Han pasado casi 4 meses desde que Pedro Suárez-Vértiz partió a la eternidad. El ícono del rock peruano enlutó a varias generaciones que cantaron y gozaron con cada una de sus canciones. Ahora, el menor de sus tres hijos, Tomás, se lanzó como solista, con la esperanza de revivir el pop-rock en el Perú y continuar con el gran legado que le dejó su padre.
—Tienes 19 años, una edad bastante tierna para iniciar en el mundo de la música, tu padre lo hizo a los 16 junto a tu tío Patricio. Entiendo que tu motivación fue tu padre, pero ¿qué fue lo que te motivó exactamente? ¿Cómo es que un día despertaste y dijiste “voy a ser solista”?
—A mí de por sí me ha encantado la música. Me ha encantado oír la música, tocar el piano; pero luego surgió el interés por el canto. Entonces, me metí a clases de canto sin ninguna intensión secundaria, simplemente como terapia, porque, para mí, la música es prácticamente terapia. De repente, cuando pasó todo lo que pasó, la partida de mi papá y llegó el día del concierto, al momento de yo estar en el escenario junto a mi tío (Patricio) y a mi hermana tocando canciones de Arena Hash, la verdad, sí sentí un gran impulso, motivación e inspiración, y dije “La música es lo que realmente me apasiona. Quiero que de esto se trate mi vida. Quiero mantener la música presente por el resto de mis días”.
—¿Qué es lo que veremos en tu música, Tomás? ¿Qué piensas plasmar en tu música?
—Prácticamente lo mismo que mi papá: canciones alegres, canciones que la gente quiera cantar y bailar, que se puedan reproducir en diferentes tipos de ocasiones. Obviamente, también diferentes tipos de canciones, diferentes géneros; experimentar cosas nuevas, traer cosas que están en tendencia, traer un poco de lo que fue tendencia en un pasado, quizá un poco de rock. Busco revivir lo que fue el pop-rock en el país, variar, hacer productos diferentes, obras diferentes, y todo con la intención de que los oyentes lo gocen, lo disfruten y tengan la intención de querer escucharla.
—¿No solamente tocarás rock?
—No solamente va a ser rock, no solamente van a ser baladas. Voy a querer experimentar un poco de todo, siempre enfocándome en lo que más me gusta, en este caso, el pop-rock. Pero sé que hoy en día lo que es tendencia es el pop y el reggaetón. No iré mucho por el lado del reggaetón; yo respeto y aprecio todos los géneros.
—Hoy apuestas por ser cantante. Quizá en un tiempo también podrías ser actor, como tal vez Christian Meier. ¿Te ves como actor?
—La verdad es que nunca lo he pensado. Ya saben que estudio comunicaciones, que va de la mano con todo lo que es el arte, y dentro del arte está el cine. Pero en este momento mi único foco es la música. Claro que sería divertido actuar un poco, pero no es lo que tengo en mente en este momento; sin embargo, no lo descartaría en absoluto.
—Tu familia está llena de artistas. Tu bisabuelo pintó los personajes en los billetes de su época; tu padre y tu tío han sido cantantes bastante reconocidos; tu hermana María José dibuja bastante bonito y es buena fotógrafa. ¿Sientes que llevar tu apellido Suárez-Vértiz conlleva una gran responsabilidad?
—Hay un pensamiento que se tiene en cuanto a los hijos de famosos y es que sienten o creen que ellos tienen la responsabilidad, la obligación, obviamente de manera positiva, de continuar con el legado de sus padres. Sin embargo, yo pienso que cada uno es libre de hacer lo que quiere. En mi caso, al ser hijo de cantante, la música siempre ha estado presente en mi vida, y esto ha hecho que mis ideas y gustos se inclinen hacia el arte. Por eso opté por la carrera de comunicaciones y no por una administrativa o alguna ingeniería. Sí, estoy muy interesado en lo que es el arte musical. El arte está muy presente en mi familia, lo llevamos en la sangre. Mi hermana es fotógrafa, dibuja bien; ha bailado, ha cantado; sabe tocar el piano, la guitarra. Salvador, el del medio, es un capo total en todo lo que es música electrónica. Sabe manejar muy bien todo tipo de consolas de música electrónica. También ha tocado en algunos eventos y la verdad es que lo hace muy bien. Mi abuelo fue escultor, trabajaba muy bien en maderas. Diría con total confianza que el arte ha estado presente y quizá lo llevamos en la sangre. Claro que me encantaría que a mi hijo también le guste el arte, pero yo voy a dejar que él se vaya por el camino que más le guste
—En 2022, empezaste a estudiar Comunicaciones en la Universidad de Lima ¿Piensas seguir la profesión? ¿La abandonarás o quizá harás una pausa priorizando tu carrera como solista?
