La Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) de Chile firmó un acuerdo con la estadounidense Upwing Energy, para implantar una técnica que mejore la capacidad de extracción del gas en el país. Esto se produce mientras Chile cuenta con escasas reservas de gas y tiene que importar la mayor parte del hidrocarburo consumido domésticamente.
La tecnología se centra en un compresor subsuperficial que se coloca a varios kilómetros bajo la superficie dentro del pozo. En comparación con los compresores de superficie, un aparato subsuperficial crea una presión de abandono —el nivel de presión al que los productores determinan que un pozo ya no es rentable— más baja y ejerce una extracción mucho mejor del gas, lo que permite la producción a un mayor caudal.
El crecimiento previsto de la producción podría alcanzar el 200% y el de las reservas de gas natural, el 70%.
«Esta iniciativa se alinea con nuestra visión a largo plazo de mejorar las capacidades de producción y optimizar nuestra cartera de activos para satisfacer las cambiantes necesidades energéticas de Chile y más allá», destacó un alto ejecutivo de ENAP, citado por medios.
De acuerdo con el portal Oilprice, Upwing Energy prevé que la primera unidad esté operativa en un pozo ENAP a finales del tercer trimestre de 2024. El número total de pozos que emplearán esta tecnología se determinará una vez concluido el estudio de pozos pertenecientes a la empresa, o sea, hacia finales del mismo año, se informa.
Chile tiene escasas reservas de gas natural, por lo que la mayor parte de sus necesidades de este recurso las satisface en forma del gas natural licuado (GNL) procedente de Trinidad y Tobago a través de Shell.
Antes de que fuesen construidos sus terminales de GNL, Chile importaba gran parte de este hidrocarburo por gasoducto desde Argentina. La mayor terminal del gas licuado del país, Quintero, comenzó a operar en 2009, y la ENAP posee una participación del 20% en la instalación.
Conforme con los datos de la Agencia Internacional de la Energía, el gas natural representa el 14,1% del conjunto energético del país. Aunque es una parte importante del balance energético, Chile produce menos del 20% del gas que se consume en el país. Además, su producción doméstica lleva décadas disminuyendo, con un descenso del 37 % entre 2000 y 2022.