“Claro que volvería a elegir mi vida, ¿qué más puedo pedir?”, dice el protagonista de la famosa trilogía que padece Parkinson desde 1990
Michael J. Fox comenzó a actuar en la década de los 70 con un nombre diferente, capturó los corazones del público en los 80 y era una mega estrella cuando en 1991, con sólo 29 años, se enteró que padecía Parkinson. Se retiró en 2020 porque cada vez más le costaba más actuar pero, a pesar de todo, insiste en que “la vida es buena”.
Las estrella canadiense, de 61 años, ha estado casada con la actriz Tracy Pollan, desde 1988. Comparten cuatro hijos, su Sam, de 33, Aquinnah y Schuyler, de 27, y Esmé, de 21.
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El actor pronto recibirá el Premio Humanitario Jean Hersholt, un Oscar honorario que reconoce los esfuerzos filantrópicos en la ceremonia de los Governors Awards, el 19 de noviembre. Pero nunca ha ganado un Oscar.
Un departamento y una silla
Michael Andrew Fox nació el 9 de junio de 1961 en Alberta, Canadá, hijo de William Fox (fallecido en 1990), oficial de policía y miembro de la Fuerza Aérea y Phyllis Piper, que murió en septiembre de este año. Junto a sus padres y sus tres hermanos se mudó varias veces antes de asentarse en Vancouver.
Interesado por la actuación, Michael tuvo su debut televisivo a los 15 años en “Leo and Me”, junto al actor fallecido Brent Carver, conocido internacionalmente por sus actuaciones tanto en el West End de Londres como en Broadway, en “El beso de la mujer araña. Interesado en encontrar su camino en Hollywood, Fox viajó a California a los 18 años. En 1980, debutó en el cine con “Midnight Madness”, producida por Walt Disney.
Fox continuó trabajando en papeles menores en series y películas para televisión como “Letters From Frank” y “Trouble in High Timber Country”. Fue descubierto por el productor Ronald Shedlo y consiguió un personaje recurrente en la serie “Palmerstown” de CBS.
“Estaba en un nuevo país, una nueva ciudad, tenía un nuevo apartamento y una silla”, dijo el actor en su publicación sobre su mudanza a Hollywood en busca de oportunidades.
Fox encontró en su nuevo nombre artístico una oportunidad para engañar a la gente. “A veces les digo que la J significa ‘Jenuine’ o ‘Jenius’”.
Tras instalarse en Hollywood, conoció a una mujer crucial, Judith Weiner, una directora de casting que defendió al actor desconocido ante Gary Goldberg, creador de “Family Ties”. Goldberg inicialmente quería a Matthew Broderick, pero ella luchó para que obtuviera ese trabajo y dijo que no haría la serie sin Fox. También se enfrentó a Brandon Tartikoff, uno de los productores, que no lo quería por ser demasiado bajo en relación con los actores que interpretaban a sus padres y trató de reemplazarlo. Finalmente, el intérprete consiguió el papel en la comedia que estuvo al aire siete temporadas. Por su trabajo en la serie se ganó el cariño de la audiencia y tres premios Emmy de forma consecutiva en 1986, 1987 y 1988, más un Globo de Oro en 1989.
En el programa, Fox conoció a Tracy Pollan, que interpretaba a su novia.
Un papel que casi no consigue en “Volver al futuro”
Era 1985 y el director Robert Zemeckis estaba convencido que “Volver al Futuro” iba a ser una película con buenas críticas y no mucho más que eso. Con un presupuesto de USD 19 millones, el cineasta se embarcó con pocas expectativas en un filme en el cual un adolescente viaja accidentalmente a través del tiempo en un automóvil deportivo DeLorean.
Marty McFly y Doc Brown se convirtieron en unos de los personajes más aclamados en la historia del cine y tiene seguidores leales que han visto la saga desde su estreno hasta el día de hoy, conociendo líneas memorables como “¡Nadie me llama gallina!”.
