Opinión

Medidas urgentes en seguridad ciudadana

Debemos sumar todos los recursos del sector privado a la estrategia nacional integral de lucha contra la inseguridad ciudadana: personal de seguridad privada, escáneres de personas y placas, cámaras águila. El tráfico vehicular en Lima y en las demás capitales de provincia es un caos; debe debatirse la posibilidad de transferir su gestión a las municipalidades, permitiendo que la policía se enfoque exclusivamente en su labor de seguridad, prevención e investigación criminal.

Se requiere liderazgo político desde los niveles más altos de la estructura del estado y el compromiso de todos los actores. Hay demasiado diagnóstico y pocas medidas efectivas como las siguientes:

  1. Incrementar rápidamente el número de efectivos policiales, pasando de 133,000 a 200,000. Los policías actualmente encargados de tareas administrativas, de tránsito y de resguardo de infraestructura deberían reasignarse a funciones de seguridad e investigación. Las labores administrativas pueden delegarse a policías en retiro, el control del tránsito a personal civil y el resguardo de infraestructura a las fuerzas armadas.
  2. Reformar la currícula de las escuelas policiales, ofreciendo incentivos económicos o académicos para atraer a jóvenes con buen perfil. Por ejemplo, podrían otorgarse becas o reconocimientos académicos en universidades de prestigio a quienes opten por servir en la fuerza policial.
  3. Garantizar la presencia del estado en las calles, carreteras y zonas críticas. En las carreteras y áreas denominadas “zonas rojas” deben implementarse contingentes conjuntos de las fuerzas armadas y la policía de carreteras, enfocados en resguardo y prevención.
  4. Equipar mejor a la policía, dotándola de tecnología y armamento de primer nivel.
  5. Crear una división especializada con autonomía presupuestal, conformada por los mejores elementos de la policía, dedicada exclusivamente a la inteligencia y el seguimiento de bandas de crimen transnacional. Esta división, similar al GEIN que combatió el terrorismo, se centraría en desarticular estas bandas y capturar a sus cabecillas. Además, trabajaría en coordinación regional, multinacional y con Interpol.
  6. Debatir la construcción de megaprisiones o infraestructura penitenciaria y considerar la posibilidad de involucrar al sector privado en parte de esta tarea.
  7. Implementar soluciones inteligentes en colaboración con empresas de delivery. Por ejemplo, como menciona Hernán Garrido Lecca, cadenas como Rappi cuentan con alrededor de 20,000 repartidores, PedidosYa con una cifra similar, y otras empresas aportan un total estimado de 60,000 motociclistas en Lima y Callao. A estos trabajadores se les debería exigir un carné de sanidad (ya que manipulan alimentos), vinculado a la placa de su motocicleta y a un código QR en su contenedor de productos. Además, podrían contar con acceso a un “botón de alerta” en sus teléfonos inteligentes, para notificar automáticamente a la PNP, al serenazgo y a sus colegas ante delitos flagrantes, activando la geolocalización del informante y facilitando la ejecución de un plan cerco.

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