Cuando pensamos en la búsqueda de vida más allá de la Tierra, tendemos a enfocarnos en los planetas, pero no podemos olvidar sus lunas.
En particular, Europa, una luna de Júpiter, y Encélado, una luna de Saturno, están en el centro de atención de los científicos que buscan señales de vida. Y es que ambas están ubicadas a una gran distancia del Sol, lo que las convierte en lugares extremadamente fríos.
A temperaturas tan bajas, el agua líquida no podría existir en la superficie; sin embargo, lo interesante es que se cree que debajo de sus gruesas capas de hielo hay océanos de agua líquida. Este escenario ha llevado a los científicos a considerar estas lunas como lugares con potencial para albergar vida.
Un reciente estudio de la NASA, publicado en 2024 en la revista Astrobiology, sugiere que estas lunas podrían ser incluso más prometedoras de lo que se pensaba. El estudio se centra en moléculas orgánicas, como aminoácidos y ácidos nucleicos, que aunque no son evidencia directa de vida, son los bloques básicos para su formación.
¿Dónde buscar señales de vida?
El primer desafío es encontrar un método efectivo para detectar estas moléculas orgánicas. Alexander Pavlov, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, lideró una investigación para determinar si futuros exploradores robóticos tendrían que perforar profundamente para encontrar estas moléculas o si podrían encontrarlas cerca de la superficie.
Las buenas noticias son que, según el estudio, los aminoácidos en Europa podrían encontrarse a solo 20 centímetros bajo la superficie en áreas poco perturbadas por impactos de meteoritos.
En Encélado, los hallazgos son aún más alentadores: las moléculas podrían sobrevivir en la superficie misma, lo que simplificaría enormemente las futuras misiones.
¿Cómo se prueban estas señales de vida?
Para entender cómo las señales de vida podrían sobrevivir en las lunas heladas, los investigadores expusieron muestras de aminoácidos y bacterias muertas a radiación ionizante en condiciones extremadamente frías, simulando el entorno de Europa y Encélado. No obstante, pesar de la radiación espacial (que puede destruir estas señales), los aminoácidos se mantuvieron intactos durante el experimento.
Lo anterior sugiere que las futuras misiones a estas lunas tienen una buena oportunidad de detectar signos de vida. De hecho, la NASA ya está planeando enviar una nave espacial a Europa, donde se descubrió vapor de agua persistente. También se han encontrado ingredientes para la vida en los océanos profundos de Encélado, y futuras misiones confirmarán si hay signos orgánicos presentes.
Y es que aunque la búsqueda de vida en estos mundos helados está lejos de ser una tarea sencilla, los recientes hallazgos ofrecen un rayo de esperanza para los exploradores espaciales y los amantes de la ciencia.