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Pedro Gamio: Si no tomamos decisiones sufriremos una disparada en el precio de la electricidad en niveles preocupantes

El profesor universitario y exviceministro de Energía entre el año 2006 y 2008, durante el segundo gobierno del expresidente Alan García, advierte que al Perú solo le restan 16 años de gas natural barato y que luego de ello se pagará a precios internacionales. Sostiene que el país no avanzó lo que debería en generación y uso de energías renovables y que debemos acelerar en ese proceso porque solo un 6% del sistema proviene de la generación eólica y solar. 

¿En qué momento estamos en la transición hacia las energías renovables?

—Estamos en un momento donde pronto el país va a pagar un precio mayor del que hoy paga por la energía. Transición energética significa asistir a una combinación entre gas natural y energías renovables, principalmente. Prácticamente el 72% de la economía peruana depende de los hidrocarburos. No hemos avanzado en el uso de las energías renovables y eso nos pone en desventaja para llegar al 2030, que es la fecha del punto de despegue del hidrógeno verde. Tenemos las mismas potencialidades con energía solar que tiene Chile, y Chile que ya está en un 39%.

—¿Y el Perú en cuánto va?

—Si no pasamos del 20% con infraestructura a base de energía solar y eólica, no vamos a poder producir hidrógeno verde en costos competitivos para ser uno de los proveedores de la Unión Europea, que va necesitarlo. Quiero mencionar lo que dijo el finado expresidente Sebastián Piñera, en un contexto donde el cobre para Chile durante el siglo XX fue importantísimo y representó casi el 80% de su ingreso nacional.

—¿Y qué dijo Piñera?

—“Lo que fue el cobre para Chile en el siglo XX, será el hidrógeno verde para Chile en el siglo XXI”. Esto es un ejemplo de lo que significa tener claridad de visión de futuro y de lo que conlleva el cambio de matriz a nivel global, y cómo el hidrógeno verde será una gran oportunidad para quienes tienen la radiación solar extraordinaria como la tiene Perú, como la tiene Chile, que se equipara a Arabia Saudita.

¿Podemos perder esa oportunidad?

—Si no ponemos en valor ese potencial, vamos a perder una gran oportunidad, porque de acuerdo al planeamiento que hace Alemania, en el 2050 ya el hidrógeno verde será un actor relevante en la matriz energética mundial.

—¿En el Perú, en energía solar y energía eólica, qué porcentaje se utiliza como parte del sistema?

—No pasamos del 6% en este momento.

¿Entre ambos?

—Entre ambos.

Si lo desmenuzamos en eólica y solar, ¿cuánto es cada uno, aproximadamente?

—Tenemos más eólica que solar. Y eso es un problema, porque nos hemos demorado en el desarrollo de la infraestructura de energías renovables.

—¿En cuánto debíamos haber aumentado la participación de las energías renovables en la matriz eléctrica?

—Si se hubiera hecho lo correcto, hubiéramos tenido el 2013, un 10%, el 2015 hubiéramos tenido 15%, y para el 2023 estaríamos ya en 20%.

¿Y no tenemos un plan hacia futuro que nos muestre este derrotero como Chile lo tiene?

—Hay planeamiento básico, pero el problema no es solo tenerlo, sino que sea vinculado al Ministerio de Energía y Minas.

—¿Y eso no ocurre?

—No ocurre porque hubo, sobre todo en el gobierno del señor Castillo, mucha inestabilidad, con gente sin mayor preparación en puestos directivos. Se dañó lo poco de meritocracia que se había trabajado en el Estado peruano.

¿Estamos a tiempo para enrumbar el camino?

—Sí estamos a tiempo, pero hay una tarea gigantesca, porque necesitamos un equipo think tank, necesitamos un equipo de planeamiento estratégico, y cumplir el decreto de emergencia climática que señala que la participación de las energías renovables en el mercado eléctrico por lo menos debería estar entre 13% y 15%. Hay que corregir esa falta de decisión, porque también tenemos otro problema en el frente interno.

—¿Cuál es ese problema?

