Hace algo más de diez años, una encuesta de la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS, por sus siglas en inglés) seleccionó a Teófilo Cubillas como el mejor futbolista de la historia de Perú y uno de los cincuenta mejores de todos los tiempos a nivel global. Quienes tengan ya algunos años a sus espaldas seguramente recordarán todavía la trayectoria impresionante del Nene, que desarrolló la mayor parte de su carrera en el Alianza Lima y, más tarde, en el Fort Lauderdale Strikers de Miami.
Con la selección peruana, Cubillas llegó a jugar 81 partidos en los que anotó 26 goles. Aún hoy, Cubillas sigue en el top 3 de los máximos anotadores de la bicolor, solo superado por Jefferson Farfán y Paolo Guerrero –con 21 y 31 partidos más que él, respectivamente–. ¡Si los operadores de apuestas como 1xbet app hubieran existido en aquel entonces, seguramente las cuotas darían muchas posibilidades de anotar a Cubillas en cada partido!
El olfato goleador de Teófilo Cubillas fue una de sus principales características y, de hecho, lo llevó a convertirse en el máximo goleador de la Primera División peruana tanto en 1966 –el año de su debut– como en 1970. Considerando que Cubillas era un centrocampista ofensivo y no un delantero, estas cifras eran aún más impresionantes y no tardaron en atraer el interés de algunos de los mejores clubes europeos de la época.
Así es como Cubillas terminó firmando por el Basilea en 1973, aunque su etapa en el club suizo sería efímera. Tan solo jugó diez partidos, en los que, eso sí, llegó a anotar tres goles, un promedio que no estuvo nada mal. El Porto no tardó en incorporarlo a sus filas, así que Cubillas pasó a defender el cuadro portugués entre los años 74 y 77, con un promedio goleador de más de medio gol por partido.
Antes de su marcha hacia Miami, Cubillas volvió a jugar para el Alianza Lima entre el 77 y el 78, de nuevo con un enorme impacto en el equipo. Sus buenas cifras le valieron un gran contrato en el Fort Lauderdale Strikers, donde desarrolló su última gran etapa en el fútbol hasta 1983. Para ese entonces, Cubillas ya tenía 34 años y sus piernas ya no rendían como antes. Fue a partir de acá que dejó de ser titular indiscutible en los clubes en los que jugó.
Un breve regreso al Alianza Lima –el penúltimo–, una aventura esporádica en el South Florida Sun, su último episodio con el Alianza Lima entre 1987 y 1988 y, finalmente, un cierre de su etapa en Miami con veinte partidos repartidos entre el Fort Lauderdale Strikers y el Miami Sharks. El año ya era 1989, Cubillas cumplía los cuarenta y se bajaba el telón en la carrera de uno de los futbolistas más grandes que dio Perú.
Muchos de nosotros todavía recordamos a Cubillas por su impresionante mundial del 78, marcado por el gobierno militar argentino, pero donde logró anotar cinco goles, superado solo por Mario Kempes. Por todo esto, la memoria de Cubillas todavía sigue viva gracias a su juego elegante, su técnica depurada, su impresionante visión de juego y, sobre todo, su inolvidable idilio con el gol.