que salió algunos años atrás a propósito de regular ciertas concentraciones en varios mercados.
—Sí, bueno. La concentración en sí misma no es mala. En mercados tan pequeños es natural, el problema es que haya abuso de posición de dominio. Y para eso tienes que tener instituciones supervisoras y multas muy grandes para desincentivar esa conducta. Se tiene que promover la competencia y con el avance tecnológico hay cada vez más competencia. En el sistema financiero; por ejemplo, si yo voy al banco y cambio dólares, de repente me dan por un dólar S/ 3,55 y si quiero comprar un dólar me cobran S/ 3,90. Eso es inaudito. El margen es muy grande entre la compra y la venta, pero ahora puedo ingresar a una aplicación donde hay un montón de apps donde puedo comprar el dólar a casi el mismo precio a cuando lo venden. Entonces los márgenes se han reducido.
—Por eso la importancia del ingreso de nuevos jugadores…
—Fomentar la competencia, fomentar la entrada de nuevos actores es el mejor instrumento para combatir el abuso de posiciones de dominio.
—De otro lado, el Banco Mundial considera necesario un debate respecto a cobrarle más tributos a los súper ricos con la finalidad de que los estados tengan mayores ingresos tributarios. ¿Qué opina?
—Se habla de los súper ricos. Yo no sé cuántos súper ricos hay en el Perú. No sé cuánta parte de sus súper riquezas estén en el país y sea gravable por la Sunat. Tenemos un problema del sector formal versus el informal muy grande. Si se sigue gravando más a los formales se fomenta la informalidad y la evasión. Subir las tasas a los que más ganan, y de repente puedes subir un par de puntos…
—¿O un impuesto especial?
—Un impuesto especial, sí, a la minería cuando hay super precios. Eso está bien, eso ya está hecho y eso ya está vigente. Y hay regalías que se mueven con los precios, en el caso del petróleo, también. El problema no es tanto por ingresos, es la incapacidad del Estado para, con esos ingresos, proveer bienes y servicios. Los ingresos aumentaron brutalmente en los últimos 20 años, brutalmente. Lo que no vemos es que la oferta de servicios y bienes públicos haya aumentado en la misma proporción. Lo que aumentó es la burocracia. Y el problema de que con más recursos fiscales aumentas el empleo público es que esos nuevos empleados públicos tienen que justificar su existencia y se les ocurre generar regulaciones. Eso enmaraña al sector privado y lo hace menos eficiente.
Incierto panorama político
—De otro lado, ¿cómo ve el panorama político de cara al 2026?
—Muy incierto. Inciertísimo.
—¿Y tener un panorama con incertidumbre frena las inversiones?
—La presencia de candidatos como Antauro y gente anti progreso tienen un discurso irracional y dañino para el Perú. Eso frena no solo las inversiones, sino también frena el deseo de consumir más y de hacer más cosas en el Perú, y de vivir en el Perú. Estamos volviendo a exportar peruanos.
—¿Y una próxima postulación de Keiko Fujimori polarizaría al electorado también si Antauro también participa? Ya hemos visto que, en elecciones anteriores debido a esa polarización, gana el peor.
—Ese es un riesgo. Sí. Y el riesgo es la pobreza de nuestros partidos políticos. Tenemos partidos políticos que están fragmentados. El electorado está fragmentado. Los partidos se crean y se vuelven activos antes de las elecciones, después casi que desaparecen.
—Con honradas excepciones. Hay de los mantienen su institucionalidad.
—Espero que sí. Pero no hay una gran actividad partidaria en el Perú. ¿Dónde están los documentos que presentan los partidos políticos, con comunicados frente a los problemas? Como acabas de hablar, sobre las AFP, el Sistema Privado de Pensiones. ¿Dónde están los partidos diciendo oye, estoy de acuerdo o no, con esto? No se pronuncian. No hay partidos políticos.
—Y además reciben financiamiento para sus campañas políticas. El Estado les financia.
—Creo que ese problema con la institucionalidad política es el más grave que tenemos.
“Generar riqueza y reformar el Estado”
—De otro lado, usted presentó un nuevo libro, ¿de qué se trata?
—Se llama “Generar riqueza y reformar el Estado”. Y gira en torno a estas dos ideas. Lo importante es combatir la pobreza, que es lo mismo que generar riqueza. La gente no entiende eso. Tenemos que hablar de la necesidad de que en el Perú generemos más riqueza y hagamos todo lo posible para que más peruanos puedan generar más riqueza. Eso implica reducir la pobreza. Y no hay que tener miedo a decir queremos más ricos. Hubo alguien que dijo “No más pobres en un país rico”. Acá queremos más ricos en un país que puede ser rico. Para que un país sea rico, tiene que tener ricos.
—¿Qué se debe hacer para lograr eso?
—Destrabar las inversiones, proteger la propiedad privada. Hacer que el Estado redistribuya. Eso es la segunda parte del libro: Reformar el Estado. Hacer que funcione, porque tenemos un Estado disfuncional. Un Estado que no hace lo que tiene que hacer y que hace cosas que no tiene que hacerlo. Ejemplos: No atiende bien la salud pública, no brinda un sistema eficaz de justicia, no da seguridad interna requerida. El Estado provee un sistema de educación pública muy deficiente. Los estudiantes en la Amazonía tienen notas de comprensión lectora bajísimas. No entienden para qué van tantos años al colegio si no aprenden a comprender lo que leen.
—Entonces, ¿cómo se reforma el Estado?
—Reformando a los funcionarios públicos. A los funcionarios públicos les tienes que quitar el miedo a la Contraloría. Yo creo que aquí la Contraloría y la Fiscalía, el Ministerio Público, le han hecho mucho daño al funcionamiento del Estado. Lo han paralizado. El Estado es ineficaz porque no toma decisiones de manera oportuna, rápida. El funcionario público tiene miedo, sabe que es visto por la Contraloría y la Fiscalía como presuntamente culpable.
