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La Conferencia Episcopal Peruana se pronuncia sobre la eutanasia a Ana Estrada

La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) se pronunció hoy ante la reciente aplicación de la eutanasia, en cumplimiento del Protocolo establecido por Essalud, que puso fin a la vida de Ana Estrada.

«Vulnera el derecho inalienable a la vida, señala el comunicado el cual reitera un pronunciamiento de febrero del 2021, el mismo que subraya que “la eutanasia siempre será un camino equivocado”, el cual ninguna autoridad puede legitimar ni permitir.

«El ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, posee una intrínseca dignidad que nadie puede negarla ni restarla. Esta dignidad se hace más profunda por la encarnación de Cristo, que tiene naturaleza humana y vive la experiencia del ser humano», agrega.

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La CEP también menciona el documento Dignitas Infinita publicado por la Santa Sede frente a la “muerte digna”, el cual se reafirma que “está muy extendida la idea de que la eutanasia o el suicidio asistido son compatibles con el respeto a la dignidad de la persona humana». 

«Frente a este hecho, hay que reafirmar con fuerza que el sufrimiento no hace perder al enfermo esa dignidad que le es intrínseca e inalienablemente propia, sino que puede convertirse en una oportunidad para reforzar los lazos de pertenencia mutua y tomar mayor conciencia de lo preciosa que es cada persona para el conjunto de la humanidad”. 

Recuerda que el citado documento subraya que no hay ninguna situación, ni elemento alguno que justifique dar muerte a un ser humano, pues “la vida humana, incluso en su condición dolorosa, es portadora de una dignidad que debe respetarse siempre, que no puede perderse y cuyo respeto permanece incondicional… por tanto, «la vida tiene la misma dignidad y el mismo valor para todos y cada uno: el respeto de la vida del otro es el mismo que se debe a la propia existencia». 

«El cristianismo revela y confiesa que el cuerpo humano es templo del Espíritu Santo y, por tanto, la vida es un don de Dios recibido para cuidarla, por eso, ayudar al suicida a quitarse la vida “es una ofensa objetiva contra la dignidad de la persona que lo pide, aunque con ello se cumpliese su deseo: «debemos acompañar a la muerte, pero no provocar la muerte o ayudar cualquier forma de suicidio. La vida es un derecho, no la muerte, que debe ser acogida, no suministrada”, indica al aludir al referido documento de El Vaticano.

Reitera que la  Constitución del Perú establece con claridad que el fin supremo de la sociedad y del Estado es la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad; esto es cuidar, respetar y promover la vida desde la concepción hasta su término natural. Por tanto, ninguna autoridad puede legítimamente imponerla o permitirla”. y como dice el Papa Francisco: “La eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos”.

«La Resurrección de Cristo, certeza y garantía de nuestra resurrección final, nos invita a la esperanza, a la serenidad y al necesario discernimiento frente a las dificultades y a la convicción de una vida con Dios», puntualiza.

La activista y psicólogo Ana Estrada accedió el domingo 21 de abril al proceso de eutanasia y ahora descansa en paz.

El procedimiento médico se realizó conforme al plan y protocolo de muerte digna aplicable a Ana Estrada, aprobado por Essalud, en el marco de la sentencia, emitida el 23 de febrero del 2021 y ratificada por la Corte Suprema el 14 y el 27 de julio de 2022.