Altavoz conversó con los laboralistas Jorge Toyama, Germán Lora, Yaitana Espinoza y con el sociólogo, Enrique Fernández-Maldonado, a propósito del Día Internacional del Trabajador. A los cuatro expertos se les hizo las mismas preguntas sobre cómo llega el país a este 1° de mayo, Día Internacional del Trabajador, en materia laboral; y de qué depende recuperar el empleo. Estas son sus respuestas.
“El desempleo subió casi 20% en 4 años”
—¿Cómo llega el Perú a este 1° de mayo en materia laboral?
—El Perú es un joven trabajador, informal; es decir no cuenta con seguros ni protección social, que gana menos de la canasta básica familiar; porque está en subempleo, y que, comparativamente con otros países, tiene una productividad laboral baja. Además, en el Perú el desempleo ha subido casi 20% en los últimos cuatro años. También tenemos una informalidad laboral más alta que en la época pre pandemia y ahora la competencia en los mejores empleos es global, explicado por el teletrabajo internacional.
—¿De qué depende recuperar el empleo en el corto y mediano plazo?
—Hay mucho por hacer. La inversión privada es el motor de la productividad, de la formalidad y los mejores sueldos. Mientras el Estado no genere los incentivos y el marco legal adecuado, la inversión seguirá retrocediendo en el país y los mejores talentos se van con ella. En segundo lugar, se necesita un cambio de mentalidad y un proceso de sensibilización sobre las ventajas de tener seguros de salud, pensiones, contra accidentes y fallecimiento, desempleo, etc.
“País con precariedad y vulnerabilidad laboral”
—¿Cómo llega el Perú a este 1° de mayo en materia laboral?
—La situación del empleo en el Perú es crítica. La mayoría de trabajadores peruanos carecen de sistemas de protección y derechos laborales por encontrarse en situación de empleo informal (90% de los trabajadores autónomos o independientes y el 50% de los trabajadores asalariados). Al carecer de contratos de trabajo no cuentan con acceso a condiciones de empleo adecuados basados en el ejercicio de derechos básicos (como jornadas reguladas, vacaciones, protección frente a la inseguridad ocupacional, derechos sindicales, etc.). Pero incluso, los que cuentan con contratos de trabajo formales, enfrentan situaciones de precariedad y vulnerabilidad laboral. Tres de cada cuatro trabajadores formales del sector privado trabajan con contratos temporales; es decir, sin estabilidad laboral. Pueden ser despedidos por sus empleadores sin mayor justificación que lo amerite al culminar la vigencia de su vínculo laboral. Los trabajadores inestables encontrarán mayores reticencias para sindicalizarse, que es el medio a través del cual pueden negociar sus condiciones salariales y de trabajo.
—¿De qué depende recuperar el empleo en el corto y mediano plazo?
—En primer lugar, hace falta consensuar una estrategia nacional para la generación de empleos productivos, asalariados y debidamente fiscalizados. Esta puede tomar la forma de un Plan nacional de diversificación productiva consistente con las potencialidades geográficas y sociales del país. Poner énfasis en la promoción de la actividad manufacturera, agrícola y de servicios. Y en la importancia estratégica de vincular oferta educativa, innovación tecnológica y modernización organizacional. Fortalecer en simultáneo la autoridad administrativa y la justicia laboral para potenciar la capacidad reguladora y tutelar del Estado.
“El trabajo decente, una aspiración”
—¿Cómo llega el Perú a este 1° de mayo en materia laboral?
—El panorama laboral hasta este 1° de mayo está marcado por una serie de desafíos tanto sociales como económicos y políticos. Desde el punto de vista económico, el país enfrentó una desaceleración económica a causa de la pandemia por Covid-19, lo que ha llevado a una disminución en la generación de empleo. A ello se suma la informalidad laboral que es el problema constante en el país, lo que hace que un alto porcentaje de trabajadores se encuentre en condiciones precarias y sin acceso a seguridad social. Además, el país experimenta un período de inestabilidad política en los últimos años, que sí tiene un efecto directo en el sector laboral. La crisis política no fomenta la implementación de medidas efectivas para abordar los desafíos del mercado laboral y promover un trabajo decente. En el Perú, el trabajo decente sigue siendo una aspiración, mientras que en países de Europa ya se habla de empleo de calidad, dado que el trabajo decente es una realidad. La inestabilidad política promueve medidas de corto plazo, como el retiro de los fondos de las AFPs, que para muchos trabajadores parece una opción válida y necesaria. Sin embargo, es necesario cuestionar qué políticas públicas se están implementando en favor de los trabajadores para garantizarles una pensión a la hora de jubilarse.
—¿De qué depende recuperar el empleo en el corto y mediano plazo?
—Dependerá de varios factores interrelacionados. En primer lugar, la inversión privada, pero ésta a su vez depende de la estabilidad política del país. Además, es importante tomar medidas respecto a la informalidad laboral, un problema arraigado desde hace décadas. Se debe promover la formalidad laboral mediante incentivos y medidas regulatorias adecuadas. Para lograrlo, las autoridades administrativas como la Sunat y el MTPE deben trabajar de manera coordinada. No es suficiente establecer medidas como el régimen Mype laboral, implementado hace más de diez años con el objetivo principal de promover la formalización, recortando derechos laborales de los trabajadores, que fracasó porque no se logró resultados significativos. Si una norma no cumple con su finalidad ni es eficaz, deberíamos cuestionarnos si tiene sentido continuar con ella. En consecuencia, es imperativo trabajar con los interlocutores legítimos, incluyendo las organizaciones sindicales, los empleadores, el gobierno y las instituciones correspondientes, con la participación de todos sus representantes.
“Urge incentivos para una contratación formal”
—¿Cómo llega el Perú a este 1° de mayo en materia laboral?
—El Perú llega a este 1° de mayo, el Día Internacional del Trabajador, en un estado preocupante, después de las normas que se emitieron el año 2022, en especialización y temas sindicales. Ya nos hemos dado cuenta que los temas macro de las relaciones laborales han sido regulados y por tanto hay una mala calma, donde tanto el Ejecutivo como el Legislativo no asumen propuestas importantes, y el tema más importante es el de dar incentivos para la contratación formal de trabajadores, y nadie va por ese camino. Creo que no avanzamos ni retrocedemos y eso dice mal del país. Deberíamos asumir los temas laborales más importantes con mayor seriedad y de manera más integral.
—¿De qué depende recuperar el empleo en el corto y mediano plazo?
—Dependerá mucho del comportamiento de la economía. Podemos tener buenas normas laborales y estar en la línea de generar leyes para la contratación formal de trabajadores, pero si la economía no avanza y no hay inversiones no va a impactar positivamente el ámbito laboral. Es un círculo vicioso: no hay inversiones porque el tema laboral es complicado; y el tema laboral es complicado porque no hay inversiones. Soy de la idea de que no debemos sentarnos a esperar la recuperación económica, tenemos que empezar a trabajar en materia laboral para que cuando se dé esa recuperación económica haya el incentivo de contratación formal de trabajadores. No hay que esperar para después hacer, hay que hacer para recibir la recuperación económica, con mejores perspectivas.