—El año pasado hubo déficit de agua por estrés hídrico, porque el cambio climático nos está jugando malas pasadas y el comportamiento del agua no es como está en los pronósticos históricos. Cuando hay falta de agua en un momento imprevisible, que es la principal fuente de suministro eléctrico del Perú, hay que utilizar de manera urgente el diésel. Y el año pasado casi hemos llegado a los US$ 3 mil millones en el uso de diésel.

¿Cuál es la incidencia de haber utilizado 3 mil millones de dólares?

—Son casi, casi 3 mil millones de dólares. La incidencia es que la energía nos cuesta el doble o el triple.

Cada vez más caro…

—Doble o triple, y esa subida hace que, desde la minería hasta el hogar más humilde, todos paguen la cuenta de electricidad alta y esto paraliza al país.

¿Se avecina incremento en las tarifas eléctricas?

—Me permito decirle que, si no tomamos decisiones pronto para que en tres años tengamos más producción con energía solar y eólica, si no lo hacemos, si no completamos la tarea en el corto plazo, vamos a tener que sufrir una disparada del precio de la electricidad en niveles preocupantes. No solo por el escenario internacional de guerras con pronóstico reservado y que ya significa un precio alto del petróleo y derivados, sino por no tener capacidad de producción con energía renovable. Se debe tener en cuenta que el gas natural tiene un tope, tiene un límite.

—Pero tenemos Camisea que surte a parte de los hogares y permite generar electricidad, a partir del gas natural…

—No tenemos las mismas reservas que teníamos en el 2004 cuando comenzó la explotación del gas de Camisea. Nos quedan 16 años de reservas de gas barato, después habrá más gas, pero a precio internacional. Es una gran diferencia con el precio regulado que tiene el Perú.

—Por ello es indispensable avanzar con energía eólica y solar…

—Así es. Avanzar en la generación con sol y viento. De acuerdo a un informe técnico, la cobertura térmica con gas natural le da el respaldo al sistema eléctrico peruano de poder llegar al 20%, sin sol y viento, sin problemas. No obstante, la gran minería lo pide porque ahora le demandan al exportador de cobre peruano la exigencia de carbono neutral, es decir menor producción de gases de efecto invernadero que es un requerimiento internacional. La mitad de las empresas más competitivas, más productivas, del país son las que atienden al mercado internacional. Esas empresas le dan al Perú el 75% de su ingreso nacional.

¿Qué significa eso?

—Que la gran mayoría de pequeñas empresas que atienden el mercado interno no tienen la productividad que tiene esta fracción de compañías que le venden al extranjero. Por ello, es el Perú más moderno el que está soportando el 75% del ingreso nacional. Esa es la distorsión, el cuello botella.

Estamos a distintas velocidades.

—Sí, definitivamente. Distintos espacios y tiempos en la historia cuando uno camina por el Perú. Y eso nos pasa factura. Por ello se debe acelerar el camino a las energías renovables para permitir cumplir con las tres variables que reclama Naciones Unidas para un país que quiere tener capacidad de respuesta frente al calentamiento global.

—¿Cuáles son?

—Seguridad hídrica, seguridad energética y seguridad alimentaria. Si conseguimos las tres variables, podremos revertir situaciones complicadas en el país, como por ejemplo el de la malnutrición en los niños de 5 a 10 años. Hoy sabemos con nombre y apellido quiénes son los niños que nacen con menos kilos. Y se podría atender la nutrición de los niños, cuando el periodo más crítico está entre los que están por nacer y los primeros 5 años de vida.

¿Cree que, en este contexto, con este panorama político tan complicado podríamos avanzar en lo que usted dice?

—Yo creo que sí. En lo que queda del gobierno, una salida interesante puede ser convocar a los parlamentarios con mayor capacidad de atender un sector. Por lo menos que haya 5 parlamentarios de las distintas tendencias en un gabinete de unidad nacional. De lo contrario, el Perú puede pagar un precio alto, porque es evidente que hay un desequilibrio político en el Congreso. Pues hay que sincerar eso, y la mejor manera de haceroo es que las principales fuerzas políticas con posición de dominio en el Congreso se den cuenta que hay que dar resultados y de lo que significa gobernar.

De otro lado, ¿en el país estamos en buen momento para empezar a debatir un proyecto ley de portabilidad eléctrica, como ocurre en el sector de las telecomunicaciones?

