El reciente incremento del sueldo mínimo a S/ 1,130, anunciado por la presidenta Dina Boluarte, ha encendido el debate sobre sus posibles repercusiones, especialmente para las pequeñas empresas; si bien este aumento representa un alivio parcial para los trabajadores, empresarios y gremios advierten que ajustes mayores podrían generar un impacto negativo en los niveles de empleo formal y sostenibilidad de las micro y pequeñas empresas (mypes).
La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) cuestionó el monto aprobado y argumentó que el salario mínimo debería haberse elevado a S/ 1,330 para cubrir las necesidades básicas de los peruanos, sin embargo, desde el sector empresarial la Confiep y otros gremios alertan sobre los riesgos de un aumento más agresivo en la remuneración mínima vital.
“Un incremento significativo puede ser insostenible para las pequeñas empresas, que ya enfrentan altos costos operativos, una economía desacelerada y competencia desleal de la informalidad”, señaló un representante empresarial.
Impacto en la informalidad
Expertos coinciden en que los ajustes al sueldo mínimo deben ser acompañados por políticas que fortalezcan la productividad empresarial y reduzcan las cargas tributarias de lo contrario un incremento desproporcionado podría empujar a más negocios a operar en la informalidad para evitar costos adicionales.
Las mypes representan el 99% del tejido empresarial del país y generan más del 60% de los empleos. Sin embargo, muchas de estas empresas trabajan con márgenes muy ajustados, lo que dificulta absorber incrementos salariales sin trasladarlos a los precios o recortar personal.
El equilibrio entre salario digno y sostenibilidad empresarial
Mientras gremios como la CGTP insisten en que el sueldo mínimo debe ajustarse a las necesidades de los trabajadores, los empresarios piden que se priorice la estabilidad de las pequeñas empresas para evitar un efecto contraproducente en el empleo formal.
Por el momento, la CGTP evalúa realizar marchas para exigir un mayor aumento, mientras el sector empresarial llama a un diálogo amplio que contemple el impacto real en la economía nacional.
