Opinión

Empresas privadas dan de comer al monstruo que las devorará, por Aaron Salomón

Publicado en el diario Expreso.

La frase «Los capitalistas nos van a vender la soga con la cual los ahorcaremos», atribuida al comunista Lenin, muy bien puede ser usada para graficar nuestra realidad.

En el auge de los programas por YouTube, en donde priman el chiste barato y la lisura fácil para conseguir visitas, hay quienes pontifican de todo lo absolutamente posible, sin siquiera tener un ápice de conocimiento de lo que escupen en vivo. No está mal que un ignorante pueda hablar las estupideces que le dé la gana, y tampoco lo está que este personaje tenga un grupo de descocados que lo aplaudan de manera orgánica; lo peligroso es que estos espacios son patrocinados por empresas que, si se cumple lo que anhela el necio streamer de turno, serán las primeras en ser eliminadas.

Me explico: diferentes canales de YT adelantan que, en una eventual segunda vuelta entre Keiko Fujimori y el asesino de policías Antauro Humala (quien, afortunadamente, ya no podrá postular a la presidencia), optarían por darle el beneficio de la duda al fascistoide etnocacerista. Este discurso, por cierto, siempre llega desde un set ataviado de productos importados y en una mesa con publicidad gigante de compañías privadas que invierten miles de soles para aparecer ahí.

¿Acaso estas empresas no han escuchado que Antauro, de llegar al poder con el aval de la izquierda parásita caviar, ha anunciado la estatización en todos los sectores? Este orate odia el capital extranjero, de donde, precisamente, provienen muchas de las firmas que auspician a los canales digitales de marras. Están alimentando al monstruo que, tarde o temprano, se las va a comer.

Keiko puede ser muy torpe políticamente, pero no pretende instalar ninguna dictadura hambreadora. Sin embargo, el antifujimorismo de estos streamers, que fueron parte del golpe de Estado caviar contra Manuel Merino, anula su raciocinio.

La izquierda nos lleva años luz de ventaja en redes sociales a quienes, desde la orilla de enfrente, tratamos de dar la batalla cultural a través de pequeños proyectos que defienden la propiedad privada, la libertad y el Estado de derecho. Lo esperanzador es que dichas iniciativas de derecha cada vez generan más audiencia y ya no existe un pensamiento único zurdo. Pero, para que estos proyectos sean viables a lo largo del tiempo, las empresas tienen que dejarse de tonterías y ponerse una mano en el pecho y la otra en el bolsillo derecho.

La pelea será ardua, y no cae para nada mal un apoyo pecuniario para intentar equiparar las armas, pues los del cártel de la desinformación reciben pingües sumas de las ONG, sin que exista fiscalización alguna acerca del origen de estos fondos. Después no se quejen cuando tengan que agarrar sus chivas y huir del país, escapando de los tiros que un desquiciado dispara descontroladamente desde Palacio de Gobierno.