Hace un mes y medio escribí la primera parte de un artículo denominado “El espía que vino de Israel”, donde narro mi encuentro con Juan Lázaro, ex espía de la URSS y esposo de la periodista Vicky Peláez. Habiendo pasado el tiempo y mencionado en este artículo la necesidad de investigar el espionaje extranjero en Perú, hago mención a un personaje denominado Cametirri, ciudadano peruano, hijo de diputado del Partido Comunista del Perú, casado con una rusa; curiosamente vinculado a una organización de defensa de los derechos humanos.
En los últimos meses, en los Estados Unidos de Norteamérica se ha descubierto que un ex embajador de Estados Unidos en Bolivia y alto funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Víctor Manuel Rocha, había sido durante 42 años agente del G2 cubano. Entre los servicios prestados a la dictadura de Cuba, estaría la «ayudita» que le dio al señor Evo Morales para llegar a la presidencia de Bolivia. Faltando dos o tres semanas para las elecciones, un desaforado embajador de los Estados Unidos en Bolivia salió declarando de manera pública y sin que nadie pudiera explicárselo, que el señor Evo Morales era un narcotraficante de importancia a nivel mundial y que Bolivia se vería seriamente sancionada en caso de elegirlo presidente. Como consecuencia de estas declaraciones, el señor Morales tuvo un aluvión de votos que lo llevaron a la presidencia de Bolivia, derrotando a Quiroga, candidato favorito; lo que ha llevado a la vez a nuestros hermanos bolivianos al desastre económico y financiero que hoy tienen.
Habiendo sido el mismo señor Rocha miembro activo (segundo secretario de la Embajada de Estados Unidos en Argentina), muy vinculado al presidente Duhalde y al decir del prestigioso periodista argentino Carlos Pagni, este habría sido un factor decisivo para la entrada de Néstor Kirchner a la presidencia de Argentina. En ese tiempo, el señor Kirchner era gobernador de una pequeña provincia y cuarto o quinto posible candidato del Justicialismo (Peronismo). Pagni declara públicamente que este fue el gran secreto de esa época, cómo llega Néstor Kirchner al poder en Argentina y especula que este espía Rocha habría convencido a Duhalde de que Estados Unidos vería con buenos ojos la presidencia del señor K.
Según los agentes del FBI, la espía cubana de mayor éxito y que duró cerca de 17 años, alcanzando el máximo nivel dentro de la DIA (Agencia de Inteligencia de la Defensa) como analista senior de Inteligencia, fue la ciudadana puertorriqueña Ana Belén Montes, más conocida como «la reina de Cuba». Esta señora, cuya familia, padre y hermanos eran también agentes de las diferentes agencias federales en los Estados Unidos, llegó a los más altos niveles de la DIA, habiendo puesto en conocimiento del G2 cubano muchas operaciones encubiertas del gobierno americano; tanto en el Medio Oriente y en especial en Afganistán, ocasionando incluso bajas de agentes americanos, productos de las delaciones; siendo un caso emblemático, el fallecimiento del boina verde, Gregory A. Fronius, en la localidad salvadoreña del Paraíso durante un ataque del FMLN; este ataque se produjo pocas semanas después de la visita del espía Montes a estas instalaciones.
Lo interesante de esta historia es que esta chica estudió en la Universidad Johns Hopkins, una de las más reputadas en los Estados Unidos, y comenzó su trabajo post universitario en Amnistía Internacional, donde fue captada como agente por parte del G2 cubano. Habiendo tomado el comunismo internacional una fuerte presencia en las principales ONG (defensoras de los derechos humanos) y habida cuenta de que éstas, según diversas fuentes, sirven de captadores de espías de los países comunistas; creo que va llegando el momento de que tanto el poder ejecutivo del Perú, a través de los servicios de inteligencia que posee, como el Congreso de la República, inicien una investigación profunda de dónde vienen los fondos que alimentan de manera generosa a las ONG, tanto ambientalistas como defensoras de los derechos humanos. Más aún cuando ya hay casos de la participación de potencias extranjeras y mafias vinculadas al narcotráfico, trata de personas y contrabando de oro en el financiamiento de este tipo de instituciones. Finalmente, se debe investigar quiénes son los miembros y empleados de estas ONG en Perú, sus vinculaciones con servicios diplomáticos de potencias extranjeras, así como el estudio consciente y profundo de cada miembro de embajadas como las de Cuba dentro del Perú.
Si bien en este artículo no acuso a nadie de ser espía extranjero, hay demasiados indicios; como algaradas, tomas de aeropuertos, tomas de carreteras, incendios de mineras, bloqueos de proyectos mineros importantísimos, como para no investigar todas estas posibles conexiones. Hay una mano que a manera de titiritero mueve todas estas cuerdas.