—Como un presunto corrupto, porque como sabemos la corrupción de funcionarios públicos pone en alerta a esas instituciones que usted señala.
—El funcionario se cuida y no toma las decisiones adecuadas. Debe estar seguro de que si toma decisiones no le pasará nada. Hay que reformar la Contraloría. Hay que repensar la forma en que ejercemos la función de control en el país.
—En su anterior libro, usted escribió “La tragedia de las empresas sin dueño”. ¿Qué le llevó a escribir ese libro?
—Fui presidente del directorio de Petroperú. Lo que hago en ese libro es una mezcla de crónica con ensayo en el que relato lo que encontré en ese animal tan grande que es Petroperú. Estuve en la cabeza del animal y me enteré cómo actúa, cómo se comporta. Y lo que escribo ahí es que hay una gran cofradía, que son los gerentes y dirigentes sindicales que hacen caso omiso de lo que los peruanos necesitamos. Los peruanos somos los reales dueños de la empresa, pero ellos trabajan para sí mismos y para sus objetivos que están divorciados de los objetivos de los peruanos. Entonces, no hay un comportamiento de parte de la gerencia, consistente con los objetivos de los dueños.
—¿Cuál debe ser el papel de la ciudadanía, de la sociedad civil, en ese monitoreo de promoción de una buena gobernanza en empresas públicas, como Petroperú?
—Tenemos que salir de las empresas públicas, de la mayor parte de las empresas públicas. Colocar al Estado en su mínima expresión. Para que haya actividad empresarial del Estado tiene que haber una buena razón. ¿Qué hacemos con Petroperú? ¿Cuál es la necesidad de Petroperú? Cuando estaba en el directorio de Petroperú, la empresa abastecía el 50% del mercado nacional de combustibles. Hoy abastece menos del 25%, menos de la mitad. ¿Has visto desabastecimiento de combustibles en el país? Nada, no en absoluto. Lo que ha pasado es que Petroperú pierde más plata por sus ineficiencias, por su pésima gestión. Y las pérdidas que genera, causadas por una gestión muy deficiente la vamos a pagar todos nosotros.
—¿Y qué pasa, con los países vecinos: Ecuador, Colombia, Chile, que posicionan y le dan fortaleza a sus empresas estatales?
—Eso es problema de esos países.Tenemos suficientes problemas en el sector público como para preocuparnos de la gobernanza del sector Salud, y no debemos desviar nuestra atención y recursos a tratar de hacer empresas para competir con el sector privado. No tiene sentido.
—¿Cuáles serían las cinco medidas más importantes que debería hacer el gobierno y el Ministerio de Economía para reencauzar el país en la senda del crecimiento?
—Uno, poner una agenda los proyectos de inversión muy ambiciosa, con montos, fechas y tareas para que se puedan empezar a ejecutar. Eso ya es en sí mismo bien grande. Y poner mesas de coordinación con todas las agencias del Estado y las empresas privadas que se requieren para coordinar y destrabar los proyectos. La segunda, es reformar, reestructurar la Contraloría General de la República. No podemos seguir haciendo más de lo mismo. Hay que hablarlo claro, la Contraloría está entorpeciendo el actuar del Estado y hay que declararla en reestructuración para buscar una forma de control que permita combatir efectivamente la corrupción sin entorpecer la marcha del Estado. Tercera, haría una evaluación del empleo estatal y de cuántos empleados se necesitan y cuántos no deberían estar. Ver un plan de reducción del empleo estatal. Ver transferencia de funcionarios del sector privado y un empoderamiento y calificación de los funcionarios públicos. Hay que dejar de pensar que esta gente es floja, corrupta y que son incapaces, de eso hay, pero no necesariamente la mayoría. Lo que tenemos es una gran mayoría de funcionarios públicos que responden a incentivos que son perversos, pero a los que el Estado necesite hay que calificarlos, hay que pagarles mejor y tiene que haber una carrera pública. Lo que no puede hacer el Congreso es dar leyes que debilitan este proceso de calificación de los funcionarios públicos.
—El caso, por ejemplo, de la contrareforma educativa, con el caso de Sunedu, y la posibilidad de contratar a los docentes que fueron jalados en pruebas de conocimiento.
—Eso es lamentable. Cómo puedo fortalecer al empleado público si atraigo a gente que tuvo la oportunidad y no cumplió.
—Está en desacuerdo entonces con el desmantelamiento de la Sunedu.
—Totalmente. Es un retroceso enorme.
—¿Cuál es la cuarta medida que plantea?
—Haría promoción de la inversión, un fortalecimiento de ProInversión y revisaría los programas de concesiones para aumentar los plazos contra compromisos de inversión. Eso es fácil de hacer. Te preocupa mucho Chancay que tenga un uso exclusivo de los servicios, bueno entonces promueve que haya inversión en otros puertos, y para eso amplía plazos de concesión contra programas de inversión, eso se puede hacer de inmediato.
—Se quebró las reglas del juego con lo que se hizo con el puerto de Chancay, porque si le dan la exclusividad de los servicios esenciales y luego se la quitan, porque hay un vacío legal, obviamente se desincentiva inversiones futuras.
—Cuando te dije que somos una república bananera, eso es un ejemplo.
—La quinta propuesta.
—Es indispensable traer gestión privada a la salud pública y la educación pública. Hay que buscar formas de atraer gestores privados a hospitales públicos como se ha hecho con las APPs, lo mismo se puede hacer con colegios. Empecemos a hacerlo, nos va costar menos dinero y vamos a tener mejores resultados de calidad.