El estado del Papa Francisco «sigue siendo crítico» y presenta síntomas de «insuficiencia renal inicial, leve, que actualmente está bajo control». Los médicos mantienen el «pronóstico reservado». Esta mañana han celebrado la misa en su habitación, la primera vez desde que entró en el hospital.
El parte médico confirma que no se han presentado nuevas crisis respiratorias, que ha reaccionado bien al trasplante de sangre y que la trombocitopenia, falta de plaquetas, permanece estable. También sigue necesitando a momentos alternos cánulas nasales de oxígeno de alto flujo. Los análisis aún no permiten saber si está respondiendo a la terapia farmacológica.
«El estado del Santo Padre sigue siendo crítico; sin embargo, no ha vuelto a tener crisis respiratorias desde anoche. Se ha sometido a las dos unidades de hematología concentrada con beneficio y su valor de hemoglobina ha aumentado. Su trombocitopenia se ha mantenido estable; sin embargo, algunos análisis de sangre muestran una insuficiencia renal inicial, leve, que actualmente está bajo control. Continúa la oxigenoterapia de alto flujo a través de cánulas nasales», recitó el parte médico.
«El Santo Padre continúa despierto y consciente. La complejidad del cuadro clínico, y la espera necesaria para que las terapias farmacológicas den algún resultado, hacen que el pronóstico siga siendo reservado», añadió.
«Durante la mañana, en el piso habilitado en la 10ª planta, asistió a la Santa Misa, junto a quienes le están cuidando durante estos días de hospitalización». Significa que participó con algunas otras personas, no él solo ni acompañado sólo por sus secretarios.
Esta mañana, fuentes vaticanas ya habían explicado que el Papa se había recuperado de la crisis respiratoria del sábado y que le estaban realizando nuevas pruebas para determinar si estaba respondiendo a la terapia. También decían que no está recibiendo visitas.