El ex presidente Alberto Fujimori fue liberado y abandonó la prisión de Barbadillo en compañía de sus hijos Keiko y Kenji, así como de numerosos seguidores que se congregaron en Ate para expresar su respaldo.
Tras varias horas de espera, las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) llevaron a cabo la orden del Tribunal Constitucional (TC) que dispuso la liberación del ex mandatario.
Antes de este evento, el gobierno había autorizado la excarcelación, según informaron fuentes de Perú21, señalando que el ministro de Justicia sería el encargado de preparar la defensa ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
Cabe recordar que la decisión del TC contó con la firma de 3 de sus 4 miembros, siendo el voto dirimente del presidente del organismo, Francisco Morales.
Fujimori cumplía una condena de 25 años por la matanza de Barrios Altos y La Cantuta, así como por delitos de peculado, corrupción, usurpación de funciones y el caso ‘Diarios chicha’.
Aunque los seguidores del expresidente celebraron en las afueras del centro penitenciario, los familiares de las víctimas de Barrios Altos y La Cantuta protestaron un día antes en los alrededores del Palacio de Justicia.
A pesar de la resolución emitida por el presidente de la Corte IDH, instando al Estado peruano a abstenerse de ejecutar la liberación de Fujimori, el Ejecutivo no hizo caso a dicha solicitud.
En cuanto a su destino posterior a la salida de la prisión, Miguel Torres habló con la prensa desde la puerta del domicilio de Keiko Fujimori, líder de Fuerza Popular, proporcionando detalles sobre los planes de Fujimori al dejar la cárcel. «Entiendo que, hasta el momento, la idea es que venga directamente para acá. En caso de sufrir una desestabilización, seguramente lo llevarían a algún centro médico», confesó el ex congresista, poniendo fin a las especulaciones sobre el próximo paradero del expresidente condenado por los eventos ocurridos entre 1990 y 2000.