Su personaje en la trilogía no estaba destinado para él en un principio. A mitad del rodaje, Zemeckis apostó por Michael J. Fox para el papel que fue un hito en su carrera. Pero antes tuvieron que echar a Eric Stoltz, el protagonista de la película que no fue. Cinco semanas como Marty McFly y un despido inesperado. ¿La razón? Se tomaba muy en serio su papel.
Se habló de la falta de carisma del actor y del descontento de Zemeckis. No sólo el director no quería a su protagonista sino también el escritor Bob Gale así como todo el equipo que reconocieron que era un buen actor dramático pero no estaba aportándole al proyecto ese “encanto” que necesitaba la historia. Además, se convirtió en un fastidio para el elenco.
El descontento general terminó por hacer a un lado a Stoltz y reemplazarlo por Michael J. Fox, un rostro juvenil al que todos querían desde un inicio pero cuyo compromiso con “Family Ties”, la comedia televisiva que grababa en aquel entonces, se lo impedía.
En el libro “We Don’t Need Roads: The Making of the Back to the Future Trilogy”, su autor Caseen Gaines, reveló lo difícil que resultó Stoltz como compañero de rodaje.
“Eric era un actor muy diferente y podía ser muy difícil. En aquella época, todos los actores jóvenes querían ser como De Niro y Pacino. Creo que no era la película correcta para comportarse así. Eric tenía mucha intensidad. Él no era realmente un comediante, y ellos necesitaban otra cosa. Es súper divertido en la vida real, pero no abordó su trabajo así, y realmente necesitaban a alguien que tuviera esas habilidades”, contó Lea Thompson, quien interpretó a Lorraine.
Thomas F. Wilson, el actor que interpreta al malvado Biff, habló sin pelos en la lengua de su mala relación con Stoltz. “Trabajé con Eric por casi seis semanas. No era fácil, todo el tiempo con su método de actuación. ‘Todo el mundo llámeme Marty menos Lea (Thompson) que interpreta a mi mamá y a quien estoy tratando de besar fuera de cámara’”, recordó Wilson. Y también relató cómo se aprovechó de una la escena para empujarlo con demasiada fuerza.
Fox, menos polémico, declaró que “Eric no era un cómico, y Zemeckis y el guionista Bob Gale, necesitaban un comediante”. En tanto, Zemeckis declaró que Stoltz tenía “una forma de actuar admirable”, pero le faltaba el humor que quería para Marty McFly.
Zemeckis quería a Fox para el papel, pero problemas de agenda por su con trabajo en el filme “Teen Wolf” y sus obligaciones con “Family Ties”, lo había llevado a rechazar la oferta. Pero tras el fracaso con Stoltz, se convenció de contratar a Fox y prometió a su productores que podría cumplir con todas sus obligaciones. Fue así que filmó la mayoría de las escenas durante las tardes y noches, un arduo trabajo que duró dos meses.
Tras su estreno, la película estuvo ocho fines de semana consecutivos en el primer puesto de la taquilla estadounidense en 1985, y recaudó en total 381,11 millones de dólares en todo el mundo. La revista Variety elogió las actuaciones, y la química entre Fox y Lloyd, Y luego se produjeron dos secuelas: “Back to the Future Part II” (1989) y” Back to the Future Part III” (1990), que completaron esta exitosa trilogía cinematográfica, todas dirigidas por Zemeckis.
El día que se enteró que tenía Parkinson
La estrella reveló el doloroso revés que lo llevó al “momento más oscuro” de su vida. En una entrevista con People, el intérprete, que hizo público su diagnóstico de Parkinson en 1998, contó sobre el contratiempo en su salud que lo llevó a cuestionar su optimismo y cómo recuperó las ganas de seguir viviendo.
El actor canadiense recordó sobre el día que se enteró que tenía Parkinson. Según reveló en su primera biografía “Lucky Man: A Memoir” (2003), todo ocurrió en noviembre de 1990, cuando se encontraba en Gainsville, Florida, filmando la película “Doc Hollywood”.
