En el mes de la concienciación sobre el Cáncer de Próstata, los urólogos destacan la eficiencia de nuevos tratamientos.
Septiembre no solo es un mes de celebración nacional en algunos países de Latam (Chile y México celebran sus fiestas patrias), sino que también un mes clave para la salud: internacionalmente es el Mes de la Concienciación sobre el Cáncer de Próstata. Se trata de una iniciativa internacional que se ha logrado gracias a los esfuerzos de organizaciones de salud, fundaciones y grupos de defensa. Estos colectivos han trabajado arduamente para aumentar la conciencia sobre el cáncer de próstata, promover la detección temprana y brindar apoyo a quienes padecen la enfermedad. Hoy hablaremos de nuevos tratamientos y el rol de la tecnología en esta lucha.
Tratamientos y tecnologías
Estas organizaciones han destacado la importancia de los nuevos tratamientos, como la braquiterapia, un procedimiento que acorta significativamente el proceso de recuperación en pacientes con cáncer de próstata.
El urólogo Felipe Balbontín comenta sobre el uso de este tratamiento: “Es un procedimiento mínimamente invasivo. La mayoría de los pacientes pueden regresar a sus actividades cotidianas en un corto período. Además, la capacidad de administrar una dosis precisa de radiación directamente en la próstata es una de las mayores ventajas de la braquiterapia. Esta precisión no solo aumenta las tasas de curación, sino que también es una opción efectiva para pacientes con cáncer recurrente”.
Por su parte, el doctor Pablo Pizzi asegura que, “en comparación con otros tratamientos, como la prostatectomía radical o la radioterapia externa, la braquiterapia presenta menos efectos secundarios, especialmente en términos de incontinencia urinaria y disfunción eréctil, lo cual es crucial para la calidad de vida de los pacientes”.
La braquiterapia es un tratamiento que implica la colocación de semillas radiactivas directamente en la próstata, permitiendo administrar una alta dosis de radiación en el tumor. Esto minimiza la exposición de los tejidos circundantes, como el recto y la vejiga, lo que reduce significativamente el riesgo de efectos secundarios en comparación con otros métodos, como la radioterapia externa.
Desde la Sociedad Americana del Cáncer, señalan que “es importante que explore con detalle cada una de sus alternativas, sopesando los beneficios contra los posibles riesgos y efectos secundarios con cada una de las opciones de tratamiento”. Otra de ellas es la crioterapia.
Este tipo de procedimiento requiere de anestesia espinal o epidural (la parte inferior de su cuerpo es adormecida) o anestesia general (usted está dormido).
El doctor emplea la ecografía transrectal (TRUS) para guiar varias sondas huecas (agujas) a través de la piel que se encuentra entre el ano y el escroto hasta la próstata. Entonces, se pasan gases muy fríos a través de las agujas para congelar y destruir la próstata. Para asegurarse de que se destruya la próstata sin causar demasiado daño a los tejidos adyacentes, el cirujano emplea la ecografía para observar cuidadosamente mientras realiza el procedimiento. El uso de la tecnología ha sido clave.
Durante el procedimiento, se pasa agua salada tibia en la uretra a través del catéter para evitar que la uretra se congele. El catéter se deja colocado por varias semanas para permitir que la vejiga se vacíe mientras usted se recupera. Radioterapia, quimioterapia y nuevas opciones de cirugías, también están en el menú. Pero como señalan los especialistas, lo importante es informarse y tomar decisiones caso a caso.
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