Opinión

El sofocado grito de los invisibles en el Perú

«Pensemos entonces en tantas pobrezas materiales, en las pobrezas culturales, en las pobrezas espirituales de nuestro mundo; pensemos en las existencias heridas que habitan en nuestras ciudades, en los pobres que se han convertido en invisibles, cuyo grito de dolor es sofocado por la indiferencia general de una sociedad muy ocupada y distraída. Cuando pensemos en la pobreza, no debemos olvidar el pudor, porque la pobreza es pudorosa, se esconde. Debemos ir a buscarla, con valentía (…) La pobreza es un escándalo; es un escándalo.”*

*Papa Francisco: “El escándalo de la pobreza”, 19 de noviembre 2023.

¿No sera que sí podemos acabar con la pobreza extrema en el Perú en 5 años? En su informe “Evolución de la Pobreza Monetaria 2011-2022”, el INEI señala que “en el 2022, la pobreza extrema alcanzó al 5% de la población del país (1.673.000 peruanos) y aumentó un 0.9% respecto al año 2021; mientras que, al compararla con el año 2019, fue mayor en 2.1 puntos porcentuales”.

La pobreza extrema es distinta a la pobreza. La pobreza extrema es una realidad meta-mercado y, por lo tanto, solo la puede resolver el Estado. ¿Podemos todos ponernos de acuerdo al menos en ese único objetivo para el 2030? Es un tema moral pues estamos hablando de los más pobres entre los pobres; y es un tema político: no habrá verdadera democracia en el Perú mientras exista una familia en pobreza extrema. La verdadera democracia es la que ofrece Pan y Libertad. Lo demás es hambre para muchos u oprobio para todos.

Vean ustedes debajo las caras de algunos de los invisibles, los peruanos más pobres entre los pobres, cuando con una inversión de S/ 160 ven llegar la energía a sus hogares. Son invisibles pero gritan y no los escuchamos: no los vemos y no los escuchamos porque es más cómodo no hacerlo.

El Ejército del Perú supo ver y escuchar: el Plan Ñuqanchik viene demostrando que sí es posible derrotar a ese vil enemigo interno que es la pobreza extrema.

¡Viva el Ejército del Perú!
¡Viva el Perú!