Un grupo de científicos realizaba un proyecto cuando captaron una onda de radio en el espacio con pulsaciones cada 18 minutos y no saben bien de qué se trata.
Una vez más ha sucedido: un equipo de científicos ha terminado detectado una señal de onda de radio que proviene de un punto a años luz de nuestro planeta. Nadie sabe de qué se trata con certeza pero parece que hay una teoría firme.
Durante años, si no es que ya décadas la comunidad científica y los estudiosos del espacio se ha dedicado a estudiar el curioso fenómeno de las Ráfagas Rápidas de Ondas de Radio (FBR).
Una situación que cada vez se repite más o que somos capaces de detectar con mayor frecuencia, incluso a veces por mera y absoluta casualidad. Como ha sucedido en el caso que nos ocupa hoy.
El espectro que observan los telescopios desde la Tierra hoy en día captan de manera constante señales de radio. Y todo depende de la región estelar con la que interactúen y los gases con los que se relacionen.
Estos dispositivos son cada vez más potentes y precisos así que de manera natural su capacidad de análisis y detección se incrementa.
El misterio de los científicos y la onda de radio a 4 mil años luz de la Tierra
Ahora, en un reciente estudio publicado en la más reciente edición de Nature, se relata la aventura de la radioastrónoma Natasha Hurley-Walker y su equipo de estudiantes.
Quienes terminaron cazando una señal de onda de radio FBR mientras realizaban otro proyecto que era completamente ajeno, recolectando datos de GaLactic and Extragalactic All-Sky MWA eXtended (GLEAM-X).
Este mapa de datos sobre las cualidades del firmamento recopila toda clase de información capturada por uno de los radiotelescopios más sensibles de la Tierra.
De modo que al tomar toda esa pila de números el equipo de científicos fue capaz de detectar una onda de radio proveniente del espacio con pulsaciones regulares que corrían sobre un ciclo de 18 minutos y 18 segundos:
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Nadie creía que íbamos a detectar directamente uno como este porque no esperábamos que fueran tan brillantes; de alguna manera está convirtiendo la energía magnética en ondas de radio de forma mucho más eficaz que todo lo que hemos visto antes.”
El estudio estima que el origen habría sido una enana blanca con un campo magnético muy poderoso, lo suficiente para detectarse a una distancia de 4 mil años luz de la Tierra.
Pero la realidad concreta tal vez nunca la sabremos.
* Tomado de FayerWayer