—En el Perú los puntos de atención de electricidad dependen de una sola línea. En ese sentido, la portabilidad puede darse tras consolidar la fortaleza del sistema eléctrico y las energías renovables pueden ayudar muchísimo para eso. No puede haber portabilidad en lugares donde hay solamente un par de líneas.

Por ejemplo, los usuarios residenciales reciben electricidad de un solo distribuidor ¿allí no funcionaría la portabilidad eléctrica?

—Complicaríamos la gobernabilidad en el sector eléctrico porque primero hay que lograr que haya mayor competencia en generación. Con mayor incorporación de sol y viento en la generación de energía se logrará esa mayor competencia. Además, hay que reglamentar la Generación distribuida para llegar al concepto que ya existe en Chile y Uruguay. Un importante actor social son las comunidades energéticas, donde un conjunto de hogares, un número importante de hogares, se unan y negocien directamente su tarifa.

—Eso aún no existe en el país.

—Esa portabilidad a la que se llega con una madurez de la generación distribuida todavía en el Perú no ha comenzado. Se está dando espontáneamente, pero hay un reglamento que se está esperando hace buen tiempo y que es fundamental para no retrasarnos en las nuevas regulaciones que permiten que los pequeños también se vuelvan productores de energía.

—¿Y eso nos daría la posibilidad de contar con portabilidad eléctrica, al igual que en comunicaciones o todavía habría compás de espera en el corto y mediano plazo?

—Eso no significa atarnos de manos. Hay que avanzar en el paso uno y dos, que significa reglamentar la Generación distribuida y hacer que se suplan las carencias en la mayor parte de las regiones con inversión de medianos o grandes empresarios que pueden cogenerar, que pueden apoyar a la distribuidora estatal brindando la energía a costos competitivos menor que el precio en barra que regula Osinergmín. Si eso es posible tendríamos una fortaleza descentralizada de la generación, con el desarrollo de la energía eólica, energía solar, la biomasa, la geotermia. Todo generará condiciones para que madure el parque eléctrico peruano y tener los avances que vemos en otros países.

—Hay un plan llamado Ñukanchik (nosotros con ustedes incluidos, en quechua) desarrollado por oficiales de reserva del Ejército Peruano, que consiste en instalar kits con paneles solares y una conexión básica de electricidad para iluminación y carga de celulares, en comunidades aisladas donde no llega ni el Estado ni el mercado. ¿Qué le parece?

—Un proyecto como el que comenta sería eficaz y se debería reproducir bien con la Generación distribuida donde la energía, por ejemplo, vaya al pequeño negocio que está en una zona alejada. Esa es la forma de conseguir calidad de vida para los peruanos que están fuera de la interconexión, porque cuesta muy caro llegar con la línea eléctrica hasta un lugar tan alejado.

—¿Un buen proyecto, entonces?

—Claro, pues hoy la tecnología permite dotar de energía solar que alimente la antena de comunicaciones, y tener un panel solar que preserve vacunas y medicamentos en los pueblos aislados y alejados del Perú. Esta forma de energía puede estar en distintos escenarios, algo que antes no teníamos, que es la capacidad de vencer todas las barreras para el pleno desarrollo humano. Ahora, con energías renovables, desde la comunidad achuar, machiguenga, ashaninka, un niño y una niña pueden conectarse al mundo de una manera sorprendente. Eso puede, por ejemplo, a través del conocimiento, mejorar la técnica para cultivar sus productos. Es increíble lo que significa esta revolución que vivimos, la cuarta revolución que empodera a quienes antes miraban la lejana capital del Perú como un tremendo árbol de Navidad artificial, pero que en el fondo ya no es la respuesta para todos. Esta llamada migración del campo a la ciudad, que se concreta con un 65% de peruanos que viven en la costa, tiene que cambiar.

—¿Y cómo hacerlo?

—La única manera es abriéndole los ojos a los peruanos de que hoy, con tecnologías renovables, su calidad de vida puede ser sorprendente sin necesidad de salir de su espacio de vida, de salud y donde tiene maravillas de recursos fuera de la capital, porque Lima está muriendo de ahogamiento, ya no puede recibir más gente porque los servicios colapsan y los recursos están fuera de la ciudad. Esta cuarta revolución industrial nos llevará a descentralizar el Perú desde la economía y esa es la forma de hacerlo.