“Esa mañana -13 de noviembre de 1990- mi cerebro me estaba enviando una notificación: acababa de iniciar un proceso de separación de mi mente”. Primero lo sintió en su dedo de la mano izquierda. Seis meses después, se había extendido a toda la mano. Decidió consultar a un neurólogo que le notificó de su diagnóstico: mal de Parkinson.
“Tengo un progresivo, degenerativo, incurable trastorno neurológico. Me dijeron que podría actuar por ‘unos diez años’. Pude aceptar mi enfermedad. Se convirtieron en los diez mejores años de mi vida, no por culpa de mi enfermedad, sino debido a ella”, explicó.
Tenía 29 años y estaba en la cima de Hollywood.
En 1996, Fox protagonizó “Spin City” y utilizó todo tipo de trucos para ocultar su condición, pera se le hacía cada vez más difícil. “Si ves episodios de las últimas temporadas, me pueden ver que me sujetaba a una mesa o a una pared”, detalló el actor sobre el avance de la enfermedad. Dos años más tarde, incapaz de seguir disimulando los síntomas, el actor contó al público que tenía Parkinson y anunció que se retiraba para dedicarse a su fundación, dedicada a promover la investigación para investigar la cura del Parkinson, que lleva recaudados más de USD 1.000 millones. “Necesito ganar este tiempo para darle batalla a esta enfermedad y estar con mi mujer y mis hijos”, dijo entonces.
Pero no abandonó del todo los sets de rodaje y ha aparecido en series de televisión como “The Good Wife” y “Curb Your Enthusiasm”. Decidió seguir adelante pese a que su memoria a corto plazo está destruida: “Tuve algunas situaciones extremas en los últimos trabajos que hice. Fue duro”, admitió. “Si bien memorizas los guiones se vuelve cada vez más difícil”, contó. Por eso dedica su tiempo a escribir.
Si bien en los años siguientes el actor se mostró optimista, en un inicio el diagnóstico y sus repercusiones lo llevaron a comportamientos autodestructivos. Al enterarse de su enfermedad, su primera reacción fue refugiarse en el alcohol para evadir el dolor.
Fox contó que bebía todo el día y escondía las botellas para que su esposa no lo supiese. Su alcoholismo le generó problemas en su vida personal: “Me estaba aislando de mi familia”. Reconoció haberse querido emborrachar hasta llegar a “un punto de indiferencia” para sobrellevar la situación.
Su estado de abandono y profunda tristeza lo llevó a tomar distancia de su esposa, la actriz Tracy Pollan, con quien tiene cuatro hijos: “Causó tensión en mi matrimonio, que siempre había sido asombroso “. Pero ella estaba decidida a quedarse al lado de Fox. “Es una persona increíble”, dijo Fox. “Le doy todo el crédito por estar ahí en mis primeros intentos de lidiar con la enfermedad bebiendo o enojándome”.
El actor también tuvo palabras de amor hacia sus hijos que también han sido de apoyo.
Hoy disfruta la vida que lleva. En estos días, prefiere vivir el momento. “Hago lo que necesito pero no lo hago para que mañana sea mejor. Lo hago para estar bien hoy. Mi vida ahora es tranquila. Amo estar con mi familia. Me encanta no hacer muchas cosas inútiles que solía hacer, porque no tengo la energía ni el tiempo”.
“Desde que recibí el diagnóstico, decidí trabajar solo en cosas que me gustan, algo que no creo que hubiera hecho de estar sano porque había demasiado ego”, dijo a The Guardian, y agregó: ”La gente me mira con miedo y tristeza en sus ojos. Aunque yo esté bien”.
El momento más oscuro de su vida
Fox habló recientemente sobre un año doloroso en el que sufrió múltiples fracturas y lamentó la pérdida de su madre, en medio de su batalla de 30 años contra el Parkinson.
