Por alentar el odio y la violencia, el Poder Judicial declaró ilegal a la organización política A.N.T.A.U.R.O. y ordenó al JNE cancelar su inscripción en el Registro de Organizaciones Políticas.
Aunque me hubiera gustado ganarle en la cancha, debatiendo sobre ideología política, filosofía de la historia y propuestas de gobierno, hay suficientes antecedentes en la historia que demuestran cómo movimientos extremistas han aprovechado las vías democráticas para socavarlas.
Por ejemplo, los nazis ganaron sucesivas elecciones parlamentarias hasta alcanzar la mayoría necesaria para suprimir todas las libertades en Alemania e implantar una tiranía cuyos resultados siguen avergonzando a su ciudadanía.
Aquí, nuestra imperfecta democracia ha utilizado sus resortes para neutralizar una amenaza infecciosa.
Si algo podrá intentar ahora Antauro Humala, será una curul en el Congreso. Total, siempre hay marginales por deficiencias que invitan a sus similares. No me parece mala idea. Así terminaríamos de liquidar este retardo de pensamiento, palabra, obra y omisión… que exalta la identidad andina en un país muy mestizo, muy fusionado, muy beneficiado por la gran movilidad social y económica en las últimas décadas… que proclama su antichilenismo, cuando debemos consolidar un bloque indoamericano para negociar con el resto del mundo… que muestra su ultranacionalismo mientras la humanidad integra cada vez más olores, colores y sabores… que declara su irredentismo, desconociendo el significado de los compromisos internacionales… que insiste con etnonacionalismos (¿?) como si nuestra etnia o comunidad no hubiera sido enriquecida con los aportes de diversas culturas y con las modernas formas adecuadas a los avances en la ciencia y la tecnología.
A diferencia de otras épocas de nuestra historia, cargadas de derrotas militares, deudas públicas, déficits presupuestales, inflaciones e hiperinflaciones, violencia política y desabastecimiento, en estos tiempos de transición política, en nuestro Perú que chambea duro y discute sobre su desarrollo, alentar el odio y la violencia entre camaradas, condiscípulos, correligionarios, compañeros, peruanos, no es buena consejera para ganarse espacios en la política. Partidaria, primero. Nacional, después.