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¿Decidida a terminar una relación tóxica? Aquí te decimos cómo hacerlo de forma segura

La llegada del Año Nuevo abre la posibilidad de replantearnos muchas cosas, como evaluar nuestras relaciones de pareja, sobre todo si ya no son satisfactorias, si hay violencia o existe un real peligro. A continuación, ofrecemos algunas recomendaciones para terminar con una relación tóxica sin poner en riesgo tu integridad física.

Para la doctora Vanessa Herrera, del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado Hideyo-Noguchi, las señales de alerta de que estamos en una relación peligrosa son claras. 
“Una primera señal es el control. Del teléfono, de la vestimenta, de las horas de salida del colegio, de la universidad, un control de todo. Se trata de una falta grave que nos aproxima a una situación de violencia, de dominio o sumisión que irá creciendo con el tiempo”, advirtió a la Agencia Andina. 

En una relación tóxica siempre hay ciclos de luna de miel seguidos por hechos de violencia. “Primero la descalifica, la agrede, la violenta y luego la encandila con regalos, flores. Eso confunde a la víctima, quien cede por la caricia positiva, la migaja afectiva. Así empieza a tolerar todo hasta llegar a los casos que todos conocemos, el feminicidio».

No padecen problemas mentales 

Es importante destacar que los feminicidas o los hombres violentos no son locos o personas que padecen problemas mentales. “Cuando se ha evaluado a feminicidas en las cárceles de nuestro país y de otros, no se ha encontrado una tasa de trastorno mental específico o daño psíquico que explique su conducta violenta”, explicó la experta.  

Lo que sí se ha encontrado, agregó, es que son personas normales, pero con un sistema de creencias muy rígido, donde la mujer, la pareja y expareja es de su posesión y merece la muerte si los deja. 

Dichas creencias fueron adquiridas en su familia, barrio, comunidad, donde está normalizado que el varón es superior a la mujer, donde él tiene el poder, el dominio y con ello el supuesto derecho a insultarla, golpearla, violarla e incluso matarla si es que no sigue las reglas imaginadas.

Lo lamentable, indicó la especialista, es que las mujeres que se vinculan con este tipo de hombres han vivido casos previos de violencia o han estado expuestas a patrones machistas, donde posiblemente su madre haya estado sometida a la pareja o expareja. Por lo tanto, es lo que conocen “como normal”. 

La psiquiatra advirtió que cuando una mujer convive por mucho tiempo con la violencia llega a una situación de indefensión que no le permite percibir las señales de alerta. 
La experta pidió a los amigos y familiares de mujeres violentadas o agredidas por sus parejas tener paciencia y no presionarlas a tomar la decisión de romper con todo, porque no están capacitadas para hacerlo de forma inmediata. 

“Puede ser contraproducente obligar a la víctima a reconocer que deje a su pareja, ya sea por insistencia social o presión pública. Muchos dicen ¡qué tonta! y se ensañan con ella porque no entendemos que el ciclo de la violencia es así. Lo que tenemos que hacer es acompañarlos, hacer una escucha atenta, activa y ayudarla a ver otras oportunidades y poco a poco acercarlas a los servicios de ayuda que existen”, recomendó.