Política

Sin Vacuna no hay vida

Frente al difícil momento que está viviendo la Humanidad al que nuestro país no es ajeno, por el contrario tenemos matices más dramáticos, por nuestras especiales características culturales y de corrupción,  la pandemia del COVID 19, que nos golpea en una segunda ola de contagio comunitario, nos obliga a una reflexión sobre la forma como hemos de afrontar el trabajo, los derechos humanos, el planeta. La vida misma, se trata de mejorar los métodos de aproximación a la realidad. Hoy la pandemia nos plantea un tema de supervivencia.

 Necesitamos crear un lugar de encuentro, donde sea posible plantear soluciones y alternativas, sobre los métodos de investigación, las herramientas conceptuales y resultados de estudios, desde una mirada interdisciplinaria, básicamente humanista.

Necesitamos crear una ventana para reflexionar nuestras realidades no problematizadas. Un espacio de apoyo profesional en métodos, diseño de proyectos de investigación e intervención y asesoría en el tratamiento de la información. Necesitamos ser parte de las soluciones.

La Pandemia solo podrá ser derrotada si se logra el acceso a la VACUNA. La pandemia solo puede ser derrotada si los ciudadanos de este país y del mundo asuman sus responsabilidades y aporten soluciones para vencer esta crisis que cuestiona la supervivencia misma de la especie humana.

Sostengo que resolver la crisis sanitaria, ahora es un concepto de valor publico entendido desde la más amplia de las visiones; el valor público no es propiedad de los partidos políticos, instituciones de servicio público, disciplinas académicas o profesionales. El valor público debe ser definido y redefinirse a través de la interacción social y política. Compromete a ciudadanos como a políticos, a funcionarios y comunidades. Los funcionarios públicos deben involucrar a la autoridad política, colaborar entre sí dentro y entre los límites institucionales, administrar de manera eficiente y efectiva, interactuar con las comunidades y los usuarios de los servicios y desarrollar reflexivamente su propio sentido de vocación y deber público. Es un tema que trasciende a las estructuras y concepto del Estado, pues al final todos nosotros somos esa organización y todos nosotros hemos delegado en el Estado una porción de poder.

El concepto del buen vivir o de la buena vida andina se sustenta  en la institución del Ayni, las circunstancias y la realidad sumadas a la experiencia atávica de nuestro pueblo, hoy  nos permite invocar esa práctica ancestral para exigir a los ciudadanos, al Estado y sus organismos, al Gobierno  y a las organizaciones de la sociedad que el asunto de  la pandemia  y la vacuna sea tratado con el espíritu que el  Ayni  ha plasmado en nuestra civilización a través de la interacción entre humanos.

Los ciudadanos del Perú y en especial los de las zonas andinas debemos procúranos ayuda mutua, entre los miembros de nuestra comunidad, entre los ciudadans de este Estado. Recordemos que la ayuda  del Ayni se hace entre privados entre los miembros de una comunidad con fines privados, como cuando se necesita apoyo para actividades como la construcción y la siembra.

Hoy esa ayuda debe darse para la vida y para realizar cuanto acto permita superar la crisis sanitaria. Para que a los ciudadanos no nos falte comida y bebida, vida y salud, economía y progreso.

Por eso creo que es menester dejar establecido que tenemos el deber de asumir que somos anfitriones de nuestros hermanos y debemos procurar que LA VACUNA contra el Covid sea gestionada y proporcionada en términos descentralizados, oportunos, solidarios y democráticos. La vacuna debe estar al alcance de  cuanta persona física o natural, jurídica o moral , pública o privada pueda gestionarla, adquirirla, más allá de la única posibilidad brindada por el estado y por el Gobierno.

Es momento de demandar al Gobierno, que se abra cualquier canal, que dentro de la ley y lo razonable procure que se obtengan las vacunas que representan la vida para el país, la región, o cualquier municipio y sus pobladores. Para eso se hace imprescindible  que el Gobierno permita LIBERTAD DE COMERCIALIZACION Y VACUNA GRATUITA PARA LOS PERUANOS SIN RECURSOS.

Lo correcto es que el peruano que pueda pagar una vacuna lo haga que el empresario que pueda pagar la vacuna de sus trabajadores lo haga. También es correcto que el Estado oriente sus recursos para proveer los de la vacuna a los servidores de la salud, a las fuerzas armadas, a los servidores estatales que están en la primera línea de la lucha contra el Covid 19 y que la haga llegar a nuestros compatriotas que no tienen recursos para pagarla. Ese es el rol subsidiario del Estado que se debe cumplir.

Para que esto funcione se necesita un Estado se dedique a proveer lo que le compete y no buscar la hegemonía sanitaria por afanes ideológicos o cálculo político. Se necesita también crear las condiciones para que exista competencia entre laboratorios, droguerías, farmacias y establecimientos de salud para que, cuando la vacuna esté disponible para el comercio, pueda llegar al mejor precio y de la forma más rápida posible.

Cuando más rápido tengamos acceso a la vacuna, mas libres y productivos seremos, en el mundo existen proveedores serios, en la región existen ciudadanos e instituciones que pueden adquirir vacunas para su población. Para enfrentar esta situación debe convocarse al sector privado que ya ha dado muestras de su preocupación y desprendimiento para superar este momento, así como a los diferentes grupos organizados e iglesias, que pueden colaborar en esta tarea junto con el Estado cuyas limitaciones son más evidentes hoy más que nunca.

Esta es una oportunidad también para que los Gobiernos Regionales y municipalidades asuman responsabilidad histórica , se reivindique el clamor de descentralización y desconcentración, y pudieran como estamentos de gobierno  asumir la compra de vacunas de manera descentralizada, que coordinen con el sector privado de sus jurisdicciones para le fin expuesto y dejen de ser instancias de comparsa del Gobierno central.

El sector privado puede facilitar, agilizar, democratizar y hacer mas eficiente el proceso de vacunación. Que consideraciones ideológicas falsas no impidan  que el sector privado permita que la vacuna sea vida y reactivación.