Locales

Desmantelan antenas de internet en el penal de Challapalca

Reclusos coordinaban delitos desde prisión

Un nuevo golpe a la delincuencia se dio en el penal de máxima seguridad de Challapalca, donde las autoridades descubrieron antenas de internet que permitían a los reclusos mantenerse conectados con el exterior para coordinar crímenes.

El hallazgo fue posible gracias a un operativo realizado en conjunto por la Policía Nacional del Perú (PNP), el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), el Ministerio Público (MP) y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Durante la intervención, las antenas fueron encontradas en la carretera Tarata-Puno, en las inmediaciones del penal, y posteriormente desmanteladas.

Además del retiro de las antenas, el operativo incluyó requisas sorpresa en las celdas de internos considerados altamente peligrosos. Se inspeccionaron tres pabellones en busca de objetos prohibidos y rastros de comunicaciones clandestinas. Entre los reclusos intervenidos figuran Luis Antonio Peralta Carpio, implicado en un ataque contra personal del INPE, y Lucio Montero, conocido por extorsionar a colectiveros en Puente Piedra.

También fueron requisadas las celdas de Héctor Prieto, alias «Mamut», del Tren de Aragua; José Angulo, alias «Café», de Barrio King; y Edwin Pinedo, alias «Cara de Cuy», todos vinculados a redes criminales de alto perfil.

El viceministro de Justicia, Juan Alcántara, destacó la gravedad del caso y señaló que la instalación de estas antenas pone en evidencia la necesidad de reforzar la seguridad en los penales. «Estos hallazgos demuestran que los internos aún encuentran formas de vulnerar los controles. Vamos a tomar medidas drásticas para evitar que sigan operando desde prisión», afirmó.

Por su parte, el jefe del INPE, Javier Llaque, reiteró su compromiso de continuar con estas intervenciones para erradicar la corrupción y garantizar el orden en los centros penitenciarios.

Este operativo también pone en evidencia las brechas de seguridad que persisten en los penales de máxima seguridad, donde, pese a las restricciones, algunos reclusos logran mantenerse conectados con el mundo exterior para seguir delinquiendo.