—Yo ingresé en el 2022, me gradué del colegio en diciembre del 2021 y arranco de frente la universidad. En mi caso, yo sí tengo como suma prioridad los estudios, antes que la música. De todas maneras, estoy intentando buscar un balance y estructurar bien mis horarios, de modo que pueda manejar ambas cosas. Tengo que acabar la universidad, me quiero graduar, quiero salir con mi cartón; y, por el otro lado, la música es mi pasión y quiero hacer ambas cosas. Estoy superemocionado con todo esto y no me aguanto poder acabar la universidad para poder arrancar con la música. Quiero que la música venga ya. Estoy muy feliz por este proyecto y haré todo lo posible para poder manejar ambas cosas y que todo salga bien.
—Las personas viven el duelo de diferentes maneras. En el caso de tu mamá, escribe mucho desde que Pedro partió. Leí que lo hace porque la hace sentir cerca de él. ¿Tú tienes alguna actividad que te hace sentir a tu padre?
—Cuento con un collar que siempre utilizaba mi papá y lo utilizo en momentos importantes para mí. Es un cuerito con dos piezas de plata. Es un collar muy particular que usaba mi papá. Lo utilizo y eso me transmite seguridad, me transmite tranquilidad. Sé que él está ahí conmigo siempre, no solamente cuanto utilizo el cuerito, claro que no. Yo siempre siento a mi papá presente cada vez que me pasa algo bueno, yo sé que es mi papá que me está enviando las buenas energías y la buena suerte.
—¿Cómo tomó tu mamá tu decisión de ser solista?
—Superfeliz. Varias personas me han dicho que, cuando me ven, es como ver a mi papá, porque me dicen que somos igualitos. Dicen que es como ver la historia de nuevo y eso para mí es un halago. Siento que aún no merezco ser representado como mi papá. Mi mamá, obviamente, muy feliz de poder contar conmigo para la música porque yo siempre la voy a considerar a ella como mi principal apoyo. Ella está muy atenta, muy pendiente a mí, porque, al recién haber cumplido 19, hay ciertas cosas que todavía no puedo manejar solo; ella me ayuda con muchas cosas. Por lo que noto, podría decir con total seguridad que está feliz
—¿Piensas sacar covers con las canciones de Pedro?
—De momento no tenemos proyectado eso, como grabar covers y publicarlos como canciones particulares. Yo haré mi propia música, crearé mi propio repertorio; pero jamás dejaré de rendirle tributo a mi papá tocando una que otra canción de él en diferentes conciertos. Por un tema de respeto y agradecimiento, siempre voy a mantener presente la música que él dejó. De todas maneras, obviamente yo, como Tomás Suárez-Vértiz, estoy dispuesto a crear mi propia música, pero va a llegar un momento en el que voy a tener que dejar de ser el hijo de Pedro Suárez-Vértiz.
—Han pasado casi 4 meses desde el fallecimiento de tu padre. ¿Qué es lo que más extrañas de él?
—No extraño nada porque sigue estando conmigo. Él está conmigo en todo momento, lo siento presente. Así que no logro identificar algo que me falte. El hecho de que no esté en físico hace que lo pueda ver todas las noches en mis sueños. No sabría decir qué es lo que extraño de él. Yo lo siento presente conmigo en todo momento y, a pesar de que haya ocurrido todo lo que ha ocurrido, yo siento que él. Para mí, es un ser omnipresente. Lo tengo más presente que nunca.