Fox ha resistido períodos difíciles. En sus memorias hace dos años, “No Time Like the Future”, hizo una crónica de lo que llamó el peor año de su vida, un período que comenzó en 2018 cuando se sometió a una cirugía en la médula espinal para extirpar un tumor: “Iba camino a una parálisis si no me operaban inmediatamente”. Luego le siguió una dolorosa fractura en el brazo izquierdo.
La operación fue exitosa y Fox inició un duro proceso de cuatro meses en el que tuvo que aprender a caminar nuevamente. Pensando que lo peor había quedado atrás, se fue de vacaciones con su familia y regresó solo a su apartamento en la ciudad de Nueva York para poder filmar un cameo en una película de Spike Lee al día siguiente.
Pero en la mañana del rodaje, Fox se cayó en la cocina y se quebró el brazo.
Además de las dificultades en las habilidades motoras, el trastorno neurodegenerativo puede causar problemas cognitivos graves. En su libro, Fox señala que “no poder hablar de manera segura es un factor decisivo para un actor”
“Hay un tiempo para todo, y mi tiempo de una jornada laboral de doce horas y memorizar siete páginas de diálogo es mejor dejarlo atrás”, dijo. Y continuó: “Al menos por ahora entro en un segundo retiro. Eso podría cambiar. Pero si esto es el final de mi carrera como actor, que así sea”.
De repente, Fox fue incapaz de pensar con optimismo, una actitud que lo había animado durante mucho tiempo. Incluso temió no estar calificado para ofrecer esperanza a otros. “No sabría cómo hacer para inspirar a otros a mirar el futuro de manera luminosa. No sabía cómo decirles: ‘Las cosas van a estar bien’”, manifestó.
Por suerte, en los meses que le llevó la recuperación, el actor cambió la perspectiva y se reencontró de nuevo con la felicidad. “Ese optimismo regresó cuando empecé a agradecer, y también a aceptar lo que me sucedió. Además, comencé a mirar el futuro y a disfrutar de las cosas que tengo, y sentí que podía seguir adelante”.
También comparte con los lectores una de sus grandes lecciones: “Uno aprende muy rápido lo que puede controlar y lo que no. La única respuesta es aceptarlo. Éstos son los principios que practico todos los días: la aceptación y la gratitud”.
Su esposa ha estado a su lado en cada paso del camino:. “El libro es una carta de amor para Tracy. Ella realmente me ayuda a superar todo”.
En una reciente entrevista con People, la estrella reveló que su condición “empeoró” y afronta nuevos obstáculos. “Me rompí la mejilla, la mano, un hombro, el brazo derecho y luego el codo”. Contrajo una infección después de la cirugía por su mano rota, y temporalmente no pudo usar la mano provocándole problemas de equilibrio.
Hace unas semanas, los fanáticos vieron a Fox caminar sin ayuda en un escenario de Nueva York para un reencuentro con Christopher Lloyd.
Hoy Fox parece de nuevo decidido a seguir con sus pensamientos positivos. “Ha sido una lucha, pero estoy feliz. Digo eso porque espero que en algún nivel las personas puedan encontrar la felicidad a pesar de lo que están pasando”.
Para el actor su optimismo hoy “está anclado en la gratitud, y lo que sigue es la aceptación. No es necesario aceptarlo como un castigo o una pena, sino que hay que ponerlo en el lugar que corresponde. Y después, ver todo lo que queda por crecer y mejorar en la vida. Es la única manera de moverse”, escribió, y aclaró: “No es que antes no fuera sincero, pero ahora mi agradecimiento es mayor, porque logré superar mis momentos más oscuros”.
Aún tras revelar que sufre delirios y demencia, Fox dijo que elige esta vida con sus limitaciones: “Todavía puedo pensar; con un poco de esfuerzo, me puedo mover; tengo una familia que amo, y me puedo comunicar, puedo expresar afecto y decirles que los quiero. Claro que elijo mi vida, ¿qué más podría pedir?”.
* Fuente: Infobae