“El coronavirus no corre ni vuela por los aires, pero sí es pegajoso», explican expertos
El coronavirus no corre ni vuela por los aires, pero sí es muy pegajoso, razón por la que es urgente mantener una distancia entre las personas y lavarse constantemente las manos con agua y jabón, evitando todo el tiempo tocarse los ojos, nariz y boca, mucosas por las ingresa el virus al cuerpo.
“Hay que insistir en que el virus no corre ni vuela. La transmisión no es vía aérea, es de persona a persona, a través de las gotículas que salen de la boca de alguien contagiado. Por esta razón se recomienda mantener una distancia de dos metros como mínimo, sin olvidar el lavado frecuente de manos. Eso es fundamental”, manifestó el doctor Manuel Espinoza, del Instituto Nacional de Salud (INS) del Ministerio de Salud.
Para el experto, no existe justificación alguna, menos científica, para asegurar que el virus pueda extenderse o volar dentro de un edificio, como consideran algunos vecinos del inmueble en el que murió hace unos días una persona que dio positivo a la prueba de coronavirus.
“Eso es justamente lo que está pasando con los vecinos de Miraflores, quienes quieren que se les haga la prueba a cada uno. Hay que dejar en claro que los posibles casos positivos que aparezcan en ese edificio no fueron provocados por el psicólogo que murió en dicho lugar. Posiblemente, se infectaron en otros lugares y por eso recién están teniendo los síntomas”.
El médico infectólogo recordó que el país se encuentra en la fase tres de la infección, eso quiere decir que puede transmitirse por cualquier persona, no solo por quienes vinieron de Europa o tuvieron contacto con ellos. Esta situación justificó que se decretara el aislamiento social domiciliario obligatorio en todo el territorio nacional.
No sube las escaleras
Indicó que el virus no sube las escaleras ni pasa por debajo de la puerta, pero sí “es muy pegajoso” en el cuerpo de las personas, razón por la que deben intensificarse nuestros hábitos de limpieza personal, así como de espacios comunes.
“El virus se queda en la superficie como escritorios, pasamanos, manijas de la puerta, mesas, botones de ascensores y muchos más, pero morirá si nos lavamos los manos y limpiamos todos estos espacios de forma permanente, ya sea con lejía o alcohol”.
Sobre la ropa, dijo, no vive más allá de dos horas, tras lo cual morirá en el mismo lugar. Pasado ese tiempo, esa ropa podrá lavarse junto a la del resto de la casa.
“Para nada sirven las mascarillas si es que no hay un lavado correcto de manos porque al subir al ascensor tocaré los botones, las manijas de las puertas del edificio, todo podría estar infectado por alguien que ya está enfermo. Hay que lavarse las manos y evitar que lleguen a mi cara, de esa manera evitaremos contagiarnos”.
En edificios
Felicitó a los edificios que han extremado la limpieza de espacios compartidos, recordándoles que el virus vive sobre la superficie solo una cantidad de horas, después de las cuales muere porque necesita un cuerpo para replicarse y continuar vivo.
“Es importante que las personas limpien cada vez que crean conveniente, sobre todo si eso les da tranquilidad, pero no olvidemos que lo más importante de todo es lavarse las manos de manera frecuente con agua y jabón o alcohol en gel. Eso es lo que nos va proteger del coronavirus más que nada”, insistió.
El día viernes 6 de marzo de 2020 se confirmó el primer caso de coronavirus en el Perú en un ciudadano que llegó desde Europa. A fin de contener y controlar la propagación de este virus, el Gobierno declaró el 15 de marzo el estado de emergencia nacional por 15 días calendario.
La norma estipula el aislamiento social obligatorio de la población, el cierre de las fronteras, la suspensión de actividades laborales del sector público y privado (con excepciones), una bonificación extraordinaria para el personal de salud, la entrega excepcional de recursos a familias de bajos recursos, entre otras medidas.
No obstante, pese a las medidas dictadas, no toda la población acata la orden de permanecer en sus viviendas, razón por la cual el gobierno dictó la inmovilización social obligatoria de 8 de la noche a 5 de la mañana.