Así lo califica el abogado tributarista, Jorge Picón, a la norma dada por el Ejecutivo que grava con IGV a las plataformas digitales, entre ellos Netflix, Disney, Spotify, entre otros.
Fuertes cuestionamientos a la norma con la que el gobierno pretende gravar con el Impuesto General a las Ventas (IGV) al servicio que reciben los usuarios en las plataformas digitales, hizo el abogado laboralista, Jorge Picón.
En una entrevista en Altavoz en radio Vital, Picón calificó de ser un “impuesto mal diseñado” y de que hay la intención del gobierno a través del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de “recaudar por recaudar”.
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Al final, señaló, no lo pagarán las empresas a las que el usuario acuda a través de las aplicaciones, sino serán los propios usuarios, los que pagarán el impuesto.
“Hay que tener claro que no se está cobrando a la empresa. No es Netflix ni Disney quienes pagarán el impuesto. Es un impuesto creado al consumo y que va gravar a los usuarios del servicio de internet, desde Netflix, Disney, Google drive, y cualquier servicio a través de los Apps”, señaló.
Sin embargo, el especialista dio a entender que habría un doble cobro para los usuarios, toda vez que pagará por el impuesto propiamente dicho, el IGV, pero también la comisión que los bancos le cobrarán por la retención del impuesto.
Para el especialista el MEF no analizó bien la aplicación del impuesto que empezará a regir desde octubre toda vez que como los usuarios recurrirán al servicio bancario, el banco identificará la operación de compra de la app, va cargar el impuesto y la entidad bancaria le cobrará también una comisión por el hecho de haber creado un software para ello.
Recordó que cuando el gobierno impuso la aplicación del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), los bancos también aplicaron una comisión y en muchos casos las comisiones bancarias eran más altas que el mismo impuesto.
Picón estimó que si el consumidor paga US$ 10 por un servicio streaming, por ejemplo, con el impuesto y la comisión bancaria, podría costarle entre US$ 12,5 y US$ 14 por este servicio a partir de octubre.
Por ello, el especialista señaló que se trata de un impuesto mal diseñado, que al parecer no contó con mayor análisis, y que hay un afán del gobierno de recaudar por recaudar.
“Me parece que es impuesto mal diseñado, no hay un análisis económico detrás. Se está gravando al usuario, directamente, a las personas que ya pagamos impuestos por todo, un impuesto más”, señaló.