La inflación en Perú cerrará el primer trimestre de 2024 en un 2,95%, marcando así el registro más bajo en 34 meses desde mayo de 2021, según proyecta el Instituto Peruano de Economía (IPE). Esta cifra posiciona al país como uno de los territorios con menor inflación en la región, cumpliendo con su rango meta de entre 1% y 3%, una de las metas más exigentes establecidas en el ámbito regional.
La disminución de la inflación se atribuye a la normalización progresiva de los precios de varios alimentos, que habían experimentado aumentos significativos durante el 2023 debido a conflictos sociales, intensas lluvias y cambios en la temperatura. Destacan casos como el del precio del pollo y el limón en Lima, que han tenido descensos del 14% y casi 40%, respectivamente. A pesar de esta tendencia a la baja, no se espera que los precios retornen a los niveles previos a la pandemia, aunque sí es un indicativo de estabilización tras un periodo de aumentos constantes.
Para el segundo trimestre se pronostica la reversión de los choques climáticos que usualmente impactan en marzo, lo que contribuiría a una disminución tanto de la inflación como de las expectativas sobre su evolución futura. En este contexto, el Banco Central de Reserva (BCR) encontraría mayor margen para reducir su tasa de referencia, promoviendo una política monetaria más flexible. Los analistas económicos y el sistema financiero proyectan recortes de tasas que alcanzarían los 175 puntos básicos para el cierre del año, situando la tasa de política en 4,50%.
Aunque las proyecciones son optimistas, existen riesgos globales como las alteraciones climáticas en el canal de Panamá y los conflictos geopolíticos en Europa y Medio Oriente que podrían influir en las cadenas logísticas y en los precios de granos y combustibles. Además, las fluctuaciones en el tipo de cambio, tanto por factores externos como internos, representan un desafío adicional. En ausencia de estos riesgos, la moderación significativa de la inflación para el 2024 podría impulsar la recuperación del optimismo de los consumidores y un mayor dinamismo en el consumo, especialmente en la segunda mitad del año.
De acuerdo con el Instituto Peruano de Economía, es relevante resaltar la importancia de la independencia del BCR y su manejo sólido de la política monetaria, que ha permitido mantener una inflación de un solo dígito durante 27 años consecutivos, superando el desempeño de otras economías suramericanas con monedas propias y metas explícitas de inflación. Según el Banco Central de Reserva, se espera que la inflación baje a 2,2% a fines del 2024, lo cual implica una reducción respecto a lo esperado en diciembre (2,3%), revisión que refleja la menor incidencia, observada en los últimos meses, de los fenómenos climatológicos sobre los precios de los alimentos.
La inflación de febrero fue la más alta en Perú en los últimos 10 años. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la inflación en febrero fue de 0,56%, la cifra más alta en 10 años para dicho mes. Así, la inflación interanual fue de 3,29% al final del segundo mes de este 2024. Las altas temperaturas registradas en febrero afectaron los productos avícolas, así como los reajustes en algunas tarifas, como en el caso del agua potable, y trajeron consigo un rebote a la inflación de febrero. Con este resultado, la tasa interanual de inflación aumentó de 3,0% en enero a 3,30%, nuevamente ubicándose por encima del rango meta del Banco Central de Reserva del Perú, que va entre 1% y 3%.
De acuerdo con el Sistema de Información de Abastecimiento y Precios (SISAP) del Midagri, el precio del pollo eviscerado, que compra el consumidor, se elevó desde el 2 de febrero, cuando en promedio se vendía en S/10 el kilo en mercados minoristas. A fines de febrero, tomó vuelo a un precio promedio de S/12.