El incendio en el centro de Lima cumple casi una semana sin ser controlado, y los bomberos voluntarios, agotados y sin el apoyo necesario, han advertido que se retirarán del lugar si las autoridades no agilizan la demolición de estructuras en riesgo. Sin embargo, en lugar de ofrecer soluciones inmediatas, el alcalde Rafael López Aliaga les pidió “paciencia” y aseguró que no es su competencia atender sus demandas, señalando al Ministerio de Defensa como el responsable de la situación.
Mientras las llamas siguen consumiendo edificaciones y los voluntarios arriesgan sus vidas, López Aliaga ha sido duramente criticado por su ausencia en la zona del desastre. En su defensa, afirmó que su trabajo es «gerencial» y no de «figureti», justificando su inacción con el argumento de que ya ha promovido la declaratoria de emergencia.
La indignación crece entre los bomberos, quienes denuncian que han sido abandonados a su suerte. “¿Vamos a quedarnos otra semana esperando que alguien licite una demolición?”, cuestionó el brigadier Alfonso Panizo, señalando la burocracia y el desinterés de las autoridades.
Mientras tanto, en redes sociales, el alcalde parece tener otras prioridades, dedicando su tiempo a defender al chef Giacomo Bocchio tras su salida de un programa de televisión, en lugar de atender de manera activa la crisis en el Centro Histórico de Lima.