¿Cómo será el futuro de la exploración espacial en los años venideros? Los más entusiastas manifiestan que para el 2050 tendremos colonias espaciales, resorts turísticos en la Luna, cultivaremos café de alta calidad en Marte y hasta podremos hacer deportes alrededor de la vía láctea.
Por si fuera poco, existe toda una industria estelar que propone el inicio de una carrera espacial para extraer elementos preciosos de los asteroides o la Luna. Eso podría suceder en la próxima década, desencadenando lo que los expertos ya predicen que será la «fiebre del oro del siglo XXI» pero en el espacio.
Lo más importante, es que la meta galáctica y todo lo que se propone no es del todo ciencia ficción. Los investigadores han observado las tendencias en los últimos diez años y lo que es cierto es que se podría exportar al espacio más de una docena de proyectos económicos y así se podrían concretar más y más viajes a otros lugares siderales.
Los expertos también proponen que no se necesitarían grandes avances tecnológicos para hacer que el espacio y los viajes espaciales sean una parte mucho más importante de la vida cotidiana. En cambio, se necesitaría una progresión constante de avances incrementales, y un desarrollo en particular que podría proporcionar el punto de inflexión necesario para los viajes fuera de órbita.
¿Por qué cada vez es más posible llegar a la meta? El tema es el siguiente, el costo de lanzar personas y cargas útiles al espacio se ha reducido en los últimos años. Todavía cuesta miles de dólares por kilogramo para llegar fuera de nuestra atmósfer, pero eso podría caer a decenas de dólares para 2040. En ese momento, el costo de viajar al espacio no sería lo que frena el desarrollo económico del espacio exterior, sino más bien la tecnología que debería estar a la par.
Las operaciones mineras en el exterior y a largo plazo requerirían servicios regulares de transporte, suministro y reparación. Esos, a su vez, también podrían apoyar el desarrollo de fábricas en el espacio exterior, donde la contaminación del aire no sería una preocupación.
Las empresas mineras y manufactureras a gran escala necesitarían nuevas fuentes de energía. Eso podría impulsar aún más los esfuerzos de los Estados Unidos y varios otros países para desarrollar granjas solares basadas en el espacio para generar energía limpia y entregarla con transmisores de microondas o láser.
Todos estos esfuerzos van a requerir que más personas pasen más tiempo en el espacio y no sería un gran avance que los hoteles hicieran del espacio un destino turístico. Si todo esto es posible, entonces la tecnología interestelar podrá optar por nuevas formas de transporte como trenes espaciales y transporte magnético. Estos llevarían a los internautas de un centro turístico a otro o de una fábrica a otra.
El costo, por supuesto, no es lo único que impedirá que las personas pasen sus vacaciones en la órbita. Los vuelos espaciales tendrán que ser vistos como seguros y confiables, siempre. La comunidad internacional también tendría que resolver algunas cuestiones legales y reglamentarias difíciles. ¿Quién, por ejemplo, tiene derecho a los recursos lunares? ¿Quién tiene jurisdicción cuando se comete un delito en órbita? Todas estas incógnitas serán el pan de cada día en los próximos veinte años.