El régimen del dictador Nicolás Maduro ha anunciado un acuerdo con el gobierno de Brasil, encabezado por Lula Da Silva, para que se encargue de la custodia de las sedes diplomáticas de Perú en Venezuela.
La acción se alinea con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 y la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963, tratados internacionales ratificados por Perú y Argentina.
Hasta ahora, Maduro no ha tomado medidas para proteger los intereses de los ciudadanos venezolanos en Perú. Días antes, ordenó el cierre de la Embajada de Venezuela en Lima, dejando a miles de venezolanos en incertidumbre respecto a los trámites que habían iniciado.
La misión diplomática venezolana en Twitter anunció que no se procesarán citas para pasaportes, visas o documentos de viaje, y que los titulares de pasaportes extranjeros serán contactados para la devolución de su documentación.
Nancy Arellano, vicepresidenta de la Coalición por Venezuela, advirtió sobre la posibilidad de una nueva ola migratoria si no se resuelve esta situación favorablemente. Indicó que aproximadamente el 25% de la población estaría dispuesta a abandonar el país si Maduro permanece en el poder. Arellano también subrayó que, a pesar de los conflictos entre países, las relaciones consulares deberían continuar.
Por otro lado, miles de venezolanos en Perú organizaron movilizaciones, vigilias y misas en rechazo al fraude electoral perpetrado por Maduro el 28 de julio. El 3 de agosto, en la avenida Arequipa de Lima, se llevaron a cabo manifestaciones para apoyar las acciones de la oposición, liderada por María Corina Machado y Edmundo González, con pancartas que expresaban: “Podrán callar nuestra voz, pero jamás nuestro espíritu” y “No al fraude electoral. No queremos más dictadura. Venezuela Libre”.