Altavoz conversó con Augusto Cauti, asesor estratégico corporativo de Macusani Yellowcake, la empresa que desarrolla el proyecto Falchani, en el distrito de Corani, en la región Puno, con el que Perú pasa a ser el cuarto país con recursos de litio en roca del mundo. Señala que en una época de crisis y de incremento de la pobreza en el país, se debe acelerar los permisos para que proyectos como el de Falchani, pasen a la etapa de producción.
—Una buena noticia, se estima que la demanda de litio va a crecer a 2030, casi raspando el 500% ¿Qué implica esto para el país?
—Es una noticia favorable, alentadora y positiva. El hecho de tener recursos de litio en el Perú que puedan ser explotados comercialmente y que haya una necesidad mundial por consumir este recurso, es sin duda es una gran noticia.
—¿Y en función de qué condiciones cree que se está elevando esta importante demanda mundial de litio?
—La alta demanda viene ya dándose hace unos dos o tres años, principalmente por el auge, cada vez mayor, de la electromovilidad y de los aparatos electrónicos que requieren de baterías, como parte de la gran solución que busca el mundo en la lucha contra el cambio climático.
—Lo que le abre una gran oportunidad para el país.
—Así es. Son dos grandes usos que tiene este metal en todo este esfuerzo mundial de descarbonizar y luchar contra el cambio climático. Es allí donde está la oportunidad para el Perú, con la presencia de este nuevo metal, el litio. Por ejemplo, creemos que sí se puede confirmar los recursos de litio y llevarlos a reservas en el caso del proyecto que tiene Macusani Yellowcake.
—Se vio un comportamiento alcista en el precio del cobre, que registra picos históricos, y ocurre lo mismo con el carbonato de litio que en algún momento trepo a más de 87 mil dólares por tonelada y luego bajó a entre 12 mil y 13 mil dólares. ¿Qué está pasando en el mercado con este movimiento de precios?
—Esto está relacionado con la alta demanda mundial por el litio, por las baterías y por los dispositivos electrónicos que utilizan este componente, este insumo, como parte necesaria y fundamental para su manufactura. En tanto no haya sustitutos adecuados, esto va a seguir, no tiene por qué decaer en el contexto que hablábamos de la creciente demanda mundial. Por eso ante este déficit que se prevé para los próximos años, con el consiguiente aumento de precios, es una buena noticia para el proyecto y para el país.
—¿Podría haber algo de especulación debido a China, a las necesidades del litio en China, para una disparada a 87 mil dólares y que baje a 13 mil por tonelada de carbonato de litio?
—En el mercado de China no tenemos lamentablemente nunca la información completa y podríamos no necesariamente tener transparencia para determinar los precios adecuadamente, pero, aunque podría haber una parte de especulación, lo cierto y lo concreto es que hay necesidad de litio y la demanda seguirá creciendo en tanto no haya sustitutos; y por ende, los precios van a seguir al alza.
—Obviamente es un momento auspicioso para el país.
—Sin duda, pero también es un reto y un desafío porque como ocurre en todo el mundo es cada vez más difícil hacer minería. La conflictividad social, los problemas regulatorios, la falta de oportunidades para las personas en las zonas aledañas donde se desarrollan los proyectos, hace que también sea más difícil hacer minería, no solo de litio, también de cobre, de oro, y por eso también vemos que los precios en general están al alza.
—En el caso del proyecto de Macusani Yellowcake, las comunidades de Corani ya habían acordado una suerte de licencia social para no pasar por el proceso de consulta previa, pero ¿qué pasó realmente?
—La empresa mantiene muy buen relacionamiento con su entorno social, con las comunidades en las zonas aledañas al proyecto. Lo que se tiene son unos permisos que están con demora burocrática, y en el ministerio no se toman decisiones de un lado o de otro. Hay mucho cambio de funcionarios también en los últimos dos años lo que no permite que los expedientes fluyan y esto hace que haya retraso. Esto en un momento donde el clamor de la comunidad es que el proyecto siga avanzando, porque conforme avance se generan oportunidades de trabajo y de desarrollo local. Podemos decir que la comunidad tiene bien valorado el proyecto y hay expectativa de que el mismo genere oportunidades de desarrollo que tanto esperan.
—Estaba particularmente lista la autorización, sin embargo, fue frenada en el ministerio, ¿en consideración de qué podría haber ocurrido esto?
—Entendemos que es un tema entre el ministerio y las comunidades en el ámbito de la Consulta Previa, y es ahí donde se habrían dado las idas y vueltas. Obviamente la empresa no es parte de ese procedimiento por lo que no tenemos los detalles, pero entendemos que allí es donde se ha trabado, se ha retrasado, y por eso aún no se tiene el resultado que se esperaba ya desde el año pasado, que incluso había sido ofrecido por algún ministro anterior.
—¿Allí está demorado ese trámite?
—Es parte de la consulta previa para la autorización ambiental.
