La agricultura peruana atraviesa un momento de contrastes y oportunidades. Por un lado, el agro moderno, orientado a la exportación, mantiene un notable dinamismo con envíos que en 2024 alcanzaron un récord cercano a US$ 12,700 millones, y que en junio de 2025 crecieron 13,3% en volumen, consolidando la tracción de los productos peruanos en mercados internacionales.
Por otro lado, la agricultura familiar, que representa alrededor del 97% de las unidades agropecuarias del país y constituye el pilar de la seguridad alimentaria, enfrenta severas limitaciones desde la baja productividad, poca capitalización, el limitado acceso a financiamiento y la alta vulnerabilidad climática.
Bajo ese contexto, en el marco del Día Mundial de la Agricultura, resulta importante señalar la necesidad de políticas públicas diferenciadas que permitan construir un sistema agrícola más inclusivo, sostenible y resiliente.
Jacques Julien, profesor e investigador del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), explica que un paquete integral de políticas podría estructurarse en torno a cinco pilares, con instrumentos concretos y criterios de focalización:
- Tecnologías productivas y gestión del agua. Inversión público-privada en riego tecnificado, cosecha de agua y mantenimiento de infraestructura hídrica, con prioridad en microrregiones vulnerables.
- Servicios de conocimiento y adopción tecnológica. Una red nacional de extensión que combine asistencia presencial y plataformas digitales, enfocadas en agricultura climáticamente inteligente.
- Finanzas rurales y manejo de riesgos. Créditos verdes con garantías parciales, seguros agrícolas indexados al clima y esquemas de micro-leasing para maquinaria y postcosecha.
- Articulación comercial y compras públicas inclusivas. Alianzas productivas con agroindustrias y ampliación de la Ley N.° 31071 para garantizar mercados estables a la AF.
- Sostenibilidad ambiental e incentivos a la conservación. Pagos por servicios ecosistémicos, subsidios verdes, bioinsumos y planes de restauración comunitarios.
Julien sostiene que la eficacia de este paquete depende, principalmente, del fortalecimiento organizativo y seguridad jurídica, donde el gobierno, el sector privado y la academia, deben establecer objetivos graduales y medibles, con un sistema de monitoreo que evalúe productividad, ingresos rurales, adopción tecnológica y sostenibilidad ambiental.
“Una agricultura más productiva y mejor conectada con mercados genera ingresos más estables, lo que permite a los hogares rurales invertir en educación, salud y vivienda. También ayuda a reducir la pobreza rural; que aún afecta al 41% de la población del campo y disminuye la presión migratoria hacia las ciudades”, explica el especialista del CIUP.
Agricultura como motor de desarrollo
El incremento de la producción agrícola consolida la inserción del Perú en cadenas globales de valor, con destinos como China, Estados Unidos y la Unión Europea, aumentando a la vez los ingresos fiscales vinculados a las actividades conexas. Asimismo, su crecimiento impulsa al turismo y la restauración, especialmente a través de la gastronomía peruana, reconocida internacionalmente como uno de los principales atractivos del país.
De igual manera, se expande la demanda de transformación, empaque y conservación de alimentos, lo que impulsa a la agroindustria. El auge de productos como los espárragos, arándanos o paltas ha favorecido la instalación de plantas de procesamiento en regiones como Ica, La Libertad y Lambayeque, generando empleo formal y, en particular, nuevas oportunidades para mujeres y jóvenes.
En ese sentido, la agricultura peruana no solo produce alimentos y divisas, sino que dinamiza múltiples sectores de la economía y constituye un motor estratégico de desarrollo económico, social y territorial.
En esta fecha, resulta crucial apuntar y avanzar hacia un modelo agrícola inclusivo y sostenible que permitirá que el crecimiento exportador se convierta en una palanca real para la reducción de la pobreza rural, la resiliencia climática y la competitividad del país en los mercados globales.