La noche del 16 de julio de 1992 Sendero Luminoso estalló un “coche bomba” en la calle Tarata en el distrito de Miraflores, lo cual ocasionó la muerte de 25 personas y dejó heridas a otras 155.
La detonación de un vehículo cargado de dinamita con anfo (nitrato de amonio con petróleo) destruyó casas, departamentos, establecimientos comerciales y automóviles en el corazón de Miraflores.
La Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional informó que del total de personas fallecidas, cinco no fueron nunca reconocidas: tres mujeres y dos varones. A ello se suman los 5 desaparecidos y los 155 heridos.
Los fallecidos eran personas entre 2 y 78 años de edad. El grueso de las víctimas, eran ciudadanos entre los 21 y 45 años de edad.
Una de las víctimas del atentado fue Vanesa Quiroga Carvajal, una niña de 12 de años, quien esa trágica noche acompañaba a su madre que trabajaba como vendedora ambulante en calle Tarata.
Vanesa perdió su pierna producto de la explosión y se convirtió en la niña símbolo de la marcha por la paz que encabezó posteriormente el desaparecido alcalde Alberto Andrade Carmona.
La explosión del «coche bomba» afectó un radio de 400 metros a la redonda, y ocasionó daños materiales en viviendas, locales comerciales y bancos, valorizados en tres millones de dólares. Afectó a 360 familias.