—¿Y cuál será la estrategia de la empresa para sortear esta situación?
—Estamos ante un tema que tiene que ser resuelto entre el Estado y las comunidades. Según la legislación de Consulta Previa la empresa no forma parte de este ámbito. Yo considero un error que la normativa adoptada sea en base al Convenio de la OIT, que creo fue pensado para toda otra lógica de comunidades aisladas o no contactadas. Es la legislación con la que se cuenta y en ese ámbito el Estado con la comunidad tiene que sortear esto y la empresa no tiene un rol que cumplir en ello.
—¿Se debe alentar al gobierno para que se resuelva ese tema en el menor tiempo posible? Y es que no puede ser que se alargue el trámite por un año o dos, cuando requieren tener la licencia respectiva para empezar a operar.
—No habría razón, ¿no? Y menos en lugares donde las comunidades tienen buenas relaciones con las actividades empresariales privadas. Eso tiene que entenderlo el Estado que debe tener presencia constante en la zona para que vea y confirme esta situación y rápidamente pueda tomar decisiones.
—Respecto al proyecto, ¿cuántas reservas de litio tienen en Falchani y cuántas de uranio?
—El proyecto tiene aproximadamente 5 millones de toneladas de carbonato de litio que se estima se pueda llevar a aproximadamente 10 millones de toneladas de carbonato de litio equivalentes como reservas.
—¿Cómo reservas probadas?
—Exacto, es lo que se piensa llevar como reservas probadas hacia fines de este año si todos los permisos fluyen de manera adecuada. En el caso del uranio, se tiene ya un número de reservas de libras de uranio que están confirmadas y con unas próximas exploraciones que se realizarán próximamente pueden aumentar.
—¿Y cuándo pasarían a la fase de producción de litio luego de lograr todos los permisos?
—Teniendo todos los permisos en los que estamos tenemos que confirmar las reservas y luego debemos hacer los estudios correspondientes para pasar al proceso de metalurgia e ingeniería. Esto podría tomar un par de años, por lo que podríamos hablar del inicio de la construcción hasta el 2027.
—¿Cuándo pasarían a la fase de producción?
— Siempre toma tiempo ir avanzando en la cantidad de producción de carbonato de litio, que es lo que busca la empresa, que iría en aumento en los años siguientes. La construcción de la mina podría tomar más o menos año y medio, por lo que la primera producción comercial se podría esperar hacia el 2028 o el 2029.
—¿Y cuántos empleos estiman generar con el proyecto?
—Se han hecho algunos números, pero sin duda en la etapa de construcción podría estar por encima de las 5.000 personas y luego, obviamente en la etapa de producción, este número bajaría un poco, pero se activaría en otras cadenas de valor con proveedores.
—Los países que tienen litio buscan industrializarlo ¿la empresa tiene, hacia el mediano o largo plazo, la proyección de darle valor agregado?
—La empresa no niega la posibilidad de realizar alguna parte de esta cadena de valor adicional a la extracción del litio. Hay que tener en consideración que el Perú está lejos de los países donde se fabrican los vehículos eléctricos y las baterías, pero sí podríamos ver alguna parte inicial de esta cadena de valor con el insumo requerido para el carbonato de litio grado batería. Allí podríamos estar.
—¿Las normas legales están dadas para permitir la participación de más jugadores en esta actividad?
—Nosotros consideramos que por el tipo de depósito en que nos hallamos, de litio en roca, la ley y los reglamentos están pensados para ese tipo de depósitos y no habría necesidad de una regulación especial. No estamos hablando del caso de los salares o de las salmueras o de otro tipo de depósitos que sí podrían requerir una normativa especial.
—En este caso, la producción será a tajo abierto. ¿Es así?
—Sea a tajo abierto o explotación subterránea eso lo determinarán los estudios y la metalurgia finalmente, pero la legislación que se tiene es la adecuada.
—Se dijo que la explotación del yacimiento será a tajo abierto?
—Es lo que en principio se ha mencionado, pero obviamente todo esto tiene que pasar finalmente por estudios y determinarse una vez que se confirmen las reservas, se pasa a la etapa de estudios, se ve la parte también metalúrgica, en función de eso se define.
—¿Algún pedido a las comunidades, algún pedido a las autoridades respecto al proyecto?
—Las comunidades tienen clara su expectativa sobre la posibilidad del proyecto y desean mantener este relacionamiento con la empresa que ha sido adecuado y que desean profundizarlo más y mantenerlo transparentemente. En el caso del Estado, que vean la oportunidad de los proyectos con buen relacionamiento social para que rápidamente avancen a la fase de producción. En esta época de crisis económica y de aumento de la pobreza y la pobreza extrema, sin duda, se debe agilizar e impulsar estos proyectos para que obtengan rápidamente los permisos. Eso sería fundamental para que el Estado pueda recuperar algo de la credibilidad y la confianza en los mercados internacionales.