Todo el país está enterado para estos días de la vacunación ilegal de Martin Vizcarra y compañía. También hemos leído y visto en los noticieros cómo funcionarios del actual gobierno de Sagasti (la ex Ministra de Salud Mazzetti, la ex Canciller Astete entre otros) se habían vacunado de manera ilegal a mediados de enero.
Algunos de nosotros, optimistas de corazón, pensamos que con el cambio de ministros podría haber alguna oportunidad de mejora en las políticas de Estado, que han fracasado en los últimos meses y que tantos muertos han causado al país.
Con el nombramiento de Óscar Ugarte como Ministro de Salud y luego de sus idas y venidas esta última semana, vemos que las cosas seguirán igual. Igual de malas, dicho sea de paso. En una de sus primeras declaraciones, el ministro Ugarte dijo que las empresas privadas podrían comprar, distribuir y comercializar la vacuna contra la Covid 19. En Willax TV declaró “Sé que hay muchos empresarios que quieren promocionar, adquirir vacunas para su personal y lo van a distribuir gratuitamente a su personal. ¿Por qué no?” Sin embargo, al día siguiente, la ideología le ganó a la razón del Dr. Ugarte, y cambiando de punto de vista declaró que “el sector privado no tiene autorizada la compra o distribución por su cuenta de vacunas contra el covid ya que esto podría alterar el proceso de vacunación“. Ello en la misma línea con lo publicado por la izquierdista Verónika Mendoza, quien se opone a que los privados puedan comercializar y distribuir la vacuna.
Mientras esto sucede en nuestro país, medios internacionales como CNN, publicaron un artículo el 20 de febrero, explicando cómo Chile se convirtió en uno de los líderes mundiales en vacunación contra el Covid después de estar en mayo de 2020, al igual que Perú, como el país con el más alto índice de infecciones por habitante durante 7 días consecutivos.
Hoy día la historia es totalmente diferente en Chile. Para la semana pasada ya habían vacunado a más de dos millones de sus habitantes. Con 12.43 personas vacunadas por 100 habitantes, Chile es el quinto país del mundo en vacunación después de Israel (79.48), Emiratos Árabes (53.43), Reino Unido (24.3) y Estados Unidos (17.00). En Perú hemos vacunado 166,00 según datos del MINSA al 21 de febrero de 2021. Lo que representa 0.50 personas por 100 habitantes. ¡Ni siquiera figuramos en las tablas de vacunación mundial!
Se preguntarán cómo hizo Chile para cambiar las cosas de manera tan radical. Lo primero y más importante, fue que el Gobierno se puso una meta clara: conseguir la mayor cantidad de vacunas posibles. Mientras en Perú, Vizcarra, Mazzetti y compañía estaban “negociando” la compra de vacunas chinas, Chile había cerrado la compra de 35.7 millones de dosis, con cronogramas de entregas ya establecidos. En Perú no sabemos cuándo van a llegar las próximas vacunas. Lo segundo que hizo el gobierno chileno, fue implementar centros masivos de vacunación. Por ejemplo convirtió el campus de la Universidad Católica de Chile en un centro masivo de vacunación, al igual que los estacionamientos de centros comerciales y los estadios de fútbol.
Por supuesto ayudó que las autoridades chilenas, empezando por el Presidente, tengan un mensaje claro y de respeto a los cronogramas de vacunación. El presidente Piñera se vacunó hace una semana, cuando le tocó a su grupo de edad (71 años) y no a escondidas del país, como lo hizo Vizcarra el año pasado.
Ahora podemos entender por qué se dice que la política afecta todos los aspectos de nuestras vidas. En lugar de utilizar el sentido común, el conocimiento de los expertos en salud pública y la experiencia de países más avanzados; nuestros gobernantes de izquierda no pueden superar sus prejuicios ideológicos y reconocer que no tienen ni la capacidad ni el conocimiento para sacar adelante las cosas. Por el contrario, culpan a la empresa privada de sus carencias y la responsabilizan de sus errores. ¿Alguien se sorprendió al escuchar que no hay oxígeno porque los mineros no están dispuestos a donar sus plantas para la producción de oxígeno para el pueblo?
Mientras en el país más poderoso del mundo, los Estados Unidos de Norteamérica, el Gobierno ha reclutado la ayuda de los privados para vacunar a la mayor cantidad de gente lo más rápido posible, aquí en Perú, el Gobierno pretende hacerlo todo, pero no hace nada.
Imagínense que el gobierno norteamericano está utilizando las cadenas de farmacias, supermercados y mayoristas para tener la mayor cantidad de puntos donde aplicar la vacuna. Acaso podemos pensar que el gobierno del norte no tiene los recursos suficientes para vacunar a los 315 millones de habitantes. Seguramente que los tiene. Pero su gobierno es mucho más inteligente que el nuestro; ellos han cerrado acuerdos con empresas privadas como Walmart, Walgreens, Publix, CVS entre muchas otras que tienen miles de ubicaciones en todos los Estados Unidos, para que puedan aplicar de manera gratuita las dosis de vacuna que el Gobierno les entrega. Por supuesto, partiendo del principio que el Gobierno es el que compra y entrega las vacunas para que los privados puedan vacunar a las personas.
Si en Perú el Gobierno es tan ineficiente que no logra comprar vacunas en cantidades importantes ¿Por qué no darle a los privados la oportunidad de ayudar en el trabajo? Más aun, como mencionó el candidato presidencial Rafael López Aliaga, se le debería de dar la oportunidad a las AFP para que puedan vacunar a todos los afiliados (aproximadamente 7 millones de personas) y descontarles el valor de la vacuna de su depósito. La idea me parece sumamente interesante y práctica. Pero yo quisiera ir un poco más allá.
Yo le pediría a la Asociación de AFP que vacunen a todos sus afiliados de manera gratuita. ¿Cuánto podría costarles tal campaña? Utilizando el costo promedio de la vacuna de Astrazeneca de 10 dólares por persona (las dos dosis), representaría un costo de 70 millones de dólares. Esto suena a un montón de dinero, pero considerando que a las AFP les conviene que la gente siga viva para seguir aportando, tenga salud y trabajo, el costo se vuelve marginal. Y si consideramos el golazo en publicidad que esto representaría para la imagen de las AFP en nuestro país, creo que estaría más que justificado.
En esta misma línea, también les pediría a todas las empresas aseguradoras de salud del país, que vacunen de manera gratuita a todos sus asegurados. No tengo la cifra exacta de cuántas personas tienen un seguro privado de salud, pero aquí la justificación de los costos es muy fácil. Un gasto de 10 dólares por persona, es mucho más barato que pagar la hospitalización por covid de 1 o 2% de sus asegurados. No hay que hacer muchos números. De esta manera estamos liberando la vacunación de millones de personas, para que el Gobierno se enfoque en los más necesitados.
No podemos aceptar que este gobierno izquierdista sea como el perro del hortelano: ellos no son capaces de vacunar, pero tampoco dejan que los capaces lo hagan.
Publicado en Cafeviena.pe. Lea el artículo original aquí