Universidad Decana de América se encuentra en el centro de la polémica por sacar de carrera a destacados catedráticos para ocupar decanatos en diversas facultades.
La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) está en el centro de una polémica debido a las recientes tachas de varios docentes que aspiraban a ocupar cargos en la Asamblea Universitaria y en las decanaturas de diversas facultades.
Este proceso ya generó preocupación y críticas por parte de la comunidad académica y de los propios afectados.
Los motivos
Las tachas son atribuidas a supuestas irregularidades en los perfiles de los candidatos, aunque muchos de los afectados argumentan que estas descalificaciones carecen de fundamento y no se alinean con el reglamento del Comité Electoral de San Marcos.
Entre los docentes tachados se encuentran figuras destacadas como Ruth Shady, Marcel Velázquez y Ricardo Cuenca, quienes denunciaron que estas acciones buscan favorecer a la actual administración universitaria.
También ocurrió lo mismo con la doctora Gisella Orjeda, mientras en la Facultad de Ciencias Económicas, presentaron como candidato al doctor Carlos Aquino, especialista en economía asiática y director del CEAS, Centro de Estudios Asiáticos de la UNMSM, y también fue tachado.
Reacciones
La comunidad académica expresó su descontento y preocupación por la transparencia del proceso electoral.
Marcel Velázquez, uno de los docentes afectados, señaló que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) no actuó con proactividad necesaria para garantizar la legalidad y transparencia del proceso.
“La ONPE debería tener un rol más activo para asegurar la competencia justa y la legalidad en las elecciones de San Marcos”, afirmó el docente.
Implicancias
La controversia generó un clima de incertidumbre en la UNMSM, afectando la confianza en las instituciones y en el proceso electoral. La falta de intervención de la ONPE fue criticada, ya que se esperaba que este organismo supervisara y garantizara la transparencia del proceso.
Por ello, la situación actual pone en duda la legitimidad de las próximas elecciones y podría tener repercusiones a largo plazo en la gobernanza de la universidad.