El panorama económico de Perú al cierre del 2023 es desalentador, con una caída del Producto Bruto Interno (PBI) del 0.6%, según datos oficiales del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Esta cifra, que supera la proyección inicial de -0.5%, pone de manifiesto los desafíos significativos que enfrenta la nación en términos de recesión.
El cambio en el gabinete, con modificaciones en ministerios clave, como Economía y Finanzas, refleja la respuesta del Gobierno ante la crisis económica. La gestión de Alex Contreras, anterior titular del MEF, ha sido cuestionada por la falta de resultados contundentes, lo que llevó a su reemplazo por José Arista. Este cambio de liderazgo se da en un contexto de críticas y rumores de renuncia, lo que agrega un componente de incertidumbre a la situación económica.
La inversión privada, uno de los motores económicos, sufre una drástica contracción del 7.2%, marcando una de las mayores caídas en décadas, excluyendo el impacto extraordinario de la pandemia en 2020. Este desplome afecta directamente el PBI, señalando la necesidad urgente de medidas para reactivar la inversión y estimular el crecimiento económico.
El consumo privado también muestra un desempeño modesto, con un crecimiento del 0.1%, en comparación con el 3.6% del año anterior. Este ritmo más lento coincide con una menor expansión del mercado laboral y una disminución en la confianza del consumidor, según el informe del BCRP.
Aunque se registró un aumento en el consumo e inversión públicos en el último trimestre del 2023, estos incrementos resultan insuficientes para contrarrestar el impacto negativo en el PBI total. El programa ‘Con Punche Perú’ del Gobierno, destinado a estimular la economía, muestra resultados limitados, contribuyendo solo con un 1.4% al crecimiento anual.
José Arista, al asumir la responsabilidad en el MEF, se enfrenta a retos significativos para revertir la tendencia negativa y establecer medidas efectivas que impulsen la economía peruana en